Ser original, único e irrepetible, son características con las que nacemos, porque así somos todos los seres humanos; sin embargo, a lo largo de la existencia, se van sumando referentes o modelos de quienes aprendemos para formarnos en lo personal y en lo profesional; eso, por supuesto, también es natural, sin embargo, hay personas que se sienten extasiadas frente a ciertas personalidades, de tal modo, que no sólo desean inspirarse en ellos para tener algunos logros, sino que intentan ser copias exactas de esos personajes. Tenemos por ejemplo, a grandes imitadores, pero de un solo intérprete, a quien copian la voz, porque, claro está, puede tratarse de un “don”, pero no se conforman con eso o con complementar su actuación a través de un vestuario y, tal vez una peluca, en su intento de caracterización, sino que empiezan a rebasar sus límites de identidad al practicarse operaciones quirúrgicas, a realizar cambios notables en su peso corporal y otras transformaciones más, que les hacen olvidarse de quién eran para ser una versión “hechiza” de aquél a quien imitan.
Si no estás atento a quién eres y en quién pretendes convertirte, esto puede pasarte, aunque no efectúes modificaciones notables en tu aspecto físico. Probablemente admiras a algún artista, político, empresario, o incluso, a tu padre o tu hermana, solo que, cuida que esa admiración, no te lleve a convertirte en una versión distorsionada de esa persona.
Es por eso que se habla de trabajar en la edificación de una mejor versión de ti mismo, pero ¿sabes lo que eso significa?
La primera pregunta es: ¿cuál es la versión actual de mi? Todo empieza por aceptarte tal como eres y sentirte orgulloso de tus cualidades, consciente de tus defectos y satisfecho con lo que has logrado y aprendido en el camino. Sin este proceso de autoconocimiento y desarrollo de amor propio, será complicado entender qué es generar una mejor versión, porque no identificarías el punto de partida, que, generalmente, se relaciona con el reconocimiento de tus fallas, pero no ante los demás, sino ante ti mismo.
En un segundo momento, tendrías que preguntarte ¿qué quiero exactamente mejorar y por qué? Esta búsqueda de la perfección, se relaciona, muchas veces, con la profunda necesidad de ser aceptado por otros, ante todo, por aquellos que constituyen un ejemplo a seguir. El problema es que esto es una motivación extrínseca, que va acompañada, en muchas ocasiones, de acciones de auto sabotaje, que te impiden alcanzar la meta; esto obedece, por supuesto, a que no nace de tu deseo real del corazón, sino del de alguien más. Así que responder las preguntas “qué” y “por qué”, te ayudará a ubicar lo que verdaderamente quieres ser.
El tercer paso es preguntarte ¿por dónde empiezo? Los cambios en el ser, comienzan por el cambio de mentalidad, lo que conduce al cambio de hábitos. Tu sistema de creencias o paradigmas debe modificarse para abandonar por convicción las viejas prácticas que no te dejan estar a gusto contigo mismo; recuerda que hay que decir adiós a lo viejo, para dejar entrar lo nuevo. En el momento en que las creencias cambian, no es un sacrificio acompañarlas de nuevas prácticas, por ejemplo, si estar solo o sola te hace sentirte seguro porque percibes una posible amenaza en el hecho de socializar (tal vez la posibilidad de traiciones o desengaños), pero al mismo tiempo no te gusta ser así; al cambiar el paradigma y convencerte de que eres más feliz estando rodeado de gente que puede aportar grandes cosas a tu vida, entonces será más fácil procurarte un grupo de amistades o conseguir una pareja ya que, al estar relajado, tu actitud cambia y llegan a ti las personas correctas; por supuesto, tendrás que buscar en los espacios que disfrutas; tal vez un gimnasio, un grupo de lectura, un lugar de baile, es decir, aproximarte a personas que compartan tus intereses para que los círculos sociales surjan naturalmente. Eso puede ser algo cotidiano para muchos, pero para ti, puede representar la reinvención de ti mismo, al menos en ese terreno.
Por último, no olvides que los grandes logros se obtienen con paso firme. La carrera loca, te conduce a la frustración y al fallo, porque no te habrás dado el tiempo suficiente de analizar, avanzar, sostener e interiorizar la nueva práctica en tu vida. Ve una por una y, al darte cuenta de los resultados, te sentirás inspirado para continuar avanzando hacia esa nueva versión de ti.
Te deseo mucho éxito y piensa que hacer de ti alguien mejor, es de las mejores cosas en las que puedes invertir tu tiempo; será un tiempo de calidad.
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