Cuando un hombre se enfrenta a esta situación, la preocupación y la angustia son probablemente algunas emociones que lo acompañaran a lo largo de la recuperación, produciendo en él un gran estrés.
Cierto grado de alerta es hasta algún punto saludable, ya que ayudan a la persona a estar atenta y enfocada, en este caso, para ayudar a su pareja, apoyar con los hijos y la casa, y poder trabajar.
Sin embargo, el estar constantemente angustiado e intranquilo, puede producir que el esposo sea más vulnerable a enfermar física o emocionalmente. Por lo mismo, es importante que observe los siguientes aspectos:
- ¿Está cansado la mayor parte del tiempo?
- ¿Tiene problemas para conciliar el sueño, permanecer dormido o no descansa adecuadamente?
- ¿Cómo se encuentra su apetito y su sistema digestivo?
- ¿Se olvida fácilmente de cosas sencillas o le cuesta trabajo concentrarse?
- ¿Prefiere quedarse en la oficina o realizar cualquier otra actividad para no llegar a su casa?
- ¿Se siente abrumado por tener que cuidar a su esposa y/o al bebé?
- ¿Se siente nervioso, preocupado o estresado constantemente?
- ¿Ha tenido náuseas, dolores de cabeza o alguna otra molestia física?
- ¿Se ha sentido más irritable que de costumbre?
- ¿Ha experimentado miedo sin alguna causa aparente?
Si usted contestó afirmativamente a dos o más de los puntos anteriores, es importante que busque apoyo de familiares y amigos. Ellos lo pueden ayudar a cuidar al bebé y/o en las labores del hogar, así como acompañar a su esposa para que usted tenga un espacio para actividades que lo ayuden a desahogarse y/o liberar la tensión (como practicar algún deporte, conversar con amigos o descansar).
Si a pesar de contar con el apoyo de familiares y amigos, los síntomas antes mencionados persisten, es indispensable que usted también busque ayuda profesional.
Comentarios