Imagina que vas caminando dentro de una nube gris. Sabes que estás en terreno conocido, pero simplemente no reconoces tu rumbo.   Constantemente empiezas a dar tumbos en las paredes que no ves claramente. Entonces empiezas a sentir cansancio de no saber a dónde vas.   Sobre todo, empieza a haber dolor de cada golpe que te das cuando quieres avanzar.  Pero nada debe impedir tu camino así que tu sigues intentando. Al final, te das cuenta que estás en el mismo lugar y no has avanzado nada.

 

Como película de terror.

¡Este puede ser un tráiler de una película de terror! Cuando todo se ve gris, y sabes que tienes toda la energía, pero no poder ver claramente hace de esto una carga enorme en tu camino. Sientes que llevas a cuestas una gran piedra en los hombros que hace más lento tu andar.   Aquí es donde muchos profesionales, sin darse cuenta empiezan a dar de tumbos, empiezan a perder la paciencia, sus frustraciones les impiden ver claramente el rumbo y por eso se convierte en un momento de lucha contra corriente, donde todo es gris y no parece que nada funcione. Se vuelve un círculo vicioso y pareciera que nada funciona.

 

Intentar avanzar en ese estado es un error, porque todo empieza a confabular en tu contra sin darte cuenta qué eres tu mismo quién lo está provocando

  1. Muchos podrán pensar que sus colegas o jefes les están impidiendo salir adelante.
  2. Otro grupo de personas empezarán a pensar que es el entorno y el momento económico o político en que se vive.
  3. Una gran mayoría empezará a dudar de si mismos y de sus capacidades.

 

Qué hacer para evitarlo.

Primero que nada, hay que sacudir todo lo anterior antes de tomar decisiones.   Hay que hacer una parada porque cuando estás esforzándote mucho sin hacer un análisis o estrategia de lo que estás haciendo y a costa de qué, esa energía negativa que generas te impedirá ver con claridad.

 

Los ejercicios de autoreconocimiento y autoreflexión para encontrar tus fortalezas, tiene que ser de todos los días.   Cuando olvidas meditar sobre ti y lo que te distingue, lo que te hace fuerte, olvidas tomarlo en cuenta y en momentos de crisis eso pone un vado en el camino que te hace más difícil avanzar.    Así que primera lección:  Hay que agradecer y reconocer lo que te distingue todos los días.

 

Una vez que reconoces qué es lo que te apasiona, que es lo que te mueve, en qué puedes desarrollar tus talentos, entonces empezarás a generar más energía para entender lo que debes hacer y en quién te debes apoyar para lograrlo.   Aquí es cuando se empieza a prender la luz y la visión de hacia dónde vas.

 

Recuerda que es un proceso.

Cuando ya tienes más claridad, entonces hay que generar una estrategia para darle seguimiento y analizar que tenga estructura para que las cosas sucedan.  En este paso te puedes topar con incertidumbre y quizá no estés seguro si el método es correcto. Es importante que te apoyes en otros. Recuerda que dos cabezas siempre piensan mejor que una.  En mi caso, cuando he perdido el foco del lugar hacia el que quiero ir, siempre me ha funcionado apoyarme en coaches, mentores o guías que me permitan ver con otros ojos, lo que estoy haciendo y si puedo mejorar el camino o debo considerar otras opciones.  No estás solo, eso es una decisión propia, así que busca rodearte de quién te apoye y fortalezca.

 

Ver la luz otra vez, es renovarte, sentir qué eres capaz, te ayuda a sentirte más ligero y cuando te sientes bien, no solo te ves bien otros te perciben mejor y te haces más visible.    Cuando no hay foco y está todo gris, es como ir arrastrando una gran piedra sobre los hombros y tratar de correr. Ahora imagina cómo se siente si lo intentas sin la piedra. Visualiza cómo avanzas mejor, con más ligereza y con otro incentivo de alcanzar objetivos en tiempo acelerado.

 

No te sientas mal si esto te ha pasado.   Esto es una lección de aprendizaje. En ocasiones son necesarias para saber cómo enderezar el camino y aprender a hacerlo mejor.  Lo que es más importante, es tener la humildad de reconocerlo y de levantarte otra vez para agarrar vuelo.

 

El contenido original de este post se encuentra en https://www.alemarroquin.com/2019/06/11/cuando-se-pierde-el-foco-puede-ser-tan-gris-como-una-pelicula-de-terror/

 

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