TEMPLO, por definición una edificación sagrada, también es un término usado para nombrar a nuestro cuerpo, un lugar venerable que solo pertenece a cada uno y que por lo tanto nos hace responsables de su mantenimiento, cuidado y constante rehabilitación.
Así, es válido que en todo momento nos cuestionemos cómo lo estamos procurando y si estamos haciendo lo suficiente para mantenerlo en equilibrio, armonía y paz. Nuestro templo está constituido por órganos, músculos, huesos, sangre, energía vital y el SHEN; éste nos identifica con nuestro espíritu y rige la energía mental para el pensamiento y la conciencia.
Cierta cantidad de esta energía es producida naturalmente en el organismo; sin embargo, la muy demandante vida moderna genera estrés, desinterés por proteger nuestra salud y una menor capacidad de ofrecer amor y de mejorar nuestra relación con nosotros y con los demás.
Conservar y transformar esta energía es fundamental para mantener el equilibrio emocional y fomentar nuestro crecimiento psicológico y espiritual. Siempre será necesario limpiar, depurar y acariciar el alma, para liberarla de las ataduras que se acumulan al paso del tiempo y así lograr que el Universo conspire a nuestro favor.
Qi Gong: https://www.youtube.com/watch?v=Y_cFt0grLnQ
Estas caricias al alma, al templo y por consiguiente al Universo, las podemos obtener practicando Qi Gong (Chi Kung), una antigua disciplina que ha demostrado, a través de los siglos, ser una depurada técnica para equilibrar, recuperar y mantener la energía, pues nos permite lograr una conciencia renovada, el fortalecimiento de nuestra intuición y una vida tranquila, para finalmente conocer nuestra misión real en la vida.
Testimonio: https://www.youtube.com/watch?v=QdlUmkFt1w4
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