Cambiar es innovar y también es ingresar en territorio desconocido. Para eso necesitamos mesura, equilibrio emocional y armonía interior. Si tú lo sientes así no postergues tu decisión. Cuando un ser humano siente una inseguridad personal en la toma de sus decisiones, en los balances que hace respecto a los resultados que espera de su accionar en la vida, es como que hubieran poderosos movimientos subterráneos que van conmoviendo sus cimientos más profundos.
Pero… cuando aparecen esos movimientos, aparecen también las preguntas: ¿qué es lo que deberíamos cambiar? ¿Cómo deberíamos hacerlo? Y estas dudas se instalan en nuestro proceso de pensamiento, porque recién estamos tomando conciencia de que esa inseguridad nos está persiguiendo como si fuera nuestra propia sombra y no la podemos resolver con el modelo tradicional de comportamiento que teníamos hasta el día que nos dimos cuenta que gran parte de nuestros problemas en la vida tienen que ver con la dependencia de la opinión de los demás. Y yo pregunto: ¿significa esto que tengamos que establecer una revolución interna? Definitivamente no. Lo que se trata es que tú puedas instrumentar algunas pautas de conducta que te ayuden a flexibilizarte y aumentar tu autovaloración y por ende obtener una mayor adaptabilidad a las exigencias cotidianas. Es decir, a partir de hoy en lugar de depender de la opinión de los demás, sí las podrás escuchar pero también harás valer la tuya, que por supuesto no tienes la certeza de que sea la correcta o que sea la verdad que tú estás buscando, pero tiene el enorme valor de ser tu opinión, de haber sido generada en tu interior, en tu mente, en tu pensamiento, en tu sentimiento.
Entonces, aunque los otros no estén de acuerdo contigo, o simplemente tengan una mirada o una opinión diferente respecto del mismo tema, tú debes hacer primar tu pensamiento por encima del pensamiento de los demás. Si coincide, bienvenido sea y entonces tú tendrás la sensación de que estás transitando por el camino correcto. Pero si por alguna razón no es así, si tú estás convencido y has llegado a la conclusión de que lo que piensas y lo que sientes no lesiona a nadie, no invade ningún territorio, no traspasa ningún límite, entonces te pregunto: ¿por qué no defender lo que tú estás pensando y lo que tú estás sintiendo? No puedes ir en contra de tus principios éticos y morales que son los que rigen tu existencia, porque sobre esos principios tú has edificado tu escala de valores. Hay algunos de esos principios que serán inamovibles, innegociables. Pero habrá otros que tú podrás revisar cuidadosamente y tratar de cambiar en tu propio beneficio.
Y… ¿a todas las personas les llegan esas ganas de cambiar al mismo tiempo? No, no es así. Porque para poder cambiar algo en tu vida tienes que aceptar, antes que nada, que hay cosas que están mal y que nos estamos dando cuenta de que están mal. Enfrenta la verdad de tu situación actual y allí encontrarás la fuerza para poder empezar a dar los primeros pasos como para poder transformar tu realidad.
Y la crisis que hoy puedes estar viviendo por esa inseguridad personal que tienes, es la que debes superar con esfuerzo, con los dos pilares de la autoestima- con confianza en ti mismo, con respeto por tu propia persona- y con la profunda convicción de que tú eres mucho más de todo aquello que te pasa y que te ha pasado y que si has llegado hasta el día de hoy, de alguna manera con dificultados, con inseguridades, con miedos, te queda siempre un espacio para la reconstrucción de tu vida y para recuperar un bien inapreciable que es LA ALEGRÍA DE VIVIR.
Todos podemos superar las crisis, si partimos de la base de creer en nosotros mismos como seres humanos, obviamente con virtudes y con defectos, obviamente con caídas y algunas de ellas extremadamente dolorosas, pero también con las ganas de levantarnos tantas veces como sea necesario para ver nuevamente que el sol brilla en el cielo y sentir que ese brillo y ese calor también es para nosotros aunque estemos inseguros, aunque estemos en crisis, aunque estemos con dificultades.
Comencemos entonces por rescatar nuestro ánimo, comencemos por dibujar una sonrisa en nuestro rostro que esté indicando que creemos por lo menos que podremos salir. Porque antes que hagas nada, antes de dar algún paso, antes que tomes alguna decisión, lo más importante es que tú creas que vas a ser capaz de poder superar esa situación.
Estás incursionando en el camino del reencuentro contigo mismo, de cara a programar un futuro diferente para tu vida. Comenzarás a gerenciar tu propia existencia y eso te va a dar una proyección muy importante que significa ser el protagonista de tu vida.
¡Diseña una nueva imagen de ti! Permanece fiel a tus principios, pero abre una puerta que te conduzca por los caminos de fuego con dignidad y con firmeza. ¡No esperes a mañana! ¡Hoy es tu gran día! ¡No dejes pasar esta oportunidad!
Dr. Walter Dresel
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