EL CALENTADOR

Al abrir la puerta de aquella casita de interés social, lo primero que se observaba era el viejo retrato de bodas de Catalina y Braulio. Ella era una novia casi adolescente, sonriente, enfundada en un blanco vestido de raso corte imperio, con una corona de azahares y rosas artificiales; El un poco mas atrás y abrazándola tiernamente por la cintura, en aquel traje color marfíl que habia costado "una millonada". Como fondo, el retablo dorado de la Iglesia de La Purisima, la mas vieja del pueblo y de toda la Cienega, que ahora hasta patrimonio cultural de la nación habia resultado. Por el estilo de la fotografía y el peinado de la novia era fácil adivinar que la pareja habia contraído matrimonio a fines de la decada de los noventa. A un lado de esa fotografía, habian otras tantas, como en cualquier casa, todas de padres e hijos disfrutando momentos especiales, como la primera comunión de Yamilé, su hijita mayor, o el bautizo de sus hijos gemelos Fernando y Armando. La pulcritúd del hogar era evidente. Ni una mota de polvo, ni un recipiente fuera de su lugar. El piso de mosaico económico brillaba de limpio, y en cada rincón saltaban los detalles que evidenciaban la presencia de una ama de casa dedicada.Eran las cuatro de la tarde. Catalina salía a la cochera una y otra vez, abria el barandal blanco y miraba hacia ambos lados de la calle. Nada. Gloria Maria, su vecina, se acercó a ella.-- ¿Que te pasa, Cata? vas y vienes como desesperada.-- Ay, amiga. Figúrate que otra vez se descompuso el boiler. Ya le hablé al plomero, pero el muy flojo no llega. Yo creo que lo tendremos que cambiar de plano ¡Y con tántos gastos como tenemos ahora!-- Uy, pero harias bien... Es la cuarta vez en estos 15 dias que tienes que hablarle al plomero. Si te hubieras ahorrado lo que le pagas por cada venida, ya tuvieras para cambiarlo por uno nuevo y hasta automático.Cata sonrió levemente por la ocurrencia, justo en ese momento, una camioneta pick up azul daba vuelta a la calle, conducida por un joven de algunos 25 años, moreno, de cuerpo atlético, que al ver a la joven señora parada en la puerta de la casa, se dirigió a ella.-- Déjeme me estaciono... y luego lueguito bajo a revisar.-- Mira... Ya llegó... a ver si ahora si trabaja como se debe y no hace cochinadas.La pareja entró a la casa apresuradamente; Catalina cerró la puerta tras ellos y acto seguido tambien las persianas. De inmediato, se abalanzó a abrazos y besos sobre el joven, quien la levantó del suelo, y cargando la llevó hasta la cama de su domitorio.-- Pérate... ¿Dónde están los niños?-- Se fueron al cine con mi hermana Lily, hoy se van a quedar a domir en su casa...-- ¿Y tu marido?-- Braulio no llega sino hasta pasadas las 8:00, tenemos tiempo suficiente...-- Es que... no me siento a gusto haciéndolo aqui... mejor vamonos a un motel...-- ¿Para qué? lo que podemos hacer allá lo podemos hacer aquí y gratis...Los amantes se tendieron semidesnudos ambos sobre la cama. El cuerpo de Catalina fué invadido por la adrenalina de pensar en la posibilidad de ser descubierta siendo infiel sobe el lecho conyugal. Marcos, "el plomero" solía hacerla disfrutar del sexo de una manera magistral. Era tan varonil... sus manos un poco callosas por el trabajo duro eran tan distintas a las de Braulio, un pasivo oficinista. Ni siquiera cuando estaban recién casados la había hecho sentir tan mujer como el. Ahora, a sus 30 años tenia una perspectiva un tanto distinta de la vida. Consideraba que el hecho de haber llegado vírgen al marimonio no había sido sino una pérdida de tiempo. Braulio habia sido el primer hombre en su vida, pero no el único...Seis años atrás, cuando sólo tenían a Yamilé, ella habia comenzado a ser abandonada en la intimidad por su esposo. Su temperamento pasional, la orillaba a acosarlo y prácticamente obligarlo a tener relaciones sexuales. Las discusiones por este motivo eran frecuentes, hasta que aquella tarde Braulio la habia llevado al consultorio del doctor Sierra, quien tenía algo importante que decirles.-- Los cité aquí porque es necesario que ambos esten concientes de lo que está sucediendo. El problema de disfunción eréctil de Braulio es irreversible. El daño de las arterias, el músculo liso y el tejido fibroso, es a menudo como resultado de una enfermedad. Las enfermedades, en especial diabetes, causan aproximadamente el 70 por ciento de los casos de impotencia. Entre 35 y 50 por ciento de los varones con diabetes experimentan impotencia. Tú Braulio, has sido diabético desde tu infancia... asi que no es de sorprenderse que todavia no rebases los 35 años y presentes este problema. Quizá sea posible que eventualmente puedas tener actividad sexual, pero no puedo asegurarte nada. Catalina, eres una excelente mujer, los conozco a ambos desde que eran niños, asi que creo que estas en tu derecho de saberlo. Pero tambien estoy conciente de que lo amas, y que vas a apoyarlo.El diagnóstico del doctor Sierra estuvo a punto de sepultar el matrimonio de la pareja. Catalina puso en la balanza la situación. Tenia una vida si no llena de lujos, si con ciertas comodidades. Braulio era un padre ejemplar y un buen marido, no iba a abandonarlo. Ademas, aún existia la posibilidad de que pudieran tener intimidad. Ambos acordaron tomar unas vacaciones por separado, el espacio de tiempo que no tuvieran juntos sería un excelente periodo de reflexión. La niña quedó al cuidado de la suegra de Cata, él partió a Queretaro y ella a Puerto Vallarta en compañia de su amiga Elisa.Una noche ambas salieron a bailar. Catalina enfundada en un ligero vestido blanco se veía sensual; sus 24 años desbordaban frescura. En el Christine habia conocido a Shawn Sanders, un springbreaker de 25 años. Las margaritas hicieron efecto en la pareja, quienes esa noche terminaron haciendo el amor sobre la arena de la playa. El resto de las vacaciones lo pasaron juntos; Elisa se habia desaparecido con un holandés la noche en que Shawn y Catalina se habian conocido y la volvió a ver hasta que una semana después volvió al hotel para verse con su amiga y regresar a Ocotlán.Tremendo susto pasó la chica una semana después, cuando su esperado periodo menstrual no llegó. Una prueba Predictor confimó ese mismo dia sus sospechas. Estaba embarazada, y, por supuesto, no era de Braulio, quien no la habia tocado desde hacia mas de 3 meses. Para ese momento sólo tenía por mucho un par de semanas de gestación, así que no sería dificil hacer pasar al bebé como hijo de su marido... si lograba seducirlo.Un negligé rojo, una pastilla azul y una botella de tequila hicieron el trabajo. Para su buena suerte el pobre Braulio estaba tan borracho que ni siquiera estaba seguro de haber tenido sexo con su mujer o no... Muchas semanas después, Catalina dio a luz unos gemelos... rubios, ojiazules y de cráneo caucásico. Bueno, pero podría recurrir al cuento de la genética, pues su abuelo, nativo de Jalostotitlán, tenia algunas de esas caraterísticas que podrian hacer creíble su historia ante todos, menos ante Elisa, claro, quien le guardaria celosamente el secreto a cambio de que ella no revelara el suyo sobre el romance con el europeo.A este evento se siguieron muchos otros enamoramientos eventuales. Un romance con Leandro Favela, instructor del gym al que iba, otro con Patricio Sosa, ex compañero de trabajo de Braulio, noches apasionadas con Martín León, el mecánico del taller donde regularmente llevaba su coche, y unos cuantos mas con Fernando, Adrian y Humberto, de quienes no recordaba el apellido, pues los habia conocido en cafeterias y antros fuera de la ciudad a los que iba en plan de ligue. Claro que ninguna de estas infidelidades habia sido significativa para ella. Fuera de su deslealtad dentro de la cama, había un gran aprecio que la unía a su marido. Asi que nunca permitió que estas situaciones tomaran algo de seriedad. Durante esos últimos seis años la habia pasado mejor que antes. Su marido trataba de compensarla, llevandola a buenos restaurantes, comprandole ropa y regalos, y los mejores aparatos electrónicos para su casa. Sus hijos estudiaban en un buen colegio... y sus aventuras la hacian sentir completa.Marcos se levantó de la cama, donde Catalina yacia medio adormilada, cubierta unicamente por la sabana blanquísima. Tomo su camisa cuadrada y al intentar acercarse a ella nuevamente, ésta volteó la cara hacia la pared.-- ¿Me llamarás despues?Catalina no contestó. Claro que no iba a llamarlo, sus constantes visitas ya estaban levantando sospechas en Gloria, su vecina, y no podia darse el lujo de terminar con su impecable imagen tirada por el suelo. Sin palabras el pareció comprenderlo todo. Salió de la casa haciendo el menor ruido posible. Ella se levantó al escuchar arrancar el motor de la camioneta. Se dirigió al baño, a ducharse. Tenía todavía una hora antes de que llegara su marido. No iba a esperar que el agua de la ducha se calentara, pero se dirigió a abrir la perilla del tanque de gas que alimentaba el calentador de agua. Así cuando Braulio llegara, lo encontraría funcionando perfectamente, y por supuesto, esa tarde terminarían las descomposturas... al menos, las del calentador.Para cuando su esposo llegó, la cena ya estaba servida en la mesa. El hombre besó amorosamente a su mujercita y la cuestionó-- Oye cariño, ¿Vino el plomero a arreglar el boiler?-- Si, aquí estuvo... le tomó mucho rato, pero lo dejó funcionando perfectamente... tenía tapado no se qué... Vieras, pobrecito, estaba tan apenado que ni me cobró... y mejor... oye mi amor, por cierto... mi coche anda tirando aceite otra vez, no quiero que se vaya a desbielar. El lunes voy a ir a llevarlo al taller...-- Gastos y mas gastos... oye preciosa, ¿puedes ir ahorita a llevarle este dinero a mi mamá? yo estoy cansadísimo, y ya sabes como es... se agarra en la platica y no me va a dejar venir antes de la media noche.La trivial conversación entre la pareja duro unos minutos mas. La casa de su suegra estaba un poco lejos, asi que Catalina se aprestó a marcharse. Cuando el giro de la chapa del barandal le avisó a Braulio que se había marchado, el se dirigió rapidamente a la habitación y conectó la cámara de video a la pantalla de televisión. Las imagenes de la tarde que su mujer habia pasado con el plomero desfilaron ante sus ojos. Lejos de causarle coraje o decepción, el placer de su pareja le provocaba un morboso placer mental, ya que físcamente era incapaz de conseguirlo. El tenía mucho tiempo sabiendo de las infidelidades de Catalina. Una tarde de tantas, la había seguido a una de sus acostumbradas salidas. Fue testigo de los coqueteos de ella, de como había conseguido la compañia de un extraño, de como ambos abordaron un automóvil y se dirigieron al Auto hotel Oasis...Ese día sus sentimientos estaban revueltos, por una parte, queria matarla, acabar con ella y con su infidelidad de la cual ya sospechaba. Por otro lado, Catalina era la esposa perfecta, hermosa, buena madre, bien administrada, limpia y amable. No era justo que ella sufriera, condenada a un matrimonio donde el sexo brillaría por su ausencia. Pero tampoco quería ser abandonado. Asi que desde entonces, una cámara de video era el mudo testigo de lo que sucedía durante su ausencia. Ella era feliz con su mentira... y el había aprendido a vivir con su verdad y con las docenas de grabaciones que guardaba celosamente bajo llave en el cajon del buró.
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Comentarios

  • excelente historia te transporta y te imaginas a los personajes de Braulio y Cata felicidades.
  • wuau!!!!! me dejaste boquiabierta . Buscare todo lo que tienes escrito me encanto tu manera de escribir, nada enredado y ademas se siente como si estuvieras aqui cerquitas de mi . FELICIDADES LULUSA
  • sorprendente, que historia!! eres una narradora estupenda
  • Ana Kennia: ¡Muy bien...! Por mujeres como tú, con talento, disciplina, entusiasmo, hambre de querer ser y con invaluable sentido de la amistad, es que di los talleres AFLORA LA ESCRITORA QUE LLEVAS DENTRO y VERANO DE LETRAS y... por supuesto, decidí dar LETRAS DE MUJER. Como sabemos, los dos primeros talleres sirvieron de escaparate a muchas de Ustedes: La Escritoras verdaderas, con vocación, ya estaban ahí, solamente les faltaba una oportunidad, una plataforma. Me siento orgulloso de ti, de tu participación en AFLORA y en LETRAS DE MUJER.

    En cuanto a EL CALENTADOR: ¡vaya, qué historia! Con esta bien lograda narrativa, sigues dando pasos muy sólidos en tu camino literario del cual, espero, no haya punto de regreso. Aprovecho para decirte que llevé tus trabajos a una Fundación Literaria de unos destacados Escritores amigos míos,para promover una beca para ti. ¡FELICITACIONES!

    PS: Ana Kennia Rentería es la autora de la exitosa saga de REBECA PISTOLAS --Ändale Chilo, Rebeca en Fuga, La Libertad, ¿Tú también, Tina? y, Sí, Así fue--- que publicó en AFLORA LA ESCRITORA QUE LLEVAS DENTRO, de RETOS FEMENINOS bajo el seudónimo FRANCOISE DE LA ROUÉ
  • Wow, cuànta imaginaciòn, que claro la realidad rompe con la màs de las fantasias, sin embargo, te felicito mucho por tu estilo y la manera en que manejas la situaciòn, nuevamente felicidades amiga.
    Liz
  • Hola!!! Muy buena historia, la falta de amor u otras circunstancias.... es tan necesario sentirse amada, deseada, apapachada,? CLARO q es necesario!!!!!! Es hermoso sentir el calorcito del compañero, pero
    es triste sentirse rechazada. Me pongo a pensar.... es posible eso ?, puede una mujer necesitar un hombre para llegar a esos extremos ? Saludos y felicitaciones por su historia.
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