Abstracto es abstraerse de la realidad.
Es no tomar ningún modelo de la realidad.
Es no contar ninguna historia real.
Abstracto es el arte de lo intuitivo, de lo que habita dentro y no fuera de ti. Es la creación de un ser sin forma o color especifico que se transforma en sus trazos a un único ser.
La tendencia del arte abstracto comienza por los años de 1910 con Kandinsky donde la realidad deja de ser un orgullo para mostrarse, así como para el artista lucirse con esta.
Comienza también con el tiempo del psicoanálisis y estudios de la mente con los sueños reveladores del alma.
Como todo en la evolución de lo bueno y la malo, lo oscuro y lo claro, nace de lo realista lo abstracto lo antepuesto que niega lo primero.
Abstracción en si debería de ser intangible, pensamiento puro pero lejos de lo lógico nace el nuevo arte que desea convertir en tangible lo que es abstraído en el pensamiento. En “ser” el “no ser”, construyendo de esto nuevas formas y colores.
Es la lucha por materializar las emociones, pensamientos, intuiciones y deseos de nuestro carácter. Es el pincelazo que modela formas, la espátula que plasma esencia de calor. Es la visión que se deja llevar de un color, de un contraste, de una forma.
Wasily Kandinsky vive en München (Munich), Alemania, en uno de los sitios y tiempos más ardientes de la vida artística. En su primera exposición: “Der blaue Reiter” se da a conocer las experiencias nuevas publicando también su libro “De lo espiritual en el arte” en el que explica cómo los elementos gráficos (el punto, la línea, el plano y el espacio) adquieren significado mediante una descarga de energía dentro de la mente del artista.
Para Kandinski, que ha recorrido Europa, el paso a la subversión es el abstracto, mientras que en Francia en el “26 Salón de los independientes” triunfa el espíritu nuevo del cubismo. “La búsqueda de la pintura pura es el problema actual”, escribió Delaunay en una carta a Kandinski. El Futurismo italiano no es menos activo. “El deseo de identificar la emoción estética fundiendo de alguna manera la tela pintada con el alma del espectador”.
El expresionismo, cubismo, futurismo, los grupos, los nombres y las tendencias varían según los países y los hombres, pero la necesidad de cambiar el arte es la misma.
A Kandinski con la abstracción se le nombra “El príncipe del espíritu”. La que fue su compañera y esposa Nina Andreevsky se expresa de su obra y memoria así:
“No había en el ninguna brusquedad; su voz tranquila y enérgica era apaciguadora: siempre seguía siendo el mismo, sin esfuerzo y con una seguridad firme y sosegada. Tanto en su obra como en su vida, el drama se resuelve en luz y en calor oculto”.
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