Hijos, sexo y otras "buenas" costumbres.

El sexo es uno de esos temas que suelen ser difíciles de abordar abiertamente de una forma objetiva. Existen tantos tabúes alrededor de, que tarde o temprano acabamos enredándonos con alguno de ellos.Hoy me queda claro que las culturas latinoamericanas compartimos la mayoría de esos tabúes. Uno de los que más han llamado mi atención durante toda mi vida adulta, y que por ende encuentro más nocivo, más tóxico, es esta "costumbre" de satanizar el sexo y todo lo que con él tenga que ver frente a las niñas y jovencitas.Cualquier "coqueteo" o voluptuosidad por parte de una adolescente es inmediatamente reprimido y tachado de inmoral, malo, pecaminoso y otras linduras por el estilo. Es decir, mientras la personalidad y carácter de la joven está en formación, cualquier congénere que no se desmárque de manera tajante frente al sexo (incluyéndola), será catalogada inmisericordemente de "fácil", "ligera de cascos", "zorra", "resbalosa", "pirúja" y demás adjetivos que van subiendo de tono.Así pues, esperamos que una mujer decente y respetable, llegue al matrimonio inmaculada y con una total aversión al sexo prematrimonial, sólo por ser sexo prematrimonial.Lo curioso del caso es que esperamos que a partir de la noche de bodas, esa misma mujer no solo le tome gusto al sexo, si no que hasta lo disfrute y lo busque constantemente con su pareja… ¿y entonces? ¿que paso? Usualmente esto no sucede, y ni siquiera casada, la mujer se siente completamente a gusto, sexualmente hablando.Los argumentos con los que educamos en casa a cada género, no sólo son pobres y empobrecen la comunicación entre ambos géneros, sino que además son sumamente tóxicos.Por el otro lado, no es difícil escuchar de muchachos a los que su primer "mujer de la calle" se la "invito"… su mismo padre! O sea que, lo que con las chicas es pecado ¿con los hijos es virtud? Así, el varón se siente en plena libertad de buscar fuera lo que no encuentra en casa.Esto se convierte más adelante en un abismo físico en los matrimonios que con mucha frecuencia suele hundir a la relación. Ciertamente el sexo prematrimonial implica un sinfín de riesgos… pero para ambos géneros.Aprendamos como padres a darle la verdadera y correcta dimensión a las cosas, con la finalidad de promover adultos sanos, equilibrados y capaces de ser felices.La fidelidad es un asunto de convicción, de compromiso, de comunicación, de respeto, pero sobre todo de amor. Démosle a las siguientes generaciones las bases para entender y lograr esto.A mi como padre me preocupa más que una hija caiga en una relación prematrimonial por toda la carga emocional que implica, y que muy probablemente no va a ser capaz de manejar, lo que la hará tomar decisiones incorrectas o fuera de foco, cuyas consecuencias va a tener que pagar mas adelante, que por mantener "el buen nombre" o "las buenas costumbres".Hablemos de frente y sinceramente con nuestros hijos de todos los temas.(Originalmente apareció el 18 de mayo en Metaconsciencia)
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Comentarios

  • Es cierto Beny, mucho es cuestión de desinformación y desafortunadamente, también de miedo y pena a informarse!

    Tienes razón Mariona, tener demasiada información, no implica tener buena información. La oportuna y correcta comunicación con los padres genera niños sanos, confiados y estables, pero sobre todo niños protegidos, dispuestos a hablar de cualquier tema o inquietud con quienes deben hacerlo, que son los padres.
  • MUy buen tema para estudiar, porque hay mucho por aprender para ayudar a nuestros hijos a manejar esta situaciones ya que tenemos en contra todo la desinformación respecto al tema.
  • Dependiendo de la actitud de los padres, los niños aprenden si el sexo es bonito o feo, correcto o incorrecto, un tema de conversación o no. Los padres son un modelo con sus actitudes, hablen o no del tema. Que el niño no pregunte no significa que no quiera saber. Puede que simplemente no se anima a preguntar con recelo de la actitud que sus padres tendrán hacia el tema. Es que aún en muchas casas, cuando un niño pregunta algo relacionado a la sexualidad es mal interpretado como "grosero" porque lo preguntó en voz alta, "mal educado" porque lo preguntó a otra persona, "fuera de lugar" porque preguntó en la escuela, o "degenerado" porque se siente demasiado interesado y curioso en el tema.
    Los padres deben tener muy claro el tipo de orientación que desean dar a sus hijos. Deben considerar que hoy día los niños están muy expuestos a todo tipo de información sobre el sexo. En razón de eso, es necesario "vigilar" as actividades de los niños, y si es el caso, ofrecer nuevas opciones de entretenimiento, buscando programas, comprando discos y ropas que estén de acuerdo con la edad del niño, y así garantizando un mínimo de protección. Es conveniente que los niños no sobrepasen etapas. Que no abandonen los juegos infantiles por imitaciones más adultas y comportamientos similaresOtra actitud que los padres no deben olvidarse es de evitar aquella vieja historia de separa los niños y niñas en grupos distintos en lo que se refiere a la sexualidad. Se debe hablar con los dos por igual, independiente del sexo que tenga. El hecho de negar igual derecho a la información, a la formación, y al placer, harán niños pasivos, educados para a sumisión, y muy poco preparados para resolver posibles problemas en el futuro. La información adecuada a los hijos les ayudará después a enfrentarse a un posible abuso sexual, a una enfermedad, etc. En resumo, les protegerá
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