Publicado por Antonio Pineda el 24 de Marzo de 2010 a las 11:00am
Habia muerto, y la obscuridad reinabaSentía el dolor de las entrañasQue las aves devoraban.Luego, donde yacía,Sentí un perfume acompañar tus pasosMi restos se cimbraron como si fuerasTu la tierra donde, lo que fue mi ser,Tornaba a carroña.La luz pene
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