5 MINUTOS FRENTE AL ESPEJO

Regresé hace unos días de un fin de semana caluroso, de disfrute de sol, brisa, días de despeje y relajación total.

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Esta ocasión mi sobrepeso es mayor que en otras ocasiones, e independientemente de ello, quise usar mi vestuario anterior y desempolvé los bikinis de temporadas pasadas. Ya estando en el ho

tel a la hora de ir a la playa, fue una sorpresa verme en el espejo y gustarme lo que veía. Notaba sobrantes por un lado y por el otro, pero nada que me diera vergüenza mostrar, de hecho, me gustaba cómo me veía.

La gran sorpresa que me llevé fue al ver las fotos. Las imágenes no me hacían tan feliz. Ha

sta agradecí a estos tiempos tecnológicos el tener cámara digital para poder manipular lo que quería ver y aquello que deseaba echar al bote del olvido. Y es que de verdad esa sensación de ¡¡ésta no puedo ser yo!!! es bastante confrontante.


Fue entonces que decidí ‘hacer mi tarea’ de dedicarme un tiempo a mí y hacer la dinámica de 5 minutos desnuda frente al espejo, ejercicio que llevaba días retrasando y que es fundamental para mi proceso de baja de baja de peso y autoaceptación en el que estoy. 

Comencé mirándome a la cara con mesura y reconocí cierta incertidumbre en mis ojos. Esa mirada que me reconozco un tanto cínica. Respiré profundamente y decidí que quería hacer el ejercicio de manera genuina y sobre todo con una mirada compasiva.
Comencé mi stripteases personal y me caché evitando mirar la zona en conflicto, es decir, aquellas áreas que de verdad no me gustan y que siempre he etiquetado como zonas problema. Tomé

 valor y las miré detenidamente. Noté que mis manos apretujaban fuertemente mi panza y mis glúteos y el diálogo interior fue muy agresivo. Me dije repetidas veces -cómo se te ocurre ponerte bikini, mira cuánta celulitis!

Pasaron segundos para caer en conciencia en las ofensas que me estaba diciendo, cuando me miré y me pregunté en dónde está la mirada compasiva?.

Elegí entonces mirarme de manera distinta. Miraba mi cuerpo y pasé repetidamente mis manos por el como si lo estuviera reconociendo por el tacto. Me detuve en las  zonas que etiqueté como problema y les preguntaba que trataban de decirme, pero solo me respondían mis resistencias que me interrogaban que a dónde iba haciendo este “ridículo” ejercicio. Sin embargo cuando miraba todo mi cuerpo la voz interior era complaciente, pero cuando me enfocaba en una zona específica mi voz era de repudio y enojo.

 Mi cuerpo se veía diferente de cuando solía ponerme ropa ajustada sin llevar debajo alguna faja que me apretujara. Se veía cambiado, suave, flácido. Inmediatamente me llegó una imagen de un corazón de alcachofa a la que se le ve su suavidad cuando las hojas rígidas ya se han caído. Así me sentí y me dije “es que tienes menos capas rígidas que te cubren”, menos corazas que me te han llevado a tocar tu interior y ser más traslucida en tu esencia”.

Esa fue mi interpretación y con esa me sentí satisfecha. Creo que he trabajado mucho en mi, en saber quién soy y mis resistencias son más suaves y permeables hoy, tan es así, que pude agradecer a mi piel que me ha servido de contenedor flexible, que ha crecido y decrecido en favor de darle a mi es

encia estabilidad y estructura. Hoy esa suavidad requiere un contenedor más duro que soporte mi nueva belleza. Es una analogía que me gustó y con la que me siento satisfecha.Ese mensaje fue alentador y positivo.

¿Qué te quiero compartir con esto?. Para empezar que un diálogo desnudos es una gran experiencia. Es hablar con nosotros mismos con verdades,  sin ropa que nos tape nuestros miedos, nuestros complejos, nuestras incertidumbres, nuestros fracasos.
Lo importante que podrás sacar de este ejercicio será que llegues, después de escuchar a las voces saboteadoras, a un mensaje cálido y amoroso digno de tu cuerpo.

Date la oportunidad de cambiar la óptica con que miras tu cuerpo. Obsérvalo  esta vez co

n lentes de amor, verás que según los lentes con los que mires, será la imagen que verás reflejada en tu espejo.


¿Por qué es importante un proceso de auto-obervación y auto-conocimiento?
El autoconocimiento es probablemente la herramienta más poderosa que se puede utilizar para ir asumiendo los retos y dificultades de mayor o menor magnitud que nos van surgiendo en el transcurso de nuestra vida. Solo cada uno de nosotros tenemos la capacidad y el poder para desarrollar esta herramienta tan valiosa.
El anterior relato es una manera sencilla y noble de empezar a conocernos. Es una manera de empezar de afuera hacia adentro, mirando con compasión y respeto nuestra realidad. Si generamos juicios que nos lastimen, el proceso se irá encaminando a repudio, entonces los mensajes que nos digamos no sean los más convenientes para que crezcamos.
Lo que necesitamos es hacernos amigos y aliados de nosotros mismo, por ello la mirada compasiva es básica para empezar este proceso. Si una relación que acabas de establecer la comienzas con juicios,  con reproches y recriminaciones, difícilmente prosperará a una relación de amor y de respeto. Lo mismo pasa con nosotros. Si nos lastimamos, nos culpamos, nos juzgamos, nos costará más t

rabajo darnos la mano a nosotros mismos y más bien nos meteremos el pie.

La dinámica de vernos 5 minutos desnudos frente al espejo puede abrir un panorama muy rico para concientizarnos de nuestro contenedor. Sabes qué talla eres?, te gusta mirar tu reflejo?, estas en paz con tu cuerpo?, sabes las limitaciones que tiene el funcionamiento del mismo?, lo cuidas?, lo respetas?.
Comenzando por el contenedor, por mi cuerpo, podemos ir adentrándonos a conocer más nuestra esencia. Mirarnos con los lentes de la compasión será la clave para tenernos de aliados y mejores amigos, y justo es la herramienta
 más poderosa que podemos tener para hacerle frente a lo que la vida nos proponga.
Qué piensas?

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Comentarios

  • Excelente me gusto mucho gracias

  • Querida Angeles, agradezco enormemente tu comentario tan sincero. La percepción que tenemos de nosotras mismas tiene que ver con una historia de vida (como lo que viviste en tu adolescencia), con creencias adoctrinadas (aquellas que nosotros no elegimos, sino fueron impuestas por la educación formal y familiar), con nuestra autoestima y diría yo también, con nuestro proceso de vida actual. Lo que tu me compartes es una parte importante que tendrás que seguir atenta a ello, sin embargo está en tus manos, hoy, cambiar esa percepción.

    Te mando un abrazo y mi cariño. 

    Te adjunto la página de facebook para que nos sigamos más cerquita la pista!. 

    Bonito día :)

    https://www.facebook.com/pages/Creer-es-el-Principio-Ser-es-el-camb...

  • Claudia, interesante mensaje,  a veces somos demasiado crueles con nosotras mismas, nos juzgamos muy duramente, el sobre peso a veces solo viven en nuestro interior, yo tengo ese problema siempre me digo que me veo gorda, que tengo la panza grande, que no entro en la ropa, mi realidad es que apenas y alcanzo los 50 kilos, mido 1.50, el problema no es tan grave según el doctor, y la ropa que me gusta efectivamente no me queda porque es muy muy pequeña.

    mi problema surgió en la adolescencia, pues me desarrolle físicamente muy rápido, y muchos niños d mi salón me querían tocar, yo no era muy consiente de lo que pasaba, sin embargo otras niñas mayores me decían que era por mis busto grande o por mis caderas amplias, llegue al grado de vendarme, para quedar plana, eso aunado a que mi mama me seguía vistiendo de niña, ahora yo considero casi un crimen esos vestidos, porque además de  llamar la atención de los niños,  los hombres mayores también ponían sus ojos en mí, (fue algo así como ser una "Lolita", pero con demasiada inocencia),  por ello comencé a bajar de peso, a la fecha lucho por estar muy delgada, porque si subo de peso surgen las curvas y las miradas de los caballeros, la verdad esas miradas es algo que no tolero,  así que trabajare mis cinco minutos en el espejo

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