Si por alguna circunstancia te toca enfrentar un "enemigo más poderoso que tu", jamás, jamás,  lo hagas de frente. Estúdialo desde la seguridad de tu orilla; observa hacia donde te jala su energía; cuida y guarda la tuya, (es tu Mayor Tesoro, tu Gran Fuente de Poder y te viene desde el Cielo). Mídele las aguas, y luego... bucéalo, surféalo y déjalo pasar, de lo contrario, puede "acabar contigo". Así como las olas, sin misericordia alguna.

 

Eso fue lo que aprendí durante el entreno en las playas de Salt Creek Beach Park, California. Éstas fueron las primeras instrucciones del Coach antes de meternos al mar: entren con cuidado; sientan hacia donde las lleva la corriente; hasta donde pueden pisar; cuiden su energía, ¡guárdenla! es la que  las va llevar, no solamente a nadar los 1.800 metros, sino a terminar todo el recorrido; si sienten ansiedad o entran en pánico, ¡respiren!, ¡respiren lo más profundo que puedan, (respirar, acción mágica para salir exitosa de cualquier eventualidad inesperada). NO se pongan de frente  a las olas, ¡bucéenlas!; ¡surféenlas! y déjenlas pasar. Y por último y lo más importante de todo: DISFRUTEN, SIENTANSE CÓMODAS, NO HAY PRISA, ¡GOZEN LO QUE HAN VENIDO HACER! (¿así la vida verdad?). 

Pues sí, qué le íbamos hacer, el mar estaba bastante encabritado, incluso el Coach de la Clínica, estaba sorprendido por las condiciones del día, "es rarísimo" nos dijo; "el día del triatlón, ya verán que diferente estará". Mmmmm, pensé, ojalá que así sea, porque hoy está ¡espantoso!. Tal vez sus aguas frescas, (los que hemos nacido en esta bella tierra de Baja California, sentimos que en el verano la temperatura del agua está  "bastante templada"), no querían que nadáramos en ellas; tal vez nos estaba previniendo del tiburón blanco que habían atisbado unas horas antes por las playas de  Mission Beach ( www.signonsandiego.com/.../stretch-mission-beach-closed-after-shark) nadando justo hacia el norte, donde las Iron-Chanklas estábamos intentando  "disfrutar" " de una clínica de nado, previa al  Triatlón Orangeman, que haremos el próximo 27 de Septiembre, como parte del entrenamiento para el Ironman de Cozumel, en Noviembre, si Dios Quiere.

¿Qué estaba haciendo ahí?, me pregunté desde la orilla,  viendo como la marea estaba altísima y arrastraba a su llegada pedazos enteros de arena; ¡llevaba una fuerza tal! que a mi ojos asustados, cargaba la energía de un !huracán!, ¡jajajajaja!. ¿A qué horas se me ocurrió inscribirme en un triatlón en donde nadas en mar abierto?. ¿En California?. No es Puerto Vallarta, Mazatlán, Cancún... ¿Quien es la loca aventurera que habita dentro de mi, y que ahora en la segunda etapa de su vida, le ha dado por decirle a todo: ¡con mucho gusto!; y que por supuesto en momentos como ese se transforma en una total ¡desconocida!. ¿Es el Corazón de María, que siempre Dice Sí y que responde por mi y por todos las mujeres que han soltado las amarras y están dispuestas a navegar contentas, por mares desconocidos?... pues ¡venga! necesito con urgencia de Su Ayuda. 

La distancia de éste bendito triatlón es la mitad de un Ironman; la calificación de dificultad del 1 al 10 es ¡7! y encima del mar, la ruta de la bicicleta y de la corrida, son colinas... ¿en qué carambas estaba yo pensando?¿qué tienes  en la cabeza Lizbeth?.

En fin, ya estoy inscrita, todavía falta un mes más para seguir entrenando, además ya lo dijo el Coach, "ese día será otra cosa". ¡Va!, imaginaré entonces que el domingo 27, el mar estará más "plato" que un día de temporada en Progreso, Yucatán.  ¡Ah!. . . ¡Qué atardeceres más hermosos e disfrutado en esa hermosa playa! y al lado de una de las mujeres preferidas de mi tribu. . . Mimi Novelo.

Y ahí estaba. . .¿yo?, ¡quien sabe!, pero ahí estaba observando con mucha  claridad la gran la lección de vida que el Coach (sin él saberlo) me estaba "regalando", (pagué 50 dllso sea ¡nada! comparado con lo que esa tarde aprendí)... Para entrar a las aguas de ese océano un tanto molesto, había que bucear profundamente sus olas; si querías entrarle de frente o te descuidabas ¡un segundo!, te revolcaba sin misericordia alguna. Para salir, igual, tenías que poner toda tu atención en voltear para ver en dónde venía la hermosa ola. Tenías dos posibilidades para salir:  ó te montabas en ella y la surfeabas ó te volteabas, la buceabas de nuevo (mar adentro) y la dejabas pasar; para nadarle de nuevo hacia la orilla.

Entonces entendí: Si por alguna circunstancia te toca enfrentar un "enemigo más poderoso que tu", jamás, jamás,  lo hagas de frente. Estúdialo desde la seguridad de tu orilla; observa hacia donde te jala su energía; cuida y guarda la tuya, (es tu Mayor Tesoro, tu Gran Fuente de Poder y te viene desde el Cielo). Mídele las aguas, y luego... bucéalo, surféalo y déjalo pasar, de lo contrario, puede "acabar contigo". Así como las olas, sin misericordia alguna 

NOTA IMPORTANTE: La Ayuda del Corazón de María, ¡no llegó!. Tengo que regresar a la clínica y enfrentar de nuevo, al "enemigo". . . jajajajajajajajaja.

¡Un abrazo hasta el cielo!

Lizbeth

11.11

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