POR UNA VIDA MEJOR... ¿VAMOS EN CAMINO?

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POR UNA VIDA MEJOR… ¿VAMOS EN CAMINO?  

Cuando algo no nos conforma, el primer movimiento que tenemos que hacer espontáneamente para cambiar la situación en la que estamos, es no quedarnos pasivos. Ahora, cuantas veces nos movemos, o nos merecemos, o sentimos que merecemos, una vida mejor. Todavía no estamos en la etapa de cómo conseguirla. Solamente te estoy pidiendo que reflexiones cuándo fue la última vez que te miraste en el espejo y te contestaste a ti mismo acerca de esta pregunta: ¿no me merezco una vida mejor de la que estoy llevando?

Y qué significa una vida mejor? Porque las frases y las palabras son sencillas, son fáciles de emitir. Mejor posición económica, más posesiones  materiales, quizás estas metas y objetivos forman parte de tu proyecto personal y está bien que así sea. Pero una vida mejor tiene una concepción mucho más amplia, que está dada por tratar de transitar por aquellos caminos que cada uno decide, tomando medidas concretas que te conduzcan a alcanzar el destino elegido.

O sea, ni tanto ni tan poco. No volcarse todo a lo material, que si bien nos ayuda a vivir mucho mejor, de ninguna manera es suficiente para poder acceder al bienestar o a la felicidad que todo ser humano anhela.

Y el cambio lo vamos sintiendo en la medida en que dejamos de culpar a quienes nos manipulan en la vida cotidiana, como los responsables de nuestro malestar y de nuestras desgracias.

Y nosotros nos trazamos un plan de acción, para ser en primer lugar más exigentes con nosotros mismos, dejando de ser complacientes y de justificarnos frente a cada situación que nos toca vivir. Y hacernos cargo de lo bueno y de lo malo, es no ir dejando espacios libres para que los vayan ocupando quienes están al acecho constantemente para cercenar nuestro crecimiento y para limitar nuestro anhelo de autonomía.

Por lo tanto, si tú quieres mejorar tu estilo de vida, si pretendes ser eficaz en aquello que piensas y que haces, la clave es que te exijas un poco más de lo que lo estás haciendo hasta el momento. Y esa exigencia no va por la cantidad de horas que trabajas, por la eficiencia o por la eficacia en tu rendimiento laboral, en el esfuerzo que tú pones, sino en tratar de pensar qué es lo mejor para ti. Y, cuando te estoy diciendo que te exijas más es nuevamente un  viaje hacia la revisión de tu historia personal, preguntándote cuánto tiempo le dedicabas al diálogo contigo mismo en el pasado. Y cuando digo en el pasado, te estoy diciendo el mes pasado, hace seis meses o hace un año, ¿qué espacio había en tu agenda para encontrarte con tu propia persona? ¿Qué espacio había para preguntarte el grado de satisfacción o insatisfacción con la vida? O simplemente navegabas con las circunstancias y con las situaciones en las cuales te veías involucrado como protagonista?

Y la pregunta es: ¿qué espacio has creado para responderte acerca de por qué esa insatisfacción con la vida?

Porque yo puedo sentirme peleado con la vida, yo puedo sentir que quiero muchas cosas que estén mejor, por ejemplo cuando se renueven los proyectos, se renueven las metas, se renueven los objetivos.

Cada vez que se inicia un año empezamos con un nuevo impulso, tenemos un proyecto en mente. Pero no alcanza con tener el proyecto, hay que crear un plan de acción.

Esa historia personal que todos tenemos, tiene que servir para que se reflejen allí los cambios que tenemos que instaurar para dedicar un mayor tiempo a encontrar por qué estoy desconforme con la existencia que llevo. Qué es lo que no me sale bien? Por qué en reiteradas oportunidades llego siempre al mismo final de fracaso, de frustración, de sentimiento de pérdida.

Entonces, la primera afirmación que tú tienes que escribir y ponértela en la puerta de tu dormitorio o en la puerta de tu heladera es: NO A LOS CONFORMISMOS.

O sea, tú no puedes conformarte en cómo estás. Porque conformarse con lo que hay, o esa frase que usamos tan frecuentemente: “es lo que hay “ o con lo que nos ha tocado en suerte, en realidad ni siquiera es que te estás quedando en el mismo lugar, en realidad estás retrocediendo. Porque quedarte en el mismo lugar, soportando un destrato o una manipulación a la cual puedes haberte acostumbrado, por aquello de que “a vivir mal también uno se acostumbra”, significa que te estás perdiendo la oportunidad de apreciar otras maneras de vivir, otros escenarios, otras formas, y otros modos de vida a los cuales tienes derecho, pero los que tu apatía, tus miedos, tu inseguridad, tu autoestima que ha ido siendo destruida, hace que no te permitan acceder.

 

Dr. Walter Dresel

wdresel@adinet.com.uy

www.exitopersonal.org

www.walterdresel.blogspt.com

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