INCREMENTA LA PRODUCTIVIDAD CON ENFOQUE

Uno de los grandes retos para las personas en la época actual es el de lograr un equilibrio de vida y organizarse en el día a día con sus actividades y ser productivas. Se dice que la productividad no es sinónimo de estar ocupado u ocupada, de ahí se parte para identificar aquellas actividades que sólo nos consumen tiempo sin que tenga mayor impacto en el desarrollo personal.

La productividad implica planeación, organización, disciplina y, sobre todo, enfoque. El enfoque ayuda a mantener claridad, a echar a andar esa planeación y organizar el tiempo, de acuerdo a las prioridades que se tengan. Evitando así, distracciones y retrasos, incluso la procrastinación.

Enfocarse requiere limpiar y organizar tanto la mente como el espacio físico donde se desempeña cada quien. Una mente limpia, significa una mente descansada, despejada, dispuesta a echar a andar la creatividad, la ejecución de las actividades según se hayan programado, pero al mismo tiempo, significa ser flexibles y aceptar que pueden haber factores no controlables o externos que impactarán en dicha ejecución. La práctica de la presencia plena o atención consciente promueve el enfoque en el aquí y el ahora, en mantener la mente en el momento presente, también ayuda a prestar atención a los pensamientos, emociones y al entorno.

Cuando se dice que las personas somos lo que pensamos, o que como es adentro es afuera, se refiere justo a lo anterior; las acciones y lo que cada quien percibe como su realidad, es producto de lo que le ocurre internamente. Así, la productividad y una vida más equilibrada son el resultado de ello.

Es importante explicar acá que un pensamiento, que se detona a partir del sistema de creencias, genera una emoción y ésta una acción. Por tanto, las acciones que se realicen llevarán el nivel de enfoque con el que se hayan hecho conscientes, de la atención que se haya puesto a los pensamientos y emociones que surgen en el momento que se planean u organizan.

El entorno, específicamente el espacio físico en el que se está inmerso diariamente, contribuye a la productividad y el enfoque. Entre más organizado esté, por ejemplo, el espacio de trabajo, donde se evite cualquier tipo de contaminación visual o auditiva, que sea además un espacio exclusivo para ello.

En tiempos de pandemia, el teletrabajo ha sido la opción para un gran número de personas, sin embargo, adaptar tanto la agenda familiar, personal y laboral y el espacio ha sido complejo para muchas. Lo cierto es que tiene grandes ventajas hacer todo desde un mismo lugar, si se mantienen tanto los horarios adecuados para cada actividad, si se comunican efectivamente dichos horarios a las demás personas con las que se comparte dicho espacio, si se establecen prioridades y si además, hay momentos de descanso.

Por tanto, para mantener el enfoque e incrementar la productividad, se sugiere evitar hacer múltiples tareas al mismo tiempo, planear diariamente qué se va a hacer durante el día siendo flexibles a cambios de último momento en la planeación sin que esto signifique caer en la procrastinación y eventualmente convertir todas las actividades en urgencias. Y sobre todo, estar en constante atención a lo que pensamos, cómo se comunica el cuerpo y tener espacios de descanso y autocuidado.

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