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Hola, queridísimas amigas:

¿Alguna vez has escuchado decir "es que era mala mujer"? porque yo sí, infinidad de veces, desde mi más tierna infancia hasta ahora que ya no me ando cociendo al primer hervor. Y siempre me preguntaba ¿cuál es el standar? ¿cuál la línea divisoria entre las mujeres buenas y las malas? ¿alguien lo conoce?

Las mujeres latinoamericanas parecemos extraídas de un mismo molde en la mayoría de los casos. Venimos de una cultura patriarcal en la cuál pareciera que ser buena es sinónimo de ser sufridor. ¡Como me acuerdo de la "Vivianita"! aquella mujer sufrida y resignada que soportaba todo con tal de mantener unidos a padre e hijo en la película de Pedro Infante. Esa imagen no es tan surrealista... al menos por acá hay docenas de Vivianitas pululando en todas partes, desde mercados hasta oficinas de gobierno.

Los valores de la mujer mexicana son reconocidos en muchos lugares del mundo, hasta en las películas gringas, ellos tan free, nos retratan como madres amorosas y sacrificadas en muchas ocasiones. ¡Y no nos hagamos! más de una vez hemos justificado con un "por mis hijos" soportar alguna trastada que nos hicieron. La tolerancia está excelente, el sacrificio de lo propio es lo que me parece insoportable. Desde niñas en la mayoría de los hogares se nos mete el interés por el bienestar de los demás antes que propio como con tirabuzón. "Las niñas no dicen esas palabras" "las nenas educadas se sientan de tal manera" "acuérdate que el matrimonio es sagrado" "Sabrás lo que es amor cuando tengas tus hijos" cadenitas, cadenitas, que nos hacen según yo, sin estudios de psicología formar apegos y depreciarnos. De la sexualidad, mejor ni hablamos, ser mujer y disfrutar de lo erótico está vedado. Supongo que es uno de los ladrillos que hay entre las mujeres buenas y las malas. Si un hombre casado sale de un table, se le considera un pícaro incorregible... si una mujer casada contrata un stripper y socialmente se enteran, que Dios la guarde por pecadora.

Los valores mexicanos son una de mis luchas. Mantenerlos, traspasarlos, el amor a la familia, la unión, la solidaridad... pero la manera de traspasar esos valores debe ser revisada si estamos en camino de encontrarnos con la igualdad de género. Y meternos en la cabeza que todo tiene un punto gris. Si algo no te hace felíz, suéltalo... ámate primero, para dar amor sin condicionantes... en el mundo nadie tiene la obligación de amarte, ni tus padres, ni tus hermanos, ni tu esposo ni tus hijos, solo tú. Eres mujer, afortunadamente, y la falta de testículos no te hace minusválida. Si hay que cambiar aceite al auto, averigua cómo e intentalo, hasta Henry Ford tuvo que aprender. Disfrutar el sexo no te hace una cualquiera, ovación de pie si has disfrutado un orgásmo. Y tomar unas horas para tí no te hace una mala madre, creo que más bien te hace una madre felíz. Al fin del camino, la única persona con la que estarás hasta la muerte es contigo misma, que mejor que caerte bien. Y resignarte a cumplir los parámetros de los demás es suicidarte un poco cada día.

Espero que al final de leer este escrito, vayas al espejo y encuentres algo que te guste.