LA MUJER Y EL PODER DEL IKIGAI.

Hace algunos años, cuando vi la película Votos de Amor se quedó como un tatuaje en mí una frase que hablaba sobre los momentos de impacto: “Yo también tengo una teoría. Una teoría sobre los momentos de impacto. Mi teoría de esos momentos de impacto son como destellos de mucha intensidad que te cambian la vida por completo y terminan definiendo quien eres.” Con el paso de los años recordaba esporádicamente esta frase.

 

 Luego de pasar por el abismo de mis momentos de impacto: muerte de mi amado, depresión, ansiedad y covid, donde mi vida era parecida a un callejón sin salida, pude comprender realmente el significado. Creo que las grandes preguntas sobre la vida surgen cuando estas al borde del precipicio, preguntándote incluso si vale la pena vivir. No solemos detenernos para soñar de verdad, a lo grande y algunas personas no identifican con precisión sus talentos y sus dones, por lo tanto, no saben cómo reinventarse. Otras personas conocen su propósito de manera intuitiva y otro grupo ni siquiera se lo han preguntando a sí mismos. Fue a través de estos episodios como fueron surgiendo diversas conexiones para encontrar respuestas a mis propias preguntas, tal como ocurrió con el libro del método Ikigai, de los autores Francesc Miralles y Héctor García, este libro llegó a mí cuando gané un concurso que sorteaba una mentoría donde participaron más de 200 mujeres alrededor de Latinoamérica y entre los premios estaba el libro.

    

Esta vez el momento de impacto era fabuloso y más amigable conmigo: detectar  mi propósito porque todos los seres humanos tenemos uno y cultivarlo es nuestra responsabilidad. La gran pregunta era ¿Cómo lograrlo? Y allí estaba radiante como el sol ese libro para encontrar un mejor sentido a mi lugar en el planeta y dejar atrás el complejo de Jonás (personas que tienen miedo a la grandeza) acuñado por el psicólogo Abraham Maslow.

 

 Ikigai en la cultura japonesa significa: “razón de vivir” o “levantarse de la cama cada mañana”. En francés se llama “razón de ser”. Ikigai es una combinación de las palabras “iki” que significa vida y la palabra “kai” (pronunciada como gai) simboliza valor, efecto, resultado o utilidad. Ikigai se compone de la mezcla entre lo que te gusta hacer, tus talentos o habilidades y el sentido de tu existencia. Es decir, ikigai es la alegría de vivir o encontrar el significado de la vida, un proceso profundo de autoconocimiento. El ikigai está inspirado en los lugares del mundo donde las personas viven más tiempo, tienen una expectativa de vida superior a la media. El autor Dan Buettner investigó una de estas regiones y las denominó “zonas azules”. Japón y la isla Okinawa en particular, son una de estas regiones en el mundo. Según Buettner, el concepto de ikigai impregna la vida de estos isleños, combinado con una dieta particular y una red de apoyo de amigos o "moai". Hay evidencia para afirmar que el ikigai está ayudando a la gente a vivir más tiempo en Okinawa.

 En líneas generales, Ikigai es un concepto humanista enfocado en la persona y sus necesidades reales. Utilizado para caracterizar el autentico liderazgo, entendido como el que logra inspirar y tocar el corazón de la gente. Indiscutiblemente, existen múltiples interpretaciones acerca del propósito de vida, ten presente que una cosa es lo que haces, como por ejemplo tu trabajo y otra muy distinta es lo que te apasiona.

     Ahora bien, toma lápiz, papel y comparte un café contigo misma para conversar sobre tu ikigai, en cada sorbo mucha honestidad ok. Lo ilustraré con el siguiente ejemplo de un diagrama de Venn:

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     Para complementar la herramienta presentada, te dejo una serie de preguntas poderosas para profundizar aún más en el ejercicio. Hazlo por escrito para que puedas interiorizarlo mejor:

  • ¿Qué es lo que te gustaba jugar cuando eras niña? ¿Qué valor le dabas a ese juego?
  • Llega el hada de la abundancia y te da 100 millones de $. ¿Qué te dedicarías a hacer con ese dinero por el resto de tu vida?
  • Si tu casa se incendia y solo tienes 1 minuto para salvar tu vida y cargar algunas cosas ¿Qué NO dejarías por ninguna razón?
  • ¿Qué actividad haces en la que se te pasa el tiempo sin que te des cuenta?
  • ¿Sobre qué tema lees mucho sin que te resulte aburrido o tedioso?
  • ¿A quién admiras? ¿Cómo quien te gustaría ser?
  • ¿Qué cosa hace que se dispare tu creatividad?
  • ¿Qué haces con facilidad y mucho mejor que otras personas?
  • Si no tuvieras que trabajar por dinero: ¿Qué harías?

 

     Otro término para el propósito de vida o ikigai es misión de vida. “El ser humano tiene dos  grandes necesidades espirituales: la necesidad de CRECER y la de CONTRIBUIR. Si no creces o no contribuyes estas muriendo por dentro, podrás sentir felicidad pero nunca estar satisfecho” afirma Tony Robbins. Todo en la vida nos llama a crecer. Cuando dejamos de crecer, empezamos a sentir miedo y ansiedad. Tu propósito es tu contribución.

 

     Para resumir ¿Qué harías gratis toda la vida? Identifícalo y ejecútalo con todo tu ímpetu y aún si tienes todo en contra, da pasos hasta convertirlo en una acción remunerada. Tu propósito es como tu huella dactilar, lo que te distingue del resto y ese talento es lo que produce prosperidad verdadera. Existe una ley para ahondar más en este aspecto: SER, HACER Y TENER (Primero somos, después hacemos y luego tenemos). Sanar para SER desde tu esencia, HACER desde tu propósito de vida y TENER prosperidad, la cual llega como efecto de cumplir este orden. Muchas veces tu propósito puede cambiar en base a las fluctuaciones de tus experiencias, lo inquebrantable e inalterable siempre será tu fuerza interna. Todo se vuelve efímero cuando el orden intenta aplicarse al revés.

 

 No he venido a decirte cuál es tu propósito, solo a brindarte una opción para que lo detectes y empieces a caminar en esa dirección. Conectarte a tu ikigai sencillamente es hacer lo que amas. En lo personal, me siento plenamente conectada con mi misión porque amo crecer enseñando herramientas a mujeres resilientes para conectar con el propósito de su alma y esa es mi contribución a través de este libro. Espero escribir muchos libros más

Tu sentido de propósito viene cuando lo compartes. Sin un propósito en la vida, seguirás sintiéndote estancada, como si estuvieras moviéndote en círculos, observando cómo el tiempo continúa pasando. ¿Cuál es tu ikigai? Si hoy fuese tu último día de vida ¿Cuál sería la huella que dejarías al mundo para que sea un poco mejor o simplemente para cambiar la vida de alguien? No permitas a los obstáculos impedirte encontrar el valioso tesoro que llevas dentro de ti. Confía, nunca es tarde y no importa tu edad, siempre es tiempo virtuoso. ¡Dios siempre sabe como unir todas las piezas! 

 Parafraseando la visión de Eckhart Tolle, dice que en realidad hay dos tipos de propósitos: El primero es siempre cumplir con tu propósito interior, el cual es crecer conscientemente por dentro. El propósito externo es lo que quieres lograr por ti misma en la vida. Pero mientras lo persigues, tienes que hacerlo viviendo aquí y ahora cada momento conectada a tu presente. Haz espacio para no perderte únicamente en tu propósito exterior. ¡Sería una trampa!

En conclusión, tu propósito principal es crecer desde tu esencia, sentirte bien, ser la causa de tu propio bienestar. Vivir en estado constante de abundancia y gratitud en medio de cualquier escenario de la vida. Cultiva tu amor propio y cree en ti. A partir de allí continua abriendo el camino hacía tu propósito de vida.

Con amor y gratitud;

Mayerlin Romero.

@soy.mayer

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