¿ Cuántas veces al presentarse un problema o una piedra en nuestro camino, hemos tenido miedo de enfrentarlo? Peor aún lo ignoramos y dejamos pasar el tiempo creyendo que se va a resolver solo. Lo único que logramos es que crezca; muchas veces hacemos y nos hacemos más daño, por tardarnos en decidir qué hacer oportunamente, en vez de ir resolviendo cada uno de los problemas a su tiempo, llegará la desesperación y nuestra mente se oscurecerá y nos será imposible salir a la luz. Sabemos es muy difícil para cada uno de nosotros el lidiar con las piedras que se nos presenten ya que en momentos van agigantándose, solo tengamos en cuenta que nuestra actitud es determinante, enfrentar a tiempo es mucho mejor a esperar gran parte de nuestra fuerza espiritual, emocional y física se deterioren y después no sepamos ya por dónde empezar. En verdad no es fácil, aunque tampoco imposible.
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¿ Cuántas veces al presentarse un problema o una piedra en nuestro camino, hemos tenido miedo de enfrentarlo? Peor aún lo ignoramos y dejamos pasar el tiempo creyendo que se va a resolver solo. Lo único que logramos es que crezca; muchas veces hacemos y nos hacemos más daño, por tardarnos en decidir qué hacer oportunamente, en vez de ir resolviendo cada uno de los problemas a su tiempo, llegará la desesperación y nuestra mente se oscurecerá y nos será imposible salir a la luz. Sabemos es muy difícil para cada uno de nosotros el lidiar con las piedras que se nos presenten ya que en momentos van agigantándose, solo tengamos en cuenta que nuestra actitud es determinante, enfrentar a tiempo es mucho mejor a esperar gran parte de nuestra fuerza espiritual, emocional y física se deterioren y después no sepamos ya por dónde empezar. En verdad no es fácil, aunque tampoco imposible.