Basta un papel y unas cuantas letras unidas con sentido para imaginar y entender los sueños de una persona. Son suficientes algunas páginas y decenas de párrafos para comunicarte con el mundo sin importar las fronteras físicas, esas líneas que hemos impuesto como límites. Esos son los libros y esta vez les quiero hablar sobre ellos.
Los libros representan una de las invenciones más bellas del mundo para compartir y comunicar ideas. Por eso se convierten en instrumentos eficaces para luchar contra la pobreza y construir una paz sostenible.
Un niño, en medio de una guerra puede vivir en un mundo de paz, con solo leer e imaginar una historia. Puede transportarse, sin mover sus pies, a escenarios construidos a punta de palabras, de frases, de versos. Una composición es un arte, y el arte es la expresión más pura de la libertad.
Los libros y la lectura no discriminan, todo lo contrario, permiten que todos accedan al conocimiento. Ni siquiera las barreras del idioma pueden impedir que las historias se conozcan. Hace algunos años entendí que la paz es una construcción personal, y que un apoyo principal siempre será el compartir a través de la lectura. Como les dije antes, los libros pueden crear escenarios, una atmósfera de paz en un campo de guerra. Acceder al libro, va más allá de un privilegio.
Con esa idea, en el 2003 decidí escribir el primero de varios libros basados en Ho’oponopono: El camino más fácil: Resuelve tus problemas y toma la ruta que te llevará al amor, la felicidad, la riqueza y la vida de tus sueños. A pesar de no ser una escritora profesional, me embarqué en esa aventura. ¡Yo era una contadora especializada en impuestos! Pero fue más fuerte mi deseo de compartir lo que había descubierto y que había transformado mi vida.
Allí conté mi propia historia sobre cómo encontré mi identidad y libertad usando, justamente, esta técnica. Cuando la gente me decía que mi libro le había cambiado la vida, no lo podía creer. Cómo yo, sin haber tomado ningún curso de cómo escribir un libro, podía cambiar vidas con mi libro.
Siempre aliento a mis estudiantes a no esperar a tener dinero o estudios, para hacer cosas que sienten en su corazón. Cuando haces cosas desde el corazón, nada puede salir mal, hasta escribir un libro sin experiencia o títulos.
Inclusive, a pesar de haberlo publicado yo misma, vendí los derechos en más de 15 idiomas y pude llegar a mucha gente alrededor del mundo con mi mensaje. ¿Te queda alguna duda del enorme poder de un libro?
Sea de forma impresa o en digital, gracias a todos mis libros puedo llegar a lugares donde físicamente nunca he podido estar. A través de un libro, mi mensaje de paz y felicidad traspasa fronteras, derrumba muros, construye cimientos. Esto es para mí un logro que jamás imaginé. Aún hoy, sigo emocionándome con cada comentario que leo de la gente que lee y comparte cada una de mis líneas. Es así, que cada día confirmo que este es mi camino.
Y ahora lo digo, un mundo sin libros y sin creatividad, es un mundo que no se transforma y no tiene paz. Algo que me reconforta es saber que ahora estamos en la era de la información y todos estamos luchando para que la cultura, el arte, la educación y los libros tengan un espacio cada vez más fuerte en la sociedad. Poco a poco se va construyendo esa paz, que empieza en cada uno de nuestros corazones. Recuerda que solo cuando nosotros estemos en paz, el mundo estará en paz.
Los libros no son millones de letras agrupadas con sentido. No son infinitos puntos y comas, ni párrafo y títulos. Son vehículos de conocimiento e inspiración que forman el mejor patrimonio inmaterial y que abrazan tu alma.
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