De la promesa a la (no) realización

Por Fabiola Guerra Ugalde

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Librarse de algo/alguien a través de una búsqueda

Entre el éxito y el afecto nos encontramos siempre y si queremos algo tenemos que renunciar a algo: EL APEGO. Para ello es indispensable aprender a administrar nuestra presencia ¿Cómo administras tu presencia en tu agenda?

Tenemos la obligación de ser jóvenes siempre o por lo menos morir en el intento. Para ser jóvenes siempre hay que aprender a renovar nuestros sueños y esperanzas. El APEGO nos da certidumbre pero, es en el riesgo donde renacemos. Debemos tener el valor de prometernos cosas, sueños, ilusiones, realizaciones, ¿Nos escuchamos con simpatía? ¿Somos capaces de comunicar nuestros deseos y llevarlos a su consumación?

No existe una felicidad infalible y automática. El desafío de la aventura es lo que da la libertad, el riesgo es lo que quema el mal humor. El falso amor puede vestirse de APEGO, y éste, es un banco que nos detiene en el tiempo y termina por ser un cuarto de pánico a largo plazo.

El APEGO puede llegar a ser: avaricia, sobre-esfuerzo, idolatría, adicción, enajenación, dependencia, etc. Pero, no tiene porque ser un obstáculo que impida la búsqueda de la trascendencia personal. Si una persona te ama te deja ser libre para ser tu mism@. Se necesita mucha iniciativa para realizarte en otros universos: el estudio, la religión, la familia, aficiones, deportes, pasatiempos.

En la vida no todo es negocio también existe el ocio. Siempre es tiempo de negociar por nuestra prosperidad.

GRACIAS por leerme