el amor

Existe una costumbre muy arraigada en algunos seres humanos, que siempre están en búsqueda de sus preferencias, excusas y pretextos para entregar el amor. Algunas personas son apáticas y patéticas, otras son selectivas, otras son oportunistas, algunas otras son más atrevidas y se arriesgan con el primer amor que encuentran en su vida, pero otras no aceptan tan fácilmente al amor cuando se presenta de forma real y verdadera.¡Ya no creen en el amor!Entonces, al ya no creer en el amor, algunas mujeres empiezan a buscarle por todos lados el encanto a la figura masculina,las medidas, tamaños y peso: “Ese hombre es guapo, pero es un patán”, “Ese chaparrito ay, es un taponcito, pero cuántos detalles lindos tiene para mí”, “Aquel otro es un hombre delicioso, pero un mujeriego y un mentiroso”, “Es un hombre noble pero es demasiado alto y ese no es mi tipo”, “Está muy viejo para mí”, “Es muy joven e inexperto, no va conmigo”, “Está guapo, tiene profesión, tiene coche, buen trabajo, es amable, seductor, pero está casado”, etc.Y cuando cupido por fin lanzó su flecha directo al corazón de una mujer que es bien correspondida, el caballero llena sus expectativas, es todo lo que ella ha soñado, pero tiene un defecto: “No me quiere como yo lo quiero a él” y empieza los pleitos, los reclamos y las preguntas cuantitativas: ¿Cuánto me quiere y cuánto te quiero? ¿Qué tanto está dispuesto a sacrificarse por mí? ¿Hasta dónde es capaz de llegar para merecer mi amor? ¡Uf! ¿Se puede acaso medir y pesar al amor como si fuera una canasta de jitomates?La mujer madura se vuelve exigente, nada parece convenir a sus intereses personales, se vuelve intransigente y muy selectiva, se muestra inconforme en muchos aspectos y un gran porcentaje de damas mayores de 30 años optan por permanecer sin pareja después de su primer fracaso o decepción amorosa, por esa razón. La mujer jovencita por el contrario, se tira a matar con quien sea y por quien sea y como sea, esa si que no mide el amor y no mide ni las consecuencias de sus actos impulsivos.En conclusión, se trate de mujeres jóvenes o maduras,el amor siempre será la manzana de su discordia interior principal, porque el amor no se deja manipular, ni se deja medir, no se deja pesar, no se deja atrapar ni se deja celar, pero si se deja conservar con todo su esplendor en todos los colores del arco iris del corazón de una mujer enamorada y que después de todo, el amor cuando es verdadero… ¡No tiene figura humana!¿Qué opinan al respecto amig@s?
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