Karla y Juan llevaban dos años de pareja y se llevaban muy bien. Siempre decían que tenían mucho en común y eran grandes amigos porque estaban de acuerdo en cosas importantes: cómo divertirse, a dónde ir de vacaciones, la importancia de la educación financiera, etc.
Un día Juan descubrió algo terrible. Tomó el celular de Karla sin intención, porque estaba sonando sin parar, decidió pasárselo a Karla, quien estaba en el baño y aparecieron mensajes comprometedores en la pantalla.
¿Qué estaba sucediendo? Decidieron buscar ayuda profesional y se dieron cuenta de que no se conocían. Jamás habían hablado con honestidad sobre sus valores intrínsecos como la religión, lo que era importante para cada uno sobre la familia, sobre los hijos, la sexualidad e incluso descubrieron que cuando surgían conflictos no se sentían apoyados entre sí, se dieron cuenta que desconocían muchas cosas el uno del otro, se tomaron un tiempo para poder platicar como grandes amigos, compartiendo sus gustos y sus sueños.
Sanaron su relación desde las bases con ayuda de un terapeuta y ahora se sienten nuevamente enamorados.
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