lunes 22 de febrero de 2010Enojado con la vida?“Mire el andar de Roberto. Parecía que sus pisadas firmes agujerarían el piso para llegar a mí. –Maldito tráfico y yo con tantas cosas que hacer. – Por qué estas molesto, pregunte ingenuamente?. – No, no estoy enojado, es que tengo muchas cosas que hacer?. Y por que subes la voz? – No la estoy subiendo, es que estoy harto de que las cosas no salgan como quiero, además mi carro se esta calentando, esta ciudad es un caos, y tu citándome hasta acá? – Prefieres que mejor nos veamos en otro momento? –No, pues ya viniste y yo también, de una vez hablamos!. – Me gustaría hablar contigo cuando estés tranquilo, pues para finiquitar este asunto quiero aclarar algunos puntos y es necesario que hablemos sin alteraciones. – Otra vez Marcela con tus precisiones, entre tu, mi jefe y esta ciudad, van acabar conmigo!. Sabes qué?, tienes razón mejor hablamos luego!”.Roberto es un personaje que podrías se tu, o yo. Cuando estamos emocionados, con la connotación de estar sintiendo una emoción de exaltación tanto positiva como negativa, nuestra comunicación con el ambiente mantiene esa sintonía.Cuando estamos en ese momento de emoción total, nuestras reacciones para adentro y para afuera son congruentes. Si estamos furiosos por algún detonante, quizás reaccionemos muy enojados con el chofer de enfrente o con el semáforo desincronizado. Nuestra ira la vertimos al otro para sacar como ollas express el contenido que nos asfixia.Como cuando llegamos contentos, con un sentimiento vigoroso y exitoso y lo contamos a esa persona que esta teniendo un mal día. Sus contestaciones por lo general son muy negativas, y a veces hasta hirientes, y uno se pregunta, pero qué le dije, solo compartí mi felicidad!No es bueno ni malo sentir emociones que nos conducen a acciones positivas o negativas. No lo es. Lo que no benéfico para nosotros es no saber qué es lo que estamos sintiendo y por consecuencia no poderlo controlar. El enojo es natural, la furia es natural, la decepción, el desinterés, la apatía y muchas emociones más que nos conducen a acciones positivas y negativas son naturales y es necesario conocerlas para controlarlas.Por qué me permito lastimar a otros desde mi furia?, porque no sé cómo controlarla, porque no se cómo es mi furia. Cuando no conocemos nuestras emociones evidentemente no sabemos qué estamos sintiendo. A veces lloramos porque nos sentimos enojados, quizás es una reacción MÍA natural. Sin embrago es natural decir que me siento triste cuando en realidad estoy sintiendo furia?. No, eso no es natural, eso es ser incongruentes y no conocernos, y eso, además de ir en contra de nuestro bienestar, va en perjuicio de los que están a nuestro alrededor.Conocer nuestras emociones es saber lo que mi cuerpo siente cuando las vivo. Es saber si se me pone roja la cara, me duele la panza, se me va la voz, me tiemblan las manos, me da hambre, sonrío mucho, me brillan los ojos, siento las mejillas calientes; es darnos cuenta de los cambios físicos que estamos teniendo.Conocer nuestras emociones también implica saber qué sucedió para que se detonar mi enojo, mi alegría, mi empatía, mi generosidad, mi tristeza, mi asco, mi odio.Conocer nuestras emociones es saber de qué manera usamos estrategias para disfrazarlas, y lo más importante, para qué. Quizás tenga muy arraigada mi imagen de ser LA FUERTE de la casa, o quizás ya me adjudiqué la máscara inmutable del TODO LO PUEDE, y ante ello, como demostrar que esta vez no puedo, y que tengo miedo por intentarlo!.Los pasos son tres antes de llegar a controlar nuestras emociones y dejar de manifestarlas negativamente contra el otro. Conocernos es la parte medular para no lastimar de rebote al otro, y si te toca ser rebote de alguien, la pregunta es , hasta cuando seguir siendo "botes de basura" de emociones que no nos atañen, y sobre todo, para qué?Claudia L. Jiménez D.Coordinación CREERTel. (015) 5399 7324 MX DFcjimenez@cre-er.com.mxMSGER: clajim7618@hotmail.com
Acertadamente aludes a la importancia de identificar las emociones que sentimos y tener cuidado con los boletos que compramos y no nos corresponden. Por consiguiente, me remito a Miguel Ruiz en los "4 acuerdos" que refiere cuidar las palabras...aunado a la teoría de la bala mágica de la cual sustraigo lo vital que es aprender a codificar, decodificar, poner atención a los diversos referentes que poseemos acordes a nuestro marco de referencia, a no perder de vista que "la palabra sale de tu boca y en muchas ocasiones va directo al corazón del otro", a ... "lo que dice el otro no lo dice por ti sino por él mismo". Hacer un alto para pensar antes de hablar (fijate qué dices, en dónde lo dices, por qué lo dices, para qué lo dices, qué no dices...), controlar la víscera pues en ocasiones sólo buscamos con quien descargar emociones y en muchas ocasiones hacemos daño. Cuidar el qué y sobre todo el cómo.
Parafraseando a Branden, y diversos estudiosos respecto a la forma en que nos conocemos, evaluamos, aceptamos, respetamos, para traspolarla al próximo o "prójimo", el papel que juega la La autoestimam, entendida como la valoración que tenemos de nosotros: la opinión y el sentimiento que cada uno tenemos acerca de nosotros mismos de nuestros propios actos, valores y conductas. Conciencia de ser competente para vencer desafíos básicos de la vida; confiar en nuestra capacidad de pensar, aprender, tomar decisiones adecuadas y responder de forma efectiva a situaciones nuevas. Tener confianza en nuestro derecho de experimentar éxito y satisfacción personal. Tener conciencia de nuestra eficacia. Ese silencioso respeto por uno misma(o)
AUTOCONOCIMIENTO. Desde pequeños nos imponen que sentir es malo, cultura machista que prohíbe llorar, decir te amo, demostrar alegría, afecto, miedo, tristeza, rabia… situación que tergiversamos y si no la externamos se convierte en deformaciones emotivas: berrinches, celos, envidia… La necesidad de conocer nuestro yo integral (deseos, impulsos, limitaciones, sentimientos, pensamientos, valores, inquietudes, actitudes, temores, metas, anhelos.) Es muy importante rescatar, redirigir, reeducarnos, pero, primero, conocernos.
“CUANDO APRENDEMOS A CONOCERNOS, EN VERDAD VIVIMOS”
¿Conocemos a fondo nuestros gustos, defectos, virtudes, nuestro cuerpo (pies, espalda…) quiénes somos, cuál es nuestra visión, cuál es nuestra misión?
AUTOCONCEPTO. Qué es lo que pensamos de nosotros mismo(a)si ¿cuáles imágenes tenemos de nosotros mismo(a)?, ¿con cuáles etiquetas continúamos?, ¿como motejamos al otro" “DALE AL HOMBRE UNA AUTOIMAGEN EN POBRE Y ACABARÁ SIENDO UN SIERVO”
AUTOEVALUACIÓN Valorar y conocer nuestras vivencias, experiencias. Lo que es bueno y malo para nuestra persona.“El sentirse devaluado e indeseable es, en la mayoría de los casos, la base de los problemas humanos”
AUTOACEPTACIÓN. Entre más nos conozcamos y aceptemos seremos más auténticos, asertivos (autenticidad en nuestro pensar, sentir y actuar) respetaremos a los demás y comprenderemos que no somos perfectos. Haremos valer nuestros derechos propios, diciendo lo que necesitamos, creemos, sentimos y pensamos, de manera clara, directa, firme, sin agredir, respetando a las otras personas. "La actitud del individuo hacia él mismo y el aprecio por su propio Valer, juega un papel muy importante”
AUTORRESPETO. Vivamos de forma coherente con lo que sabemos, nuestros valores, digamos la verdad, respetemos nuestros compromisos, tratemos con amabilidad y benevolencia a nuestros próximos. ¿Es nuestra manera de comportarnos apropiada para los requisitos de nuestra vida y nuestro bienestar?
AUTOESTIMA ALTA. Te sientes lleno de energía y entusiasmo, capaz de todo, seguro de tu propio valer y tu importancia. Piensas que tu vida hace una diferencia importante en el mundo y en las personas que te rodean. Tienes confianza en tus capacidades, te caracterizas por tu honestidad, amor hacia ti mismo(a) y hacia los demás porque te expresas con libertad. Demuestras integridad entre tus valores y acciones, entre lo que sientes y lo que dices, entre tu comunicación verbal y la no verbal. Estás consciente de que tu mejor recurso es tu propia persona. Sabes que pueden contar contigo mismo(a) Tienes confianza en tu presente y esperanza en el futuro. Te aceptas tal como eres y, al mismo tiempo, deseas mejor. Disfrutas cuando logras mejor, pero entiendes que no siempre es posible.
AUTOESTIMA BAJA. Estás cansado, nada te entusiasma, te sientes inseguro de lo que eres capaz de hacer, sientes que vales poco. Piensas que eres insignificante, te pasas la vida esperando que te ocurran las peores catástrofes, hasta que te ocurren. Vives con el temor de ser pisoteada, menospreciada, abandonada, engañada, vives tus días aislada del mundo. La soledad parece perseguirte. Tienes enormes dificultades para comunicarte.
Es normal que a veces nos sintamos bien y a veces mal con respecto a nosotros mismo(a)s, pero existen personas que parecen siempre tener una sola clase de autoestima o siempre alta o siempre baja. Es indudable que todos, en alguna época u otra, vivimos situaciones difíciles. Creemos que son más los problemas que tenemos que las soluciones que podemos dar. La persona con autoestima alta toma todos los incidentes de la vida como crisis pasajeras. No se deja abrumar. Puede tomar un breve descanso, pero no se deja vencer, no se rinde. Sabe que logrará lo que se propone y se sobrepondrá a la mayoría de los obstáculos.
El sentimiento de valor propio lo aprendemos desde la infancia. Desde niños pequeños interactuamos con otras personas nos sentimos apoyados en menor o mayor grado, recibimos palabras de aliento o desaliento, directa e indirectamente de los padres y de otras personas. De las experiencias y comunicaciones con otras personas comenzamos a formarnos una imagen de nosotros mismos, adquirimos una especie de “balanza” en la que comparamos nuestro propio valer contra el que nos ha dado el mundo adulto.
hola Claudia me interesó mucho tu artículo, porque de verdad que solemos desconocer nuestras emociones principalmente las negativas, yo quiero saber si tu sabes de algún lugar donde pueda ir y recibir ayuda al respecto; agradeceria tu respuesta.
Comentarios
Acertadamente aludes a la importancia de identificar las emociones que sentimos y tener cuidado con los boletos que compramos y no nos corresponden. Por consiguiente, me remito a Miguel Ruiz en los "4 acuerdos" que refiere cuidar las palabras...aunado a la teoría de la bala mágica de la cual sustraigo lo vital que es aprender a codificar, decodificar, poner atención a los diversos referentes que poseemos acordes a nuestro marco de referencia, a no perder de vista que "la palabra sale de tu boca y en muchas ocasiones va directo al corazón del otro", a ... "lo que dice el otro no lo dice por ti sino por él mismo". Hacer un alto para pensar antes de hablar (fijate qué dices, en dónde lo dices, por qué lo dices, para qué lo dices, qué no dices...), controlar la víscera pues en ocasiones sólo buscamos con quien descargar emociones y en muchas ocasiones hacemos daño. Cuidar el qué y sobre todo el cómo.
Parafraseando a Branden, y diversos estudiosos respecto a la forma en que nos conocemos, evaluamos, aceptamos, respetamos, para traspolarla al próximo o "prójimo", el papel que juega la La autoestimam, entendida como la valoración que tenemos de nosotros: la opinión y el sentimiento que cada uno tenemos acerca de nosotros mismos de nuestros propios actos, valores y conductas. Conciencia de ser competente para vencer desafíos básicos de la vida; confiar en nuestra capacidad de pensar, aprender, tomar decisiones adecuadas y responder de forma efectiva a situaciones nuevas. Tener confianza en nuestro derecho de experimentar éxito y satisfacción personal. Tener conciencia de nuestra eficacia. Ese silencioso respeto por uno misma(o)
AUTOCONOCIMIENTO. Desde pequeños nos imponen que sentir es malo, cultura machista que prohíbe llorar, decir te amo, demostrar alegría, afecto, miedo, tristeza, rabia… situación que tergiversamos y si no la externamos se convierte en deformaciones emotivas: berrinches, celos, envidia… La necesidad de conocer nuestro yo integral (deseos, impulsos, limitaciones, sentimientos, pensamientos, valores, inquietudes, actitudes, temores, metas, anhelos.) Es muy importante rescatar, redirigir, reeducarnos, pero, primero, conocernos.
“CUANDO APRENDEMOS A CONOCERNOS, EN VERDAD VIVIMOS”
¿Conocemos a fondo nuestros gustos, defectos, virtudes, nuestro cuerpo (pies, espalda…) quiénes somos, cuál es nuestra visión, cuál es nuestra misión?
AUTOCONCEPTO. Qué es lo que pensamos de nosotros mismo(a)si ¿cuáles imágenes tenemos de nosotros mismo(a)?, ¿con cuáles etiquetas continúamos?, ¿como motejamos al otro" “DALE AL HOMBRE UNA AUTOIMAGEN EN POBRE Y ACABARÁ SIENDO UN SIERVO”
AUTOEVALUACIÓN Valorar y conocer nuestras vivencias, experiencias. Lo que es bueno y malo para nuestra persona.“El sentirse devaluado e indeseable es, en la mayoría de los casos, la base de los problemas humanos”
AUTOACEPTACIÓN. Entre más nos conozcamos y aceptemos seremos más auténticos, asertivos (autenticidad en nuestro pensar, sentir y actuar) respetaremos a los demás y comprenderemos que no somos perfectos. Haremos valer nuestros derechos propios, diciendo lo que necesitamos, creemos, sentimos y pensamos, de manera clara, directa, firme, sin agredir, respetando a las otras personas. "La actitud del individuo hacia él mismo y el aprecio por su propio Valer, juega un papel muy importante”
AUTORRESPETO. Vivamos de forma coherente con lo que sabemos, nuestros valores, digamos la verdad, respetemos nuestros compromisos, tratemos con amabilidad y benevolencia a nuestros próximos. ¿Es nuestra manera de comportarnos apropiada para los requisitos de nuestra vida y nuestro bienestar?
AUTOESTIMA ALTA. Te sientes lleno de energía y entusiasmo, capaz de todo, seguro de tu propio valer y tu importancia. Piensas que tu vida hace una diferencia importante en el mundo y en las personas que te rodean. Tienes confianza en tus capacidades, te caracterizas por tu honestidad, amor hacia ti mismo(a) y hacia los demás porque te expresas con libertad. Demuestras integridad entre tus valores y acciones, entre lo que sientes y lo que dices, entre tu comunicación verbal y la no verbal. Estás consciente de que tu mejor recurso es tu propia persona. Sabes que pueden contar contigo mismo(a) Tienes confianza en tu presente y esperanza en el futuro. Te aceptas tal como eres y, al mismo tiempo, deseas mejor. Disfrutas cuando logras mejor, pero entiendes que no siempre es posible.
AUTOESTIMA BAJA. Estás cansado, nada te entusiasma, te sientes inseguro de lo que eres capaz de hacer, sientes que vales poco. Piensas que eres insignificante, te pasas la vida esperando que te ocurran las peores catástrofes, hasta que te ocurren. Vives con el temor de ser pisoteada, menospreciada, abandonada, engañada, vives tus días aislada del mundo. La soledad parece perseguirte. Tienes enormes dificultades para comunicarte.
Es normal que a veces nos sintamos bien y a veces mal con respecto a nosotros mismo(a)s, pero existen personas que parecen siempre tener una sola clase de autoestima o siempre alta o siempre baja. Es indudable que todos, en alguna época u otra, vivimos situaciones difíciles. Creemos que son más los problemas que tenemos que las soluciones que podemos dar. La persona con autoestima alta toma todos los incidentes de la vida como crisis pasajeras. No se deja abrumar. Puede tomar un breve descanso, pero no se deja vencer, no se rinde. Sabe que logrará lo que se propone y se sobrepondrá a la mayoría de los obstáculos.
El sentimiento de valor propio lo aprendemos desde la infancia. Desde niños pequeños interactuamos con otras personas nos sentimos apoyados en menor o mayor grado, recibimos palabras de aliento o desaliento, directa e indirectamente de los padres y de otras personas. De las experiencias y comunicaciones con otras personas comenzamos a formarnos una imagen de nosotros mismos, adquirimos una especie de “balanza” en la que comparamos nuestro propio valer contra el que nos ha dado el mundo adulto.
gracias
cynthia han