¡¡¡QUE INCREIBLE RESPUESTA!!!

¡¡¡Hola Chicas!!! ¡¡¡Qué Padre!!! ¡¡¡Qué respuesta!!! Recibir tantos correos de ustedes felicitando, comprometiéndose, invitando a más gente a trabajar por la TIERRA, me da más ánimos para seguir adelante.Este es un trabajo que apenas empieza y debemos seguirlo haciendo permanentemente por un tiempo, para contrarrestar tanta agresión que ha sufrido nuestra MADRE TIERRA. No dejes de hacerlo ya sea frente a tu Globo Terráqueo, un Mapa Mundial o en la Pantalla de tu Imaginación. También puedes hacer un collage con dibujos o imágenes recortadas del Mundo, de gente feliz, abrazándose, de niños comiendo, de ríos limpios, bosques frondosos, etc. etc. Y mirándolo, eleva una ORACION a quien tú le oras, con tus propias palabras, o bien la Oración de Ho´oponopono: “Lo siento, Perdóname, Gracias, Te AMO”. Imaginando al mundo feliz, sano, limpio, equilibrado y a su gente de la mano, unida, amándose y sonriendo.Tú sabes que el PODER DEL PENSAMIENTO es enorme y unido a SENTIMIENTOS de AMOR por la vida, la gente, los animales, las plantas, el PLANETA y uniéndonos a toda la gente que podamos ¡Será MUY FACIL LOGRARLO!Ya somos miles de personas en diferentes países trabajando de esta manera. No podemos detenernos, hay que seguir hasta que los noticieros nos vayan informando de los CAMBIOS que estamos produciendo con nuestro TRABAJO DE AMOR.¿Seguimos contando contigo?¡¡¡TE AMOOOOO!!!!!María Esther
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Comentarios

  • Hola Maria Esther: estoy unida a este llamado de amor por nuestro planeta.
  • Hola Maria Esther. Creo que definitivamente lo único que nos salvará y salvara a nuestro querido planeta es el AMOR, les quiero compartir una experiencia que tuvo mi sobrino con un delfín, él es biólogo y un enamorado del mar y de sus criaturas. es un poco larga, pero es reconfortante y conmovedora.
    7- julio 2010. Estoy en Lechuguillas, Veracruz después de haber estado en un taller para atender fauna marina empetrolada como prevención a los efectos del derrame de Louisiana. Lo que sigue es pasar lo que resta del mes entre este y otro campamento al norte de Veracruz. Este campamento esta muy bien plantado, es una casa a la orilla del mar en una zona aislada pero dedicada al turismo, turismo local principalmente. Entre las comodidades que tiene hay luz, tv, camas, y hasta lavadora, aun así me gusta más la rústica comodidad del Farito.
    Anoche después de viajar y viajar, llegamos al campamento y todavía salimos a patrullar, vimos un par de tortugas “verdes” que acá en el Atlántico son mucho más grandes que sus primas “negras” del Pacífico; yo ya estaba muy cansado y me sentía mal del estómago, pero el viento mientras patrullábamos era muy agradable. Hoy en la mañana, aunque estaba como araña fumigada por no dormir suficiente, salimos a hacer un censo de nidos en una playa vecina llamada coyoles, su acceso es mucho más restringido, tenemos que salir a la carretera en la cuatrimoto, después un camino de terracería, potreros, un río y más potreros. Iba con Emmanuel y Hugo, dos tortugueros del Parque Sistema Arrecifal Veracruzano. No llevábamos mucho de recorrido en la playa cuando vi un delfín varado a la orilla del mar; a la distancia parecía fresco y lo primero que pensamos fue que era una buena oportunidad para hacer una necropsia, pero no! Estaba vivo! abría y cerraba su opérculo, le tomamos unas fotografías con un celular, y lo metimos inmediatamente al mar. El pobre delfín solo respiraba, apenas abría los ojos y le costaba trabajo mantener la vertical. Una ventaja comparado con el Pacífico es que en el Golfo, la planicie costera se extiende más y las olas son bajas al igual que el fondo por lo que, aunque de vez en vez nos bañaba una ola, era un buen lugar para que se recuperara el delfín. Mientras se recuperaba tratamos de medirlo, identificarlo y sexarlo. Medía alrededor de 2.20 m, no se que especie es y macho. Su piel me pareció mucho más suave que la de los Turciops era maravilloso verlo abrir y cerrar su opérclo y sentir su fuerte corazón con mi mano en su pecho, sin embargo el pobre tenía taquicardias, apenas si abría los ojos y aunque a veces movía su aleta caudal esperanzadoramente como un perrito enfermo que mueve la cola, en ocasiones le daban espasmos musculares a lo largo de todo el cuerpo hasta hacerle levantar la cola en lo que parecía un rictus de dolor.
    Mientras tanto Emmanuel salió del mar para tratar de comunicarse con la civilización y avisarle a Laura que estaba en una reunión con la comunidad, un grupo de mariposas voló por la playa, que por otro lado está muy bien conservada y no hay comunidades, al grado que la mayoría de los nidos de tortuga se quedan in situ.
    Pasó mucho tiempo a mi me parecieron como dos horas y el delfín no moría como parecía que pasaría cuando le daban esos espasmos ni se recuperaba por completo y teníamos que seguir sosteniéndolo para que lograra la vertical. Pensé que sería mejor ir tomando medidas para trasladarlo al acuario de Veracruz para una larga recuperación y los refuerzos no llegaban ni nos logramos comunicar nuevamente con Laura, así que Hugo se regresó al campamento y nos quedamos solos Emmanuel y yo con el delfín que por cierto había olvidado decirles que de vez en cuando también emitía atronadores y etéreos lamentos por el trasero acompañados de una pasta verdosa. La veterinaria que nos dio el curso nos había dicho, si es verde, no es normal. Así que Emmanuel tomó una muestra y la sacó a la playa dejándome solo con el delfín.
    Muchas cosas pasaron por mi mente en ese momento, desde la preocupación por mantenerlo en la posición correcta yo solo, hasta recuerdos de gratitud por experiencias pasadas con los delfines, pero en particular recordé la vez que, a mi parecer, salvaron la vida de Rocío y a mi de un trauma eterno si algo le hubiera pasado mientras nadamos con ellos en Revillagigedo. Así que abracé por completo al delfín, me acerqué a su rostro, lo besé y le dije algunas cosas que quedarán entre el delfín y yo. Para entonces, el delfín no mostraba ningún cambio solo respiraba y se movía un poco. Emmanuel regresaba hacia donde estábamos y en ese momento la magia ocurrió. El delfín puso los motores en marcha, movió con ritmo su caudal, uno, dos, tres y salió disparado de mi abrazo. A dos metros de distancia y un poco a la derecha salió en vertical mostrándonos todo su vientre y una evidente recuperación, pude ver que nos veía, se mantuvo una fracción de segundo y después de sumergirse pasó frente a nosotros, mostró una de sus aletas pectorales por encima del mar y se alejó… ¿Alguien puede describir lo que se siente en un momento así?
    El delfín se mantuvo en la costa por otros diez o quince minutos, yo lo veía aún conmocionado en el mar y más tarde desde una duna para tener una mejor perspectiva, me preocupaba que recalara, pero se le podía ver poniendo a prueba sus habilidades, el melón se mantenía en la posición correcta y se movía rápido y luego frenaba, evidentemente estaba bien, unos minutos más tarde llegaron los refuerzos, Laura, Carlos, Christian, Hugo y Rosi con otra cuatrimoto y palas por si había que enterrarlo, por suerte no fue así. Terminamos el recorrido, nos tardamos al menos otras 4 horas y el delfín no recaló ni lo volvimos a ver. Es la una de la mañana del 8 de julio y muchas cosas más pasaron ese día, parece que fue hace mucho, pero aún siento la emoción a flor de piel, y mi corazón se acelera sincronizado con el corazón del delfín.


    --
    M. en C. Arturo Juárez
    Kuzari, Asociaciòn Para el
    Estudio y la Conservación
    de la Tortuga Marina, A.C.
  • HOLA MARÍA ESTHER

    SIGO CONTIGO, PERO QUE PODRÍAMOS HACER PARA EMPRENDER ACCIONES, PORQUE PIENSO QUE TAMBIÉN SE REQUIERE UN POCO DE TRABAJO FISICO, BUENO ASÍ ME PARECE.

    SALUDO Y UN FUERTE ABRAZO
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