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¨Los años son como peldaños desde donde podemos ver mejor. Doménico Cieri Estrada.¨

Sin más y de repente, me encuentro elaborando una misiva, esto, en medio del saldar de un año y el germinar de uno nuevo…

Apreciados años, probablemente no se acuerden de mi, quizá me han visto pasar, quizá me han escuchado, pero de cualquier manera, les comento… Humana como todas, 45 años de errores y aciertos…aprendiz de mamá y de algunos oficios para ganarme la vida…con florecientes canas que cubro con tinte, por supuesto…muy agradecida con la vida…

Yo si los he visto pasar tal saeta como el viento, ágiles apresurados y dinámicos, con celeridad en su andar.

Los he escuchado cuando se han detenido a revelarme circunstancias y situaciones que han formado parte de este recorrido.

Pero hoy año viejo, primeramente me dirijo a ti, en una remembranza de los obsequios que me proporcionaste, incluso las nostalgias, y que en algún momento no aprecie, tengo que reconocer que de de todos los ensayos y las notas que me entregaste, me trajeron prudencia, sensatez, juicio, experiencia, conocimiento y sabiduría.

A veces difícil de dimensionarlo en mi vida, pero hoy siento la confianza de haber utilizado todas las herramientas a mi alcance, para arribar a este momento.

Para ti año nuevo, que él solo mencionarte, lo veo traducido en mañana, en porvenir, en predicción, tu, quien en las mas de las veces me has colmado de asombros, de admiración.

Me has llenado de auroras cada mañana, cuando veo en el porvenir una ocasión para enfocarme en mis objetivos, entregarme con pasión a la senda trazada, trabajar con ahínco en lo que me ilusiona, a ocuparme en ideas que me generen una marcha de paz.

También a ser persistente y entregarme con pasión a cada día del calendario, a empujarme a ver más allá del horizonte con madurez y eficacia el viaje por aún conocer.