Reírse a carcajadas puede ser la mejor medicina.
Unas risas a tiempo pueden relajarnos y reducir nuestro niveles de estrés, pero no sólo eso, sino que estos efectos pueden anticiparse con sólo pensar en el acontecimiento que más tarde nos hará reír.
Las carcajadas parecen reforzar nuestro sistema inmunológico mediante la estimulación de toda una serie de hormonas que parecen sonreír con nosotros.
Con sólo anticipar un evento divertido, imagina una película que ya te hizo reír a carcajadas en alguna ocasión, los niveles de endorfinas y otras hormonas que inducen a la relajación y al placer se multiplican, y nuestro organismo disminuye la producción de 'hormonas del estrés'. Esto es lo que asegura un equipo de la Universidad de California, dirigido por el doctor Lee Berk, quien trata de convencer a los incrédulos asegurando que “esto es real”.
Hormonas 'positivas' que también se ríen.
Después de ver la película, los niveles de cortisol, la principal hormona que segrega el organismo en situaciones potencialmente estresantes o tensas, disminuyeron un 39%, mientras que la producción de adrenalina cayó cerca de un 70%.
Por su parte, las hormonas 'positivas' incrementaron sus niveles hasta un 27% en el caso de la endorfina
Los beneficios de las carcajadas alcanzaron también al sistema inmunológico, una de las hormonas beneficiosas, para su funcionamiento es la hormona del crecimiento, cuyos niveles ascendieron nada menos que un 87%.
El sentido del humor es ver la vida no tan dramática, no tan conflictiva, no tan tensa.
• Reír es añadir a nuestro convivir, a nuestro existir, un aire especial de alegría.
• Reír es provocar un entusiasmo especial en el ambiente y extraer de la vida su néctar de festividad.
• Reír es demostrar al mundo que se puede ser feliz con la paz y el amor.
El que ríe sanamente es un hombre bueno. La sonrisa y la risa nos permiten demostrar con nuestro rostro que somos amantes de la paz.
La risa nos permite, en medio de nuestras responsabilidades y dolores, ver la vida no tan seriamente, no tomarnos todo "tan a pecho", sino dentro del más sano juicio, relativizar todo y darse cuenta que sólo hay un absoluto: Dios.
Aprender a reír es aprender sabiduría. Las personas sonrientes y de buen humor donde quiera que van son un bálsamo que calma las heridas, son alegres, entusiastas y en cualquier parte suavizan tensiones.
Son personas que provocan terapia emocional comunitaria, en la que todos comienzan a sentirse mucho mejor de lo que son.
Otra cualidad es reírse de uno mismo. ¡Qué gran terapia es aprender a no tomarse tan en serio! Sino verse a sí mismo con cierta gracia, gozando con las cosas curiosas que nos suceden, divertirse de esos tantos datos curiosos que pasan.
Aprender a reírse de uno mismo es señal de madurez, de que uno se siente seguro de sí mismo.
No es ridiculizar al hombre hasta pisotearlo en su dignidad, ni tiene que ver con lo grotesco, lo vulgar e inmoral.
La sonrisa y la risa son un bálsamo que calma tensiones. Una leve sonrisa en tus labios es suficiente para levantar el corazón, mantener el buen humor, conservar la paz y embellecer su cara.
Irradia tu sonrisa a los demás hasta que provoques la sonrisa en otros.
La sonrisa produce muchas veces el milagro de hacer que el prójimo deje de llorar y de estar triste.
Aprende a estar más alegre y tu vida va a cambiar.
BRILLA SIEMPRE
MEG
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