RECONOCER Y TRABAJAR NUESTRAS LIMITACIONES

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Decía yo en uno de los capítulos de mi libro “Caminos de Fuego”:

      No eres perfecto. Tú lo sabes y también te lo han hecho sentir, sin contemplaciones. Pero los demás tampoco lo son. Nunca te compares con el resto de los seres humanos. Cada uno tiene lo suyo, lo bueno y lo no tan bueno. No eres diferente, eres una persona, con tus fortalezas y con tus debilidades. Reconoce estas últimas, y trabaja con ahínco para transformarlas en nuevas fuerzas que te aproximen a tus metas en el menor tiempo posible.

¡El día que admitas que puedes fracasar, habrás iniciado el camino del éxito, un camino sin retorno!

Y cuando nosotros pensamos acerca de los episodios o de los acontecimientos que nos ocurren a lo largo de la vida y le damos una mirada retrospectiva, llegamos a la conclusión de que en realidad nada ha sucedido porque sí, sino que a cada acontecimiento, a  cada circunstancia, le precedieron causas que quizás, en el momento de estar nosotros insertados en esa situación, no fuimos capaces de visualizar, en toda su dimensión.

Esto pasa con muchísima frecuencia en las relaciones amorosas, ¿verdad? El amor, la pasión, bien dice el dicho que el amor es ciego. Uno no logra ver cuáles son los aspectos negativos o los aspectos carenciados de quien va a compartir con nosotros el resto de la vida, y luego, a medida que la convivencia se va desarrollando, van apareciendo de ambos lados, obviamente, carencias, dificultades, diferentes modos de apreciar la realidad, que lamentablemente muchas veces, culmina en una separación de este proyecto común.

Pero… comprobar esto es también evidenciar que nosotros tenemos limitaciones. Y no está mal que cada uno de nosotros sepa que tiene limitaciones para poder interpretar correctamente lo que acontece en nuestra vida y que esas restricciones, o esas limitaciones que tenemos, hacen que cada uno tenga una visión muy particular de cada uno de los sucesos o acontecimientos en los que nos vemos implicados.

La reflexión lleva a la mesura, y esto nos conduce, a medida que vamos ingresando sobre todo a la madurez de nuestra existencia, a darle una interpretación diferente a aquello que vivimos, ayudándonos a admitir, por un lado, que tanto el éxito como el fracaso tienen sus causas muy profundas y que si queremos cambiar la visión que tenemos de nuestra vida, es nuestra obligación  i n e l u d i b l e , reconocer cuáles han sido nuestras limitaciones en el momento, por ejemplo, de tomar decisiones trascendentes.

Yo creo que tú no eres más inteligente ni menos inteligente que quienes te rodean o quienes conviven contigo. Sí, es cierto que puede haber otras personas que hayan logrado visualizar su misión y su verdad, y hayan comprendido antes que tú todo lo que te sucede, y hayan entendido y aceptado que todo tiene una causa. Y esto, marca la diferencia natural que existe entre los seres humanos, entre aquellos que están más adelantados que nosotros en esa larga fila de hombres y mujeres que vamos tras nuestro bienestar. Y otros que van más atrás, porque les cuesta más, porque les demora mucho más tiempo el poder admitir que tienen que introducir cambios radicales en su modo de vivir y en su modo de sentir la vida.

Pero hay algo que yo quiero que tengas bien en claro, y es que tú no puedes postergar indefinidamente la decisión de comenzar a trabajar sobre tus limitaciones, no perdiendo el tiempo, creyendo que algún hada milagrosa, vendrá con su varita mágica a tocarnos en el hombro y que por arte de magia transformará nuestros fracasos en éxitos de relevancia. La vida no funciona así.

Si hasta este momento pensabas tú que esa magia podía darse, es mi obligación advertirte que estás perdiendo el tiempo lastimosamente, porque nada ha de cambiar si uno no muestra la disposición a admitir los errores del pasado.

Las respuestas que durante tanto tiempo, buscamos y buscamos afuera, preguntándole a amigos, a familiares, qué harían en nuestra situación o si atravesaran por una situación similar, cómo la resolvieron, las vamos a encontrar a nuestra disposición, en ese enorme potencial que posee nuestra mente,  que está a nuestro servicio y que nosotros tenemos que descubrir. ¿Cómo? A través de un diálogo franco, a través de un diálogo honesto y objetivo que va ha hacer que se desplieguen una enorme cantidad de posibilidades, que hasta hoy tú ni siquiera habías podido percibir.

No te conozco, pero puedo decirte aún sin conocerte, que no me cabe duda de que eres capaz de dar mucho más de lo que has hecho en el presente. Porque eso me pasó a mí, donde también yo me había puesto un techo artificial, creyendo que más allá de allí no podría llegar, hasta que un día, por alguna razón muy específica, mi mente se abrió y comprendí que en realidad ese techo, que parecía un techo de material, que en concreto nadie me lo había puesto encima de mi cabeza, sino que yo lo había cuidadosamente construido en función de mi experiencia, en función de mi pasado, en función de todas las cosas que había vivido.

Pero en ese momento que esa mente se abrió y se abrió a comprender que verdaderamente, cuando un ser humano tiene un sueño, tiene una motivación y tiene una convicción, acerca de lo que quiere para su vida, puede lograrlo. Por supuesto qué con esfuerzo, por supuesto que con perseverancia, por supuesto que quizás hasta con un poco de obstinación, pero que puede realmente llegar a lograrlo.

Sólo se trata de darle a la vida una mirada diferente, partiendo también de un concepto distinto acerca de las capacidades y de las potencialidades que cada uno de nosotros alberga dentro de sí mismo.

Lo curioso es que a cada ser humano le llega ese momento en una etapa diferente de su vida. Para algunos debe sucederles algo traumático para que reflexionen acerca de su presente y de su futuro, comprendiendo así qué de seguir utilizando los mismos procedimientos, los resultados serán siempre los mismos.

Otro grupo llega a esta verdadera liberación interior a través del paso de los años, cuándo perciben que el tiempo que queda por vivir, ya no es el mismo que en la juventud, y sienten un mandato interior que los incentiva a generar un pensamiento fresco, con sueños y metas que quizá nunca se pudieron plantear. Es interesante analizar la reacción de los seres humanos, frente a la realidad incontrastable que se presenta ante sus ojos. Mientras que algunos huyen de su realidad y se sienten atemorizados frente a los sucesos que le tienen como protagonista, otros le hacen frente a esa realidad, recurriendo a sus mejores herramientas, que duermen en su interior desde hace mucho tiempo.

¿Qué necesitas tú, para iniciar ese proceso de cambio o de reingeniería personal, es la pregunta que te trasmito en este momento en que estás leyendo estas líneas?

Si algo nos caracteriza a los seres humanos, es que somos todos diferentes y eso hace que cada uno deba descubrir aquello que necesita para sentirse bien en la vida. Esto no es suficiente como para poder alcanzarlo en forma inmediata, pero será un paso gigantesco para poder lograrlo, una vez que logremos definir lo que queremos para nuestra vida.

Fortalezas y debilidades conviven en nuestro interior, y eso no es una vergüenza. Certifica una y otra vez nuestra condición humana, y nos torna más sensibles para poder aceptar los hechos que se suceden inevitablemente a lo largo de los caminos de fuego que tenemos que recorrer, que no son otra cosa que los tiempos difíciles, o las crisis personales que se presentan en forma abrupta en nuestra existencia.

El siglo XXI que transcurre nos exige entereza, nos exige formación continua, nos exige una alta tolerancia a la frustración, partiendo de la base de que no todos nuestros proyectos llegarán a buen fin, pero que eso no puede convertirse en un obstáculo para seguir soñando, para seguir elaborando proyectos para el futuro, y para fijarnos metas y objetivos concretos a corto y mediano plazo.

Tú tienes que partir de la base de que no eres más que nadie, pero tampoco menos que nadie, y ello te ubicará en tu justo lugar en la larga fila de seres humanos que transitamos por la vida, con tus derechos y con tus obligaciones, pero con la necesidad de reconocer que debes trabajar en pos de tu bienestar, pues como afirmamos unos parágrafos más arriba, nadie vendrá a proporcionarte aquello por lo que tienes que luchar.

¿Qué no tienes ganas? ¿Qué no tienes fuerza? ¿Qué estás deprimido o deprimida? Mira… yo puedo aceptar todos esos argumentos, pero piensa por un instante en aquellas personas que hoy están en los hospitales o en los sanatorios privados de su libertad, en cuánto a la posibilidad de llevar adelante sus sueños.

Frente a ello, ¿qué valor tiene todo aquello que argumentamos como causas de nuestra apatía, de nuestra indiferencia y de nuestro aburrimiento?

¿Cuándo fue la última vez que fuiste agradecido por poderte levantarte todas las mañanas y decidir lo que quieres hacer con tu día y con tu vida? Puedes usar la ropa que elijas, distribuyes tu tiempo como lo deseas; en suma eres libre de decidir sobre tu vida y tu futuro y sin embargo quizá no lo estés haciendo.

La propuesta es que ya en este momento tomes un bolígrafo y una hoja y comiences a escribir todas las ideas que lleguen a la pantalla de tu mente por más descabelladas que ellas te puedan parecer Luego harás una clasificación y eliminarás aquellas que no están en consonancia con tu modo de ser, o que te parezcan demasiado extravagantes. Pero, en una primera instancia no te detengas y permítete escribir todo.

Verás como al final te quedarás con tres o cuatro ideas que irás modelando para tener un porqué y un para qué en tu vida.

¿Sabes cuál es el valor de este mini ejercicio? Es el de darle un sentido a tu vida. Nadie sabe cuánto tiempo ha de vivir, por lo tanto, no lo pierdas más lastimosamente. Reconoce tus debilidades e intenta transformarlas en nuevas fortalezas que te ayuden a avanzar en tu vida.

Yo no pretendo que tú te acuestes hoy siendo una persona y mañana de mañana seas otra totalmente diferente. De ningún modo ésta es mi voluntad. Sólo quiero marcarte algunos puntos que pueden ayudarte a que tu presente y tu futuro sean diferentes.

Piensa que vives en un mundo dónde los escenarios cambiar en forma vertiginosa. ¿Estás preparado para esos cambios? ¿Has pensado lo que significa quedar atrapado en la rigidez de los pensamientos que hoy ya son obsoletos? ¿Cómo harás para alcanzar a aquellos que han comprendido que la flexibilidad y la capacidad de reingeniería personal, son los caminos a recorrer para acompasar a un mundo que en muchos aspectos se ha convertido en cruel e insensible?

Solo los seres humanos con nuestra actitud solidaria y tendiendo nuestra mano para que los más débiles puedan recorrer el camino de la recuperación de su autoestima, podremos contribuir a hacer de este mundo no un campo de batalla, sino un jardín de creación.

Yo te invito a unirte a esta propuesta. Gracias por aceptar el desafío. Te aseguro que no te arrepentirás.  

 

Dr. Walter Dresel

wdresel@adinet.com.uy

www.exitopersonal.org

www.walterdresel.blogspot.com

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