LA NECESIDAD DE MIRARSE EN EL ESPEJO DEL ALMA

Realizar balances periódicos en el curso de la vida de cada uno de nosotros, se torna un ejercicio por demás necesario a la vez que estimulante, porque nos devuelve la imagen no sólo física que es la que buscamos habitualmente cada vez que nos miramos en el espejo, sino que nos confronta con nuestra realidad, sea ella de nuestro agrado, o no lo sea.

El espejo del alma no nos miente; refleja la realidad tal cual ella es, y por lo tanto es una medida fiel del grado de satisfacción o insatisfacción que tenemos con lo que la vida nos otorga en la vida diaria. ¿Cuál es el mejor momento para hacer un balance existencial?

Lo lógico sería que periódicamente aún sintiéndonos bien, fuéramos capaces de tener el coraje y la valentía de enfrentarnos a lo que nos sucede, para sacar conclusiones, e iniciar un imprescindible proceso de cambio, tendiente a encontrar herramientas que nos permitan elaborar un nuevo proyecto personal de vida, a punto de partida de los hallazgos que irán apareciendo en la medida que seamos honestos, y justos en nuestro análisis.

Sin embargo la experiencia nos muestra que nos disponemos a mirarnos en ese espejo del alma, que significa promover una mirada de nuestra piel hacia adentro, y no solamente nuestro aspecto exterior, cuándo hemos tocado fondo, y cuándo nos encontramos sumidos en una crisis personal, de la que necesitamos emerger lo antes posible. Claro está, que cuándo mayor la crisis, también mayor el tiempo para poder detectar y definir qué es lo que nos ha pasado, y cómo hemos de encontrar un nuevo camino para nuestra vida.

Más de una vez me he preguntado: ¿por qué nos cuesta tanto a hombres y mujeres anticiparnos a los hechos de nuestra vida? Y digo esto porque cuándo uno hace una mirada retrospectiva sobre episodios que le han marcado duramente a lo largo de la existencia, en la enorme mayoría de los casos ha habido señales claras de que la tormenta se avecinaba, y sin embargo ni los truenos, ni los relámpagos, ni el cielo encapotado, fueron suficientes como para que nos diéramos cuenta  de que debíamos actuar prontamente para evitar que el dolor fuera mayor.

Esperamos caer en el precipicio y luego lastimados y heridos recién nos disponemos a reflexionar acerca de lo que nos pasó, y como remediarlo. Ése es el valor de mirarse en el espejo del alma, aunque creamos que todo está bien, y que nuestras metas y objetivos se están cumpliendo a total satisfacción de nuestra parte.

Nunca sabemos dónde nos encontraremos con la piedra que nos hará tropezar y que posiblemente nos hará caer, por lo tanto utilicemos no sólo la anticipación, sino también la visualización, teniendo en cuenta que vivimos hoy en día en un mundo que cambia sus coordenadas con una celeridad que a veces no podemos ni siquiera acompañar.

Estos cambios de escenarios nos confunden y nos hacen creer que el bienestar o la felicidad son bienes permanentes, sin percibir que al acecho existen innumerables circunstancias que nos pueden hacer perder la armonía, el equilibrio y la paz espiritual en cualquier momento. Estamos acostumbrados a acusar a los demás de nuestros fracasos y de nuestras frustraciones.

Mirarse en el espejo del alma, descubrirá lo mejor de nosotros mismos, y también nuestras debilidades que deberemos transformar en nuevas fortalezas que nos ayuden y que nos impulsen a avanzar por los caminos de la vida.

Mira que curioso esto del espejo del alma. No puedes comprar la experiencia por más dinero que poseas, o por más poderoso que te sientas. Sólo una postura de humildad te permitirá llegar a lo más profundo de tu ser, en la búsqueda de tu misión y de tu verdad en la vida. Recuerda que ese es el capital más importante que posees. Puedes ser un individuo hombre o mujer muy exitoso en lo que haces, pero si no rescatas tu esencia como ser humano, créeme que eres extremadamente pobre, porque si por alguna circunstancia mañana pierdes esa supremacía, te encontrarás con un vacío existencial muy difícil de llenar. 

Yo estoy de acuerdo con una ambición moderada y justa, en el sentido de querer crecer, destacarse y desarrollarse en lo que has elegido para tu vida. Pero no olvides nunca que eres un ser humano, y que por lo tanto eres falible, y pueden suceder muchas cosas inesperadas en el tránsito por la existencia.

Aprende a mirarte en el espejo de tu alma. Allí te encontrarás con tu verdadero ser, y será tu guía permanente para que no erres el camino a seguir a lo largo de tu vida.

No estás sólo. Tienes un entorno que acompaña el curso de esa vida que quieres modelar de la mejor manera posible. Entonces comprenderás que cada acto, cada decisión que tú tomes tiene efecto no sólo sobre tu persona sino también sobre quienes te rodean y dependen de alguna forma de ti.

Una vez que hayas dado el primer paso y te hayas enfrentado a ese espejo que devuelve imágenes maravillosas, no abandonarás este ejercicio vital, que te actualiza y te muestra cuál es el trayecto a seguir. Experiencias que no son transferibles. Cuestiones de autorresponsabilidad individual. ¿Sabes una cosa?

 

Así es la vida……..

 

Dr. Walter Dresel

 

wdresel@adinet.com.uy

 

www.exitopersonal.org

 

www.walterdresel.blogspot.com

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