Libro inédito... "Tengo parálisis cerebral y soy feliz" Capitulo I

 

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Autor: Sylene Moreno Salcido.

 

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CAPITULO PRIMERO

MI VIDA ES PLENA …¡Y NO LA CAMBIO!

 A mis 38 años después de haber sido madre de tres hijos, cuento con un trabajo que me gusta desarrollar en el medio de la publicidad impresa, mis ingreso son bastante buenos y mancomunados con los de mi Esposo que se dedica a la educación; puedo decir que estoy en camino a la plenitud de mi vida.

Mi hijo mayor ya asiste al Bachiller, está entrenado en un equipo de Hockey.

 Mi hija de 14 años entrena para la selección Nacional de Canotaje,  terminará el último año de secundaria. Estamos planeando su fiesta de XV años. ¡Siento que estoy a punto de envejecer!

Siempre tuve en mente el ser madre de tres hijos así que no les sorprenderá que les diga que tengo una niña maravillosa de 6 años. Ella es la versión femenina de mi esposo. ¡Es tan parecida a él! ¡Qué bueno!… No tengo preferencia por ninguno, pero esta niña tan adaptable a mis necesidades como madre, permite qué yo siga desarrollando mi estilo de vida. La vida me ha favorecido con el resplandor de su belleza y con su peculiar timidez. Por la cual he decidido que tome clases de Tae Kwan Do; porque es tan tímida; que permítame contarle... en el kínder que asiste mi hija, hay una niña que la aterra; así que he decidido junto con mi esposo que lo mejor es que ella aprenda una disciplina que forje su carácter y de pasada se defienda. ¿Quién de nosotros no paso por esta etapa? Bueno, pero en mis tiempos el bulings escolar, se daba en la secundaria; pero como los niños y niñas de esta era ya traen un chip integrado, que les proporciona seguridad en sí mismos a edad más temprana, pues no es raro verlo en el kínder o ¡desde la guardería!

 La verdad es que estas etapas por duras que sean, debemos verlas como una experiencia y convertirla en positiva.  Empiezan los retos, en mi hogar… quien da el mejor o el peor consejo. Aquí interviene todos, los que ya  fuimos blancos de burlas colegiales pero que salimos airosos en ese punto.

¡Qué bien  que se dio esa situación! pues mi vida ya un poco en la rutina, toma un giro en el quehacer doméstico.

Mi esposo lleva a los niños por la mañana, yo me preparo para ir a trabajar. Voy por niños al mediodía. Es una rutina que hemos hecho durante años. ¿Cómo cualquier de ustedes? Que ya tiene una vida formada y que han pensado: ¿Pronto en unos años tendré a mi marido para mi sola? O tú amigo ¡Ya pronto podré volver a utilizar un carro de dos plazas!  ¿Vagonetas?  ¿Mamámovil?  ¡Nunca más! Estos son algunos de mis anhelos, ya no tan lejanos, pues como les comento mi hijo, ya de 17 años, la hija mayor de casi 15 y la pequeña de 6. Ya no demandarán el tiempo de cuando pequeños. Creo que hicimos bien nuestro trabajo como padres. Trasmitimos valores adecuados.  Los ahora jóvenes van por buen camino, alejados de las drogas, conscientes de las necesidades de sus semejantes, favorecidos con una educación espiritual, deportistas. Vive mi Madre,  vive mi Padre. Tengo un hermano muy cercano a mí. El es una persona exitosa en su trabajo, y entiende perfectamente mi personalidad desinhibida, abierta, un poco caprichosa y sobre todo siempre cuento con él.

Ahora qué la crianza de los hijos ya depende más de una  guía y comunicación, y no tanto de la directa supervisión; mi esposo y yo nos hemos permitido concesiones en nuestra vida; como es el darnos más espacio para la convivencia con nuestras familias, reunirnos con nuestros amigos importantes en nuestro entorno social. Cosechar el fruto del amor familiar y el cariño de las buenas amistades que nos han acompañado. No se diga  en el ámbito laboral, hemos puesto más empeño, al final también será un fruto que cosecharemos y todo gracias a los pequeños sacrificios de un esfuerzo extra.

Plenitud, plenitud, plenitud ¿Quién no trabaja para lograr eso? ¿Quién no piensa que sus mejores años, están por venir? Yo siempre lo he pensado, a mayor esfuerzo mejores resultados.

¿Para que perder tiempo viendo una puesta de Sol, con el calor que aún en el otoño hace en la zona donde vivo?  mejor llego a mi casa, me doy un baño y pongo la televisión. Nada mejor que una cena rica, una película de amor donde sale una puesta de sol, sin los inconvenientes del exterior.

¿Ustedes estarán pensando que mi vida es un poco superficial? No es así, pasa que cuando te acercas a los 39 años y en el caso de mi esposo a los 44… Uno se debe dar el tiempo, para preparar el NIDO VACIO; en nuestro caso será un poco tardío, ya que la hija menor tiene 6 años. Pero aún así, debemos tener nuestras propias metas  y objetivos personales; para qué el día de mañana, que los hijos se alejen, no sentirnos abandonados en nuestro espacio, ahora casi por verse vacio.

Con este relato de mi ir y venir diario, quiero compartir lo fácil o difícil, que es para una persona como cualquier otra, decidir el camino que andará, con las personas que decide estarán  en el futuro y guardar las finanzas que ha trabajado a lo largo de su vida para dar  paso a una vida mejor.

Todos podemos planear nuestro futuro como más nos convenga.

De repente llega un ámbar a nuestra vida. ¡Una luz amarilla! ¡Una piedra en el camino! ¡Un tropiezo del destino! Casi como una canción que hemos escuchado, o una poesía que nos enseñaron.  ¡Me duele la espalda!  ¡No soporto el dolor!  ¿Qué me está pasando?

Pasa que el cuerpo está cobrando la factura por correrlo 39 años y diría mi Abuelo… ¡Sin Aceite!

¡Ah! Porque es Octubre y recién llegue a los 39 años; yo creí que este tipo de dolencias eran para personas de más de 60. ¡Pues no! tengo noticias para todos, he llegado a la edad de los yo nunca… Yo nunca sentí dolor, yo nunca me quejaba,  yo nunca faltaba a una fiesta… y yo nunca tuve 39 años antes.

¡Ahora es cuando agradezco el haber pagado mis contribuciones al servicio médico!

 Entonces empezaron una serie de cambios en mi vida maravillosa e infinitamente dichosa.

El dolor que me aqueja en realidad no me deja disfrutar de lo que antes me producía placer y bienestar. Acabo de llegar del médico, y me dice que es lo estresada  que vivo, por el ritmo tan acelerado que se vive hoy en día. Así que no dudó en incluir en mi receta,  analgésicos y  relajantes musculares.

 Como todos los días llegue por mi hijo a su preparatoria; ya tenía la soluciona a mis problemas de salud, así que podía seguir adelante.

 De momento mi hijo apareció tomando de la mano a una chica. ¡Sí… mi hijo tenía novia!

La nena tenía  una cara preciosa, sus ojos eran muy verde… vestía  de negro, traía un dragón en su carpeta y unas cadenas colgaban de su pantalón.

Pero como soy una madre muy positiva, que piensa: lo mejor es no contrapuntear intereses, no me quedo más que aceptar el hecho. En mi pensamiento me decía: ya se le pasará.   Cuando mi hijo subió al auto, mi dolor de espalda ya no era solo de espalda, el cerebro me quería estallar. Pero en fin me tome cinco o diez segundos de meditación y empecé a dialogar con él: ¿Y cuáles son los planes con tu novia?  ¿Piensan acompañarnos el domingo a la iglesia? Y me dice el futuro hombre en potencia… No Ma’  mi novia no cree en la iglesia ¡Ya no era Mami!  y lo que tanto me costó lograr, viene una nena ojiverde y se lo lleva el viento.

Creo que sentí en ese momento, que se hacia un hoyo en el asiento y pronto saldría por ahí.

Ni hablar… mis hijos estaban creciendo y yo debía de aceptarlo; no antes de decirle: Tú tienes derecho de elegir como ser independiente, dueño de tu vida…pero yo soy tu madre y tengo el derecho de advertirte o prevenirte de los peligros en tu camino, pero tú elige lo que creas es mejor para ti.

Los vuelcos de la vida no se hicieron esperar, mi hijo cambio su forma de vestir… ¿cual creen que se volvió su color favorito? Sí efectivamente el negro; colgaron cadenas de su pantalón y adquirió un calzado, más parecido a las botas de los policías de tránsito, que a los que usaba Fankestein.  Y  lo peor había cumplido 18 años. ¿Qué madre o padre se puede oponer al DEJAR SER  de los hijos?

Empezó una nueva etapa en la vida de nuestra familia. Mi esposo y yo discutíamos por la rigidez de las reglas en casa, por el tiempo que pasaban con los amigos los ahora muchachos. Mi hijo ya parecía que se había mudado de casa y pasaba mucho tiempo con su reciente noviecita; y  agreguen a la lista muchas cosas más. Fue muy duro, pues la tensión crecía cada vez más en mi hogar.

Mis ojos evadían la realidad; los temas de conversación que antes eran agradables, ya no lo eran.

Tuve que ceder en mi forma de pensar, ya que la vida de mi hijo mayor, tenia otras prioridades y obvio no era ya nuestra familia.

Todos estos cambios afectaron mi vida de manera estructural, drásticamente. Y la factura siguió creciendo.

 Mi salud siguió en deterioro; las visitas al médico fueron más frecuentes, las dolencias más acentuadas. Los analgésicos fueron cambiando y aumentando la dosis, y cosas por el estilo.

 La última vez que visite al médico me dijo que estaría bien si recurría a un especialista en psicología ya que el notaba una depresión en proceso. Así lo hice, pero no trajo gran alivio.

 Mi tristeza comenzó a crecer.

Una noche que me encontraba en paz, tome la biblia entre mis manos y le pedí a Dios, que no me abandonara, que yo estaba decidida a seguir su camino y tomarme de su mano siempre. A la mañana siguiente, mi ánimo se normalizo, ya no era esa mujer que se tornaba fatalista y negativa. Solución: “TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE”

Era Diciembre y empecé a sentir un decaimiento muy extraño, algo nuevo estaba pasando en mi organismo… ¿Más facturas? Pensaba. ¿Cuándo va a parar esto?  Me dirigí al médico,  ya en una actitud molesta, poniendo en duda sus conocimientos y le dije: Doctor podría dejar de adivinar mis dolencias y  mandar  a examinarme de todo lo que se le ocurra; pues pase de ser una mujer afortunada y positiva; a una mujer adolorida, cansada y deprimida. Me sorprendió su respuesta me dijo: sí como no, empecemos por una prueba de embarazo. ¿Qué?

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