Sin embargo ha llegado el momento de darnos un tiempo para pensar si verdaderamente nos acerca a aquellos seres que forman parte y enriquecen nuestra vida.
Aunado a ello la diversidad de familias, circunstancias adversas a las que nos enfrentamos emocional e inclusive económicamente, así como la imperiosidad necesidad de fomentar el compromiso con nuestro proyecto de vida y con quiénes decidamos que formen parte de él, no solo por cumplir un requisito u obligación social, sino porque verdaderamente estamos convencidos de que deseamos construir nuestro camino al lado de la gente que nos haga fortalecer nuestro bienestar.
Si bien cada uno tenemos una historia de vida que ha marcado lo que hoy somos, sea cual sea nuestro credo, sin temor a equivocarme todos deseamos ser amados, respetados y escuchados, sin delegar la responsabilidad a terceros del porque nuestras circunstancias o protegerse a través de una aplicación de comunicación que jamás sustituirá la cercanía y calidez de un abrazo o una palabra de aliento.
Siendo este un espacio digital que nos invita a cuestionar y generar una visión más analítica de nuestro contexto, nos reitera una de las tantas opciones y bondades que nos ofrece el escenario virtual que tenemos al alcance, que acorta distancias y que promueve la formación digital para el bien común, de esta manera es cuando cobra sentido nuestra educación para la vida.
Dejo esta reflexión que invita a apreciar los detalles que tenemos oportunidad de compartir y hacer que trasciendan más allá de un momento de paso en nuestro acelerado día a día.
#Tuxtepecana
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