Escritoras. 4.13.- Amores que Matan

+ 4.12.- BIENVENIDA AL CAPITALISMO. 4.14.- MIS TRES AMORES+ Marina Azul Celeste: ¡Cuánta razón tienes... Cuán culpables somos!Estamos casi al final de la publicación on line de los trabjos del ejercicio LO QUE NUNCA DIJE, de nuestro taller de Expresión Literaria AFLORA LA ESCRITORA QUE LLEVAS DENTRO y esta vez el turno es para Marina Azul Celeste. Nos presenta una reflexión cruda, valiente, acerca de los adultos, de nuestras conductas y fallas. Después vine el trabajo de Esperanza, Mis Tres Amores y cerramos con el 4.15.- Saborear el Viento, de Maya y, el 4.16.- La Butaca, de Tina Nieto. Calificaciones de este ejercicio, el 7 de mayo. Ahora, leamos:AMORES QUE MATANMarina Azul CelesteHace un tiempo, cuando analizaba un caso de incompatibilidad de carácter entre unos padres y su hijo, debido a la gravedad de la situación indagué y conseguí más información de los chicos de la misma escuela, de la misma ciudad; después abrí el campo de mis observaciones a otras ciudades, a otros países y a otras culturas.Observar y analizar es algo que hago extraordinariamente bien… De verdad que si.Quienes tenemos la suerte de ser padres sabemos perfectamente del placer de tenerlos en los brazos recién nacidos, del olor que emanan y que nos seduce al grado de no querer separarnos de ellos ni por un momento. De la promesa silenciosa que les hacemos de cuidarlos y protegerlos toda la vida, hay quienes hemos dicho: daría mi vida por la tuya si fuera necesario… Yo hice el oso, y el que se sienta libre de pecado, que tire la primera piedra.Esa gran bendición de Dios va creciendo… Y un día pasamos de la escena de la ternura y del amor infinito a la de una novela trágica, a una crisis existencial, pasamos de ser una madraza a repartir madrazos.O sea, los angelitos que un día nos llenaron de ternura y orgullo mas tarde nos colman la paciencia y nos desquician, primero estamos ansiosas por que digan sus primeras palabras y luego les gritamos: ¡Ya cállate! Los animamos a dar sus primeros pasos y luego les exigimos: ¡Quédate quieto! Los convencemos para que le cantes a la abuelita y luego los regañamos: ¡Deja de hacerte el chistoso!Somos la contradicción en pleno, pero como somos los padres creemos que automáticamente eso nos da sabiduría.Algunas veces buscamos con desesperación un lugar en el que los cuiden y otras de plano a quien enjaretárselos. Así de lindo es esto de la maternidad. Hasta aquí todavía estamos viviendo en un cuento de hadas, porque luego viene la edad en la que pierden el encanto y se vuelven desobedientes, torpes y olvidadizos, la adorable pubertad, y agárrate, porque llegó la adolescencia. Un día descubres en tu casa a un ente, que no habla, que come y actúa sin escrúpulos, que no tiene el menor interés de escuchar lo que le dices y que además te cuesta una fortuna. Quienes tenemos la suerte de ser padres sabemos perfectamente de estos placeres.Como madre he estado presente en cada etapa, sé bien de lo que estoy hablando, es una tarea ardua, sin gratificaciones y expuesta a toda clase de críticas por parte de la familia, los amigos y la sociedad en la que vivimos; tan lindos todos.Lo interesante de esto es descubrir qué es lo que sucede en el trayecto que nos pone en un campo de batalla, en el que algunos padres terminan odiando a sus hijos o viceversa, existen casos en los que ambos se odian profundamente, pero como vivimos en una sociedad en la que el amor y la unión familiar son la base de ésta, (ajá) nadie acepta que existe el odio en algún momento de la historia familiar de cada uno de nosotros. Si aprendemos a ser honestos descubriremos que es parte de nuestra naturaleza y que tenemos que aprender a manejar, y llegado el momento, eliminarlo de nuestras emociones y sentimientos para siempre. Y no pasa nada.Cuando no lo hacemos, entonces tomamos a nuestros hijos como bote de basura y ahí depositamos nuestras frustraciones, odio, dolor, rencor, prepotencia, maltrato, mediocridad… Y shalalá, que triste shalalá.Es verdaderamente irónico que a los seres que decimos amar por sobre todas las cosas, sean aquellos a quien más daño y dolor le causamos, conciente o inconscientemente.Finalmente mi conclusión fue muy simple: Los padres somos la causa. La inmadurez, la inseguridad, la falta de entusiasmo y la irresponsabilidad de nuestros hijos, es en gran parte provocada o causada por nosotros. Nos contradecimos en cada cosa y en cada caso.Habemos madres de 45 y 50 años que vamos por la vida vestidas como quinceañeras, hay padres de 50 y más vestidos como chavitos y queriendo hacerla de galanes con las compañeras de la escuela de sus hijas, nos negamos a envejecer, habemos muchos padres y madres que corremos con nuestros progenitores para que nos ayuden a resolver problemas o para que tomen decisiones por nosotros, o para que nos cuiden a los hijos, habemos quienes nos casamos pero seguimos viviendo en casa de mamá, habemos quienes no somos capaces de sobreponernos solos a una ruptura amorosa y corremos a contárselo a todos los de la oficina, habemos quienes no somos capaces de aceptar que por nuestra decadencia nos abandonaron y buscamos culpables… Y shalalá y shalalá.Justificaciones vamos a encontrar miles, en eso somos maestros, no solo somos maestros, somos el ejemplo de un adulto maduro y responsable, modelo a seguir por nuestros hijos. Si, claro.Hace unos meses mi hijo de 17 años compró boletos para un concierto de rock en martes, el plan era de él y un amigo, el padre del amigo le dijo el mismo día del concierto que no, que el martes no era día para asistir a conciertos. Mi hijo se fue solo y me dijo que aunque su amigo no asistió pagaría el importe de su boleto. A esto le respondí: ¿No te parece suficiente castigo lo que le hizo su papá? Déjalo, yo te lo pago. Esa misma semana el padre del chico fue solicitado en el colegio por problemas de disciplina. (¿Casualidad?, no lo creo) En la entrevista delante del personal docente el padre le gritó: ¿Cuándo vas a madurar? ¿Cuándo vas a aprender a tomar decisiones? ¿Cuándo vas acrecer? ¿Cuándo voy a dejar de estar detrás de ti?Yo me quedé pensando… ¿Quién es el que tiene que crecer, madurar y aprender a tomar decisiones? ¿A solucionar los problemas familiares en privado?El chico ya lo está haciendo, solo que lo obligan a retroceder, tiene que ser comprensivo con su padre, es él quien está asustado, tiene miedo de que su hijo crezca, tiene miedo de que su hijo aprenda a tomar sus decisiones.Tenemos miedo de que nuestros hijos dejen de necesitarnos, no les entregamos la responsabilidad de tomar el control de sus vidas, y lo hacemos en nombre del amor. Los sobreprotegemos, les resolvemos todo para que no nos abandonen a cambio de su comodidad. ¿Eso es amor? Menos mal que mis padres no me quisieron tanto.Quizá el mejor regalo que podemos darles, después de haberles dado la vida, es entregarles plenamente esa responsabilidad, entregarles el poder de hacer de sus vidas, algo extraordinario por sus propias elecciones.El problema parece ser mundial, aunque en América Latina se acentúa exageradamente, y en México, bueno… México lindo y querido, si muero lejos de ti…Cuando mis hijos eran pequeños el pánico me hizo leer, leer y leer.Algo de lo que leí y me reconfortó bastante se me quedó tatuado, decía:Si quieres que tu hija tenga la capacidad de llegar a ser presidente, no la trates como princesa.Si quieres que tu hijo vuele alto, lejos y veloz, no le prestes tus alas.Que la fuerza del amor nos acompañe siempre.
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Comentarios

  • Marina, tu historia retrata una realidad que vivimos cotidianamente con nuestros hijos adolescentes. Es un escrito para reflexionar en la forma que estamos educando; si les hemos dado responsabilidades de acuerdo a su edad y si nos equivocamos, rectificar el camino y seguir hacia adelante. Es tan corto el tiempo que van a estar con nosotros que hay que aprender a entenderlos e ir creciendo con ellos y como bien dices, no quedarnos en la etapa de querer parecernos a nuestros hijos. Gracias por ayudarnos a recordar lo mucho que hemos amado y seguimos amando a nuestros hijos. Felicidades.
  • Muy acertada tu reflexión. Si bien es cierto los padres no nacemos sabiendo como criar a njuestros hijos, lo mejor que podemos hacer es lo que tú con tu ejemplo nos demuestras la importancia de instruirnos y buscar información de cómo educar a nuestros hijos. Nuestro objetivo como padres no debe ser criar niños, debe ser crear adultos independientes y responsables. buen trabajo!
  • Felicidades Marina, excelente tema y forma de tratarlo. Clara y al grano, llamando a las cosas por su nombre. También te felicito porque se lee perfecta tu propia reflexión como mamá. Sin duda te funcionará. Un abrazo
  • Me encanto!!

    Tienes toda la razon, los adolesentes no necesitan papás que se conviertan en sus hermanitos, si necesitan su apoyo, comprension y autoridad si huviera eso muchas cosas serian distintas. Es mi punto de vista!

    Felicidades!
  • Marina Azul Celeste: está muy bien cuidado tu texto, lo sentía como esos que se publican en algunas revistas para orientar a los padres, breve, sustancioso y dan ganar de seguir leyendo.. El shalalá, shalalá, le da un toque informal, o sea para hacerlo menos didáctico. Cuando inicias la anécdota de "Hace unos meses mi hijo...", siento que puede ser otro texto, también muy bueno en su contenido y redacción, eso vi. Te felicito por decir en poco mucho. También me recordaste a esos temas publicados en Selecciones que leía de adolescente y tanto disfruté, eran mis únicas lecturas contemporáneas de aquellos tiempos. Felicidades.
  • AUNQUE NO TENGO HIJOS ME LLEGO MUCHO ESTE TRABAJO POR QUE RETRATAS SITUACIONES COTIDIANAS Y TOTALMENTE VERDADERAS QUE SE QUE UN DIA PUEDO VIVIR EN CARNE PROPIA....
    MUY BUEN TEMA!
  • Hola me encanto tu punto de vista , lamentablemente asi es la vida y pues ...a seguir jajaj saludos
  • ¡Qué maravilloso texto! Gracias porque nos ayudas a auto-observarnos. ¡Me encantó... en verdad... me encantó!
    ¿Sabes? Hasta hace poco... me resultaba difícil comunicarme con mi hijo menor... no caía en la cuenta que es mi reflejo.... ¡es tan parecido a mí! ¿Por qué? Porque expreso lo que siento y tomo decisiones sin reflexionar; a veces le atino, pero muchas otras me equivoco y me resulta difícil reconocer mis errores ante otros.

    Ahora quiero aprender a ocupar la empatía, a escucharlo sin juzgarlo; a ver las cosas desde su punto de vista pero también invitarlo a que juntos reconozcamos que todo acción tiene una consecuencia.
  • Marina:
    ¡Gusto en saludarte! felicito tu gran acierto al redactar este escrito, soy profesora y como tú, también tengo la necesidad de ser analítica en mis padres de familia, en donde se reflejan mis aciertos (muy pocos) y mis errores como mamá que también soy. Creo, por tu escrito, que eres una mamá del presente, divorciada de los esquemas tradicionales y del maternalismo protector... Ojalá, dejaramos de ver con el corazón (en ciertas ocasiones) y observamos con los sentidos. Gracias por compartir tu escrito.
  • Marina,muy bien relatado el pan diario de nuestro vivir y el de muchos otros adultos y padres que,sinceramente,hacemos y tenemos todo lo que relatas en esta reflexion,me gusto mucho y yo misma empece a ver que tienes toda la razon,algo para mejorar y no ser asi con nuestros hijos.
    FELICIDADES
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