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INTRODUCCIÓN al libro Bienestar Integral de José Ramón Ramos Silva. Edit. Trillas, México.

http://bit.ly/7XnPnq

Primera Parte

“La belleza de la naturaleza y la belleza del entorno cultural creado por el ser humano son, evidentemente, ambos necesarios para mantener la salud del alma y del espíritu del ser humano.”

Konrad Lorenz

El  mundo de hoy afronta crisis innegables en los albores del nuevo milenio. No podemos ocultar el sol con un dedo. Momento de peligro ciertamente, y al mismo tiempo de reto y oportunidad para poner en juego nuestro máximo potencial de ingenio, creatividad, actitud positiva, trabajo en equipo y liderazgo visionario, transformador y resonante. El cambio es inminente y el que no lo entienda así, tendrá que irse a descansar de una vez por todas, en paz y para siempre, porque ya no hay camino de regreso. En palabras de mi buen amigo Alfonso Lara Castilla, que en paz descanse: “Todavía muchos ingenuos le piden a los dioses que baje el agua de nivel, ¡Qué no entienden que ahora hay que aprender a respirar bajo el agua!”.

Vivimos en un mundo de cambios vertiginosos en torno nuestro y en este contexto, el ser humano y las organizaciones no pueden quedarse al margen. Renovarse resucitando, o morir para siempre, es el gran reto que afrontan; en pocas palabras: -jugarse el todo por el todo-.

Es así querido lector, como ahora comparto contigo una aventura fascinante: La de ver crecer y volar hacia nuevos cielos, -a lo largo de más de treinta años-, a diversas organizaciones y a un gran número de personas hacia la misión que como Humanidad, considero que tenemos: “Triunfar en grande, amar y ser infinitamente amados, ser infinitamente felices y facilitar el desarrollo armónico y pleno de nuestros semejantes”. En esta obra comparto una serie de claves sencillas que habiéndolas aplicado a nivel personal y profesional han demostrado tener éxito. Incluyo una serie de experiencias, anécdotas, ejercicios prácticos, lecturas, relatos, cuentos, mensajes, etc., que espero sean de utilidad práctica para que haciendo las adecuaciones a la propia vida, puedan llevarte hacia la conquista de cielos cada vez más ambiciosos de superación ilimitada, ya que por naturaleza, para esto estamos diseñados. No son recetas de cocina, ni fórmulas mágicas. Nada de lo que aquí se escribe es meramente teórico o simplemente extraído de algunos autores, lo he aplicado en la práctica personal y profesional con resultados altamente satisfactorios. Te advierto, querido lector, que algunos textos están repetidos con intención plena con el propósito de consolidar el aprendizaje y facilitar el proceso de mejora continua.

Estoy convencido de que el hombre de hoy tiene que resucitar, ya que por siglos ha vivido engañado por los velos de la codicia, avaricia, despilfarro, ego y apego; del mundo y de la carne, como decían mis abuelos. El hombre es un ser sabio, de luz, de amor, cósmico, celeste... solo que ha ignorado su verdadera esencia y naturaleza. Está hecho de polvo de estrellas y hacia este cosmos infinito se encamina cada día; mas las tentaciones del camino lo dispersan de su verdadera esencia, naturaleza y destino. Hoy más que nunca urgen seres del otro mundo con quienes contactar para estar en la misma frecuencia y en el mismo canal, así estaremos viviendo y experimentando desde hoy, lo que será mañana nuestra patria celeste. Hoy por hoy existen muchas cosas que nos estorban: apegados, asidos a las corazas materiales, a nuestros miedos, temores y sinsabores de la vida… Hoy es el día de renacer de nuevo, de renovarnos como Jesús en la montaña Sagrada y el monte Tabor y de establecer nuestra morada en el rascacielos del Altísimo. Ya estamos en un nuevo milenio y en un nuevo siglo de amor y de luz. Ojalá que tanto tú como yo, muy pronto nos encontremos en esta aventura fascinante.

Entonces, ¿Cuál es nuestra verdadera esencia y naturaleza? Somos TRIUNFADORES de CLASE MUNDIAL de origen (originales). Conquistamos la vida. Ganamos una Maratón de más de 500 millones de competidores al ser concebidos. Tenemos una capacidad de memoria de 280 quintillones de bites, tenemos una capacidad infinita de organizar eventos simultáneos: admirar la magnificencia de una puesta de sol, escuchar el canto cotidiano de la naturaleza, acariciar a un recién nacido, podemos sonreír, cantar, caminar, saludar, tocar algún instrumento musical, saborear y disfrutar los más exquisitos manjares que nos nutren de manera integral. Podemos oler y absorber los aromas y perfumes más exquisitos y delicados que encontramos en las plantas, en las flores, en la brisa del mar y en el aire fresco de las montañas. Podemos hacer funcionar todos nuestros órganos, aparatos y sistemas, tejidos y células; moléculas, átomos, partículas subatómicas y energía pura. Somos seres espirituales, (ya los místicos lo decían) y ahora lo confirma la física cuántica. Y nada más ni nada menos, somos príncipes, ya que somos dignos hijos de Dios y herederos del cielo. ¿Hay algo más que queramos pedirle a la vida? ¡Ya lo tenemos todo!, y, “cuando somos y creemos que somos, ya lo tenemos todo”. Ya nada ni nadie puede detenernos en este vuelo celeste hacia la conquista de la estrellas. Allí es el hábitat natural de nuestros más grandes anhelos, sueños e ilusiones por más irrealizables que de momento parezcan.

Ahora bien, ¿Cuál es el camino, hoy, en este NUEVO MILENIO? Ser el mejor, ser el número uno en un contexto del tamaño del mundo, es el reto que enfrentan las organizaciones y los seres humanos que las integran. Vivimos ya desde ayer en un mundo sin fronteras y los “localismos” de gente miope y conformista,... Ya son patrimonio del pasado. Ya lo pasado, pasado. Urge afrontar este desafío de manera globalizadora e integradora. Urge también hoy más que nunca, hacer que las cosas sucedan, producto de una profunda confianza en nosotros mismos y de un liderazgo directivo, transformador, orquestado y de equipos; de inamovibles y profundas convicciones, pasiones ardientes, palabras elocuentes, actitudes congruentes y acciones espectaculares y contundentes; perfectamente orientado hacia el rediseño, transformación y creación de empresas de clase mundial, que nos permitan ahora sí sintonizarnos con primer mundo. De esta manera las familas, sus organizaciones y el mundo entero, caminarán por la senda de la excelencia y se proyectarán hacia un éxito rotundo integral ilimitado, conquistarán cimas nunca antes soñadas, sorprenderán a los mismos gigantes. La pregunta es, ¿Lograrán también las organizaciones de clase mundial y personas que las integran un equilibrio armónico y un estado de felicidad absoluta, infinita y eterna acorde a su propia esencia y naturaleza; creando un poderoso campo cuántico al dar y recibir amor eterno y en perfecta fusión, orden y armonía con todo el universo? Ahí está el gran reto integrador, pues algunos países que han alcanzado los más altos niveles de progreso tecnológico y económico son los que tienen también los más altos índices de suicidio.