La mayoría de las madres queremos ser “perfectas”, “totalmente buenas” y “tener siempre paciencia”. Desafortunadamente, dicha perfección, o más bien, su constante búsqueda, tienen un alto costo.
Nuestros hijos NO necesitan que seamos perfectas. De hecho, la “perfección” y su búsqueda desesperada, sólo fomenta que los niños aprendan a establecer metas inalcanzables y poco realistas, y trae consigo desesperación y desesperanza.
Es importante que recordemos que nuestros hijos aprenden de nuestros comportamientos, de nuestras actitudes y de nuestra forma de ser. Aprenden observando lo que los adultos hacen.
Por lo mismo, es recomendable mostrarles que lo “suficientemente bueno” es correcto, ya que permite los errores, las emociones que algunos consideran negativas (enojo, tristeza, frustración, etc.), e incluso, que algunas veces podamos sentirnos devastados y que las cosas no salgan como esperábamos.
Lo “suficientemente bueno” ayuda a que el niño aprenda de sus fracasos y de sus faltas, enseña a tomar responsabilidad de nuestros actos y a tratar de corregirlos o enmendarlos.
Lo “suficientemente bueno” permite que pidamos ayuda, y que cuando alguien la ofrece, podamos tomarla sin sentirnos inútiles o inservibles.
Lo “suficientemente bueno” muestra que es necesario dar lo mejor de nosotros mismos y esforzarnos en cada situación, pero que si no cumplimos con nuestras expectativas o las de los demás, estaremos contentos y satisfechos con nuestros logros.
Lo “suficientemente bueno” ayuda a buscar soluciones creativas o alternativas a nuestros problemas, y nos permite seguir adelante a pesar de las dificultades, los obstáculos, las críticas, los rechazos, la angustia y el miedo, ya que finalmente y a pesar de todo, nos enseña a dar gracias por lo que tenemos, por lo que somos y por lo que hemos alcanzado.
Seamos entonces, madres “suficientemente buenas”.
http://abundantlifechildren.com/2013/04/22/good-enough-is-perfect/
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