¿Qué es la soledad?
“Carencia voluntaria o involuntaria de compañía”, así define la Real Academia de la Lengua el término soledad.
La soledad es un sentimiento para algunas personas es difícil de sobrellevar, aunque muchos lo padezcan en la actualidad. No siempre resulta claro y fácil, para la persona el saber cómo enfrentarla, porque la soledad para algunas es la oportunidad de encontrar algo de calma y tranquilidad, pero para otras, quizás para la mayoría, es el temor a enfrentarse consigo mismas y de correr el riesgo de que no les guste lo que van a encontrar en su interior.
La soledad puede definirse como el tiempo, el espacio, el estado donde no hay otros que actúan como intermediarios con nosotras mismas. La soledad es un espacio necesario para ejercer los derechos autónomos de la persona y para tener experiencias en las que no participan de manera directa otras personas.
Cuando estamos solas, podemos recordar las pérdidas, los errores cometidos, revivir épocas de abandono, ya sea en la infancia, la adolescencia o en la vida adulta; recordar situaciones difíciles como enfermedades o muerte de seres amados; etc.
La soledad también es un espacio o estado de reflexión donde uno entra en contacto consigo misma y puede recuperar sus fuerzas y su poder personal que ya posee para romper con todo estado de “dependencia” que puede resultar en algún momento hasta patológica. Es necesario el aprender a retirarnos del mundo esto lo digo de forma “literal” para poder asimilar todo lo que hemos vivido y como hemos actuado en consecuencia a esas experiencias, asimilar qué aprendizaje nos ha dejado esas experiencias.
En lugar de luchar contra la soledad, es más recomendable saber encontrar el placer y el sentido de ésta, aprender a disfrutar de nosotras mismas y a equilibrar esas demandas que tenemos en relación a la compañía o la presencia constante de otra persona para poder sentirnos bien.
El estar solas con nosotras mismas también puede calmar la mente, porque nos ayuda a fortalecer el auto-control y ayuda a conocernos mejor, a identificar las propias sensaciones, sentimientos y necesidades personales, nos lleva a un autoconocimiento que nos permite reconocer la riqueza personal que ya poseemos, puedes verla como una oportunidad, un momento de reflexión, de conocerte a fondo y de encontrarte sinceramente con tu propia identidad. En muchas ocasiones es precisamente esto lo que hace sentirte sola. Cuando no hablas contigo misma, cuando no te escuchas, cuando no te prestas atención, cuando eres una desconocida para ti misma, cuando no te atreves a lidiar contigo misma, te asustas y no sabes cómo hacerlo. Es la oportunidad para reencontrarte a ti misma. No estás sola, te tienes a ti, estas contigo.
Nos han enseñado a tener miedo a la libertad; miedo a tomar decisiones. El miedo a la soledad es un gran impedimento en la construcción de la autonomía, porque desde muy pequeñas y toda la vida se nos ha formado en el sentimiento de orfandad; porque se nos ha hecho profundamente dependientes de los demás y se nos ha hecho sentir que la soledad es negativa, alrededor de la cual hay toda clase de mitos.
Para enfrentar el miedo a la soledad tenemos que reparar la desolación en las mujeres y la única reparación posible es poner nuestro Yo en el centro y convertir la soledad en un estado de bienestar de la persona. Tenemos que dejar de funcionar con fantasías del tipo: “le digo, me dice, le hago”. Se trata más bien de pensar “aquí estoy, qué pienso, qué quiero, hacia dónde, cómo, cuándo y por qué” que son preguntas vitales de la existencia. Preguntas que nos llevan hacia dentro de nosotras mismas y dejamos de esperar de los demás.
La realización de una mujer no depende de estar acompañada, depende de qué tanto disfruta de sí misma al estar en soledad que se permite compartir esos momentos con otra persona, brindar a los otros su ser completo.
En conclusión, la mayoría de la gente tiene un sentimiento insoportable de vacío cuando sola, sin embargo este vacío puede ser muy fértil ya que es oportunidad de hacer algo que no habíamos hecho anteriormente por falta de tiempo, y que ahora en soledad puedes hacerlo. Cabe mencionar que aunque las personas temen la soledad, aún hay algunas otras que eligen vivir solas, sin que esto quiera decir que no vivan experiencias enriquecedoras, disfrutan estar tan sólo consigo mismas y se enfocan en su crecimiento personal. Es sana la soledad ya sea por elección o circunstancia, y creo que quién sabe estar en soledad disfrutará enormemente estar acompañad@.
Una pregunta para reflexionar:
¿Y tú que has hecho, con tal de no enfrentar la soledad?
LDH. Sandy González Guzmán
Terapeuta Desarrollo Personal
Sesiones on line
coachsandy_dhci@hotmail.com
Acompáñame todos los sábados a las 11:00 am en el programa de radio por internet SER MUJER, TIENE SENTIDO a través de www.antenanoticias.com.mx
Comentarios
Aprendí, que todos en algún momento de nuestra vida somos vulnerables, que por más fuertes que seamos hoy, el día de mañana todo puede cambiar. Aprendí también no esperar nada porque lo que recibamos cuando necesitamos es un regalo inmenso, además aprendí que siempre hay alguien que nos ama. Aprendí que a pesar de que estuve muy enferma siempre, había otra persona peor y otra mejor que yo. Aprendí a amar más la vida y agradecer a Dios siempre por ello. Lo importante es ESTAR VIVO Y VIVIR.
Maria del Pilar Cisneros me imagino que fue duro para tí, coincido contigo en que nadie debe morir solo, una necesidad inherente de los seres humanos son las relaciones interpersonales, pero en tu caso al atravesar pro esas crisis circunstancial en tu vida, yo te pregunto:
¿Qué aprendiste de tí misma al enfrentar sola esa enfermedad?
Gracias por compartir.
No se puede estar sola cuando se está consigo mismo, sin embargo hace un año permanecí sola en casa por una enfermedad y realmente siempre se necesita a alguien que vea por uno no se puede nacer solo y tampoco se debe morir solo, la ayuda siempre es necesaria e importante. Gracias por compartir. Bendiciones.
¿Qué patrones se repiten?
¿Qué no has querido aprender?
¿En qué se parecen tus ex-parejas?
Puedes extrañar muchas cosas, desde tus expectativas, lo que tú creías tener, lo que él representaba en tu vida, lo que viviste con él, lo que pudiste haber vivido y no fue asi.
Mencionas que no quieres verlo por todo el daño que te hizo.....entonces hace falta trabajar el perdón, ya que por medio del enojo es que lo estás aún atada a él, y eso te impide caminar libre hacia adelante.
¿Que tal si también ya te perdonas?
Caray tengo ya 2 años "separada" de mi segunda pareja y aún no logro soltarlo, aveces siento que lo sigo amando, aveces pienso que solo siento nostalgia por las cosas bonitas que viví con el, aveces ni quiero verlo por todo el daño que me hizo, y efectivamente no quiero verme sola siento que el sería el único que cuidaría de mi, siento que el es el único que me amará, se que estoy mal y no se que hacer pero si me doy cuenta que hago todo hasta soportar sus groserías con tal de que no se aleje de mi, creo en definitiva que necesito ayuda