¿Te asusta el cambio?

¿Te asusta cambiar?

 

Es increíble el miedo que produce cambiar. 
Claro, nos educaron con el criterio de que la estabilidad

era sinónimo de madurez, de equilibrio. 

Quien cambia es “inestable”, inmaduro, 
todavía no ha crecido, porque el ideal de vida, 
para la sociedad, es un mundo quieto. 

Vivir en el mismo barrio, habitar la misma casa, 
permanecer en el mismo colegio, 
tener la misma pareja, “durar” en el mismo trabajo, 
escoger carrera “para toda la vida”, 
amarrarse a la misma ciudad y al mismo país...
todos sinónimos de estabilidad. 

Ni qué decir de las ideas o de las creencias. 
Hay que tener los mismos valores, 
los mismos criterios, la misma mentalidad. 
Atreverse a innovar es como una “locura”,
y es más importante permanecer que arriesgar.
Nuestra sociedad valora lo estático, 
que “no produce desorden”, antes de romper esquemas

y arriesgarse a que la vida sea diferente.

El criterio más elemental para cambiar, 
el más simple si se quiere, es que lo que hemos vivido, 
lo que hemos estudiado, lo que nos ha acompañado, 
donde hemos permanecido, no nos ha producido

ni la paz ni la armonía esperadas.

Muchas personas se lamentan, por ejemplo, 
por la “pérdida” de valores o por la “pérdida de la familia”. 
Entonces, en la deducción más simplista,
“volver” con la familia tradicional ahora sí dará estabilidad. 

¿Quién dijo?

¿Por qué creer que lo que no sirvió hasta ahora,

(o es que cree que el mundo va bien),

va a empezar a dar resultados?

¿No sería mejor buscar otra clase de alternativas,
que al menos nos permitan crear otra clase

de circunstancias más humanas, de menos apariencia

y de mayor contenido y aceptación de la diferencia? 
Es el cambio, y claro, está también el miedo al cambio. 

¿Qué escoger? 
Arriesgarse o permanecer, he allí las alternativas.
Aclarando que muchas de las cosas

que esperamos afuera, no se encuentran 'afuera'. 
En más de una situación, el cambio exterior 
no produce los resultados que anhelamos,
porque los problemas no son tan sólo geográficos, 
o de ambiente, o de la persona que nos acompaña, 
o de la ciudad, o del país en el que habitamos.

Debo cambiar y arriesgarme, pero también,

debo manejar internamente la flexibilidad,

para no apegarme, para fluir, para atreverme. 
Es el famoso equilibrio: cambiar pero no desbordarse. 
Cambiar pero no precipitarse o indigestarse

queriendo asumirlo todo a la vez. 
Ningún cambio duradero es rápido o instantáneo, 
los cambios necesitan cocción. 

En el cambio no hay horno microondas,

sino fogón de leña.
Porque, así sea impactante, lo que permanece

quieto es porque está realmente muerto.
Lo único que no acepta cambio es la muerte. 
Sorprende cómo los seres humanos,

dicen tanto de su personalidad a través

de su necesidad o resistencia a los cambios. 

Hay personas que están “muertas” en vida,

que no se atreven a cambiar ni siquiera la ruta hacia el trabajo,

ni lo que comen, ni se arriesgan a vestirse diferente,

a mover los muebles de la casa, 
o a pasar un fin de semana de otra manera. 
Por eso cuando no se acepta, la resistencia

al cambio se convierte en enfermedad.

A las buenas o a las malas, el mundo se mueve

y el cambio no consulta. ¡Simplemente se da!

O me subo al carrito del cambio, 
o el cambio me atropella.

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Comentarios

  • Muy atinado Gaby, gracias :)!

  • Gracias Gaby muy cierto!!!
  • Muy cierto li importante es hacerlo, gracias por este buen articulo te envio saludos, un placer leerte.

  • "Ningún cambio duradero es rápido o instantáneo, 
    los cambios necesitan cocción. "

    Excelente frase Gaby, las personas no sólo resistimos el cambio sino que también queremos resultados inmediatos de lo contrario el miedo se incrementa y por lo tanto la probabilidad de fracaso.

    Muchas gracias por la aportación, 

    Saludos :)

    Claudia

  • Muy cierto! Gracias por recordarlo.
  • Gracias, de hecho Los cambios se abren paso a pesar de la resistencia, en primer lugar Los bebés ya Han evoluciondo, es innegable, las relaciones humanas también, no somos Los mismos aunque algunos quisieran, este medio es una prueba de ello.
  • Totalmente cierto!!! Muy enriquecedor!

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