Fernando Martí y el deporte extremo de vivir en México

Fernando Martí tenía 14 años cuando lo secuestraron y fue asesinado. El hijo de Charles Lindbergh y Ana Morrow tenía dos. Ambos casos, distantes en el tiempo y en la geografía, se asemejan por cuanto al efecto causado en sus respectivas sociedades: indignación y hartazgo.Uno en el Distrito Federal a principios del Siglo XXI, el otro en los Estados Unidos en la década de los 30 del Siglo 20, los XX secuestros Martí y Lindbergh coinciden en tanto la notoriedad de las familias y la indefensión de las víctimas.El capitán del famoso bimotor “Espíritu de San Louis” conoció a su esposa, la hija del Embajador estadounidense en México, después de un vuelo transcontinental que aterrizó en Cuernavaca. La aviación era lo suyo, fue el primero en volar entre París y Nueva York en 1927.La familia Martí como tantos otros emigrantes a la República Mexicana encontró en el comercio una vía de generación de capital, las tiendas que llevan su apellido son sinónimo de actividad física, de proezas atléticas en un país en el que lastimosamente a últimas fechas el deporte nacional extremo es simplemente la sobrevivencia.De profesión chofer, el señor Jorge Palma, falló en esa competencia cuando detuvo el coche en un retén, donde hombres vestidos con uniformes de la Policía mexicana, sacaron del auto al muchachito de la familia Martí, para la que Palma había trabajado tantos años como los que vivió Fernando.Ese error le costó la vida a ambos.El bebé Charles Augustus Lindbergh, fue sustraído de su propia cuna en Hopewell, Nueva Jersey, por los secuestradores que igual que en el reciente caso mexicano cobraron el rescate pero mataron al chiquito.La indignación entonces, como ahora, fue generalizada.Ninguna sociedad sana puede tolerar que la delincuencia haga de un niño una mercancía, una moneda de intercambio, que en caso de que el despreciable negocio del secuestro falle, acaba siendo descartada.En Estados Unidos, el asesinato del hijo de Lindbergh sirvió para lanzar una serie de iniciativas conducentes, entre otras cosas, a penalizar el pago del rescate en casos de secuestro. Pragmáticos, como siempre, los estadounidenses decidieron cortar el círculo vicioso tanto en el eslabón de la oferta como en el de la demanda.El asesino Bruno R Hauptmann, fue ejecutado después de juzgársele por secuestro y homicidio. Desde entonces está penado pagar rescate por un secuestro.En México debido al caso Martí se habló de lo primero: elevar las penas de los secuestradores, incluso, se abordó la idea de ejecutarlos, pero no de lo segundo: prohibir pagos de rescate.Lo cierto es que en el caso mexicano todo vuelve a complicarse, tanto más por dos razones de fondo: corrupción e impunidad.Si no hubiera negociadores privados sería tanto como depender sólo de la Policía, cuando se teme, con justa razón, que ellos mismos estén involucrados en los ilícitos.Poco o mucho dinero, el que se tenga, por supuesto que se va a usar una y otra vez para rescatar a los seres queridos de quienes deberían de protegernos: las Fuerzas de Seguridad del Estado.Para muestra basta otro botón: El caso de la discoteca del News Divine que tiene los visos de un “Secuestro Exprés” institucionalizado y masivo. Se llevaron a los muchachitos, los ficharon, y de no haber sido por la presión social, le hubieran sacado a las familias, los tres, los cinco mil pesos de la extorsión, para que los chicos recuperaran su libertad.En el caso Martí fueron cinco millones, pero algo también salió mal, el plan no funcionó como estaba previsto por los criminales. Igual que en el caso del News Divine, el resultado fatídico, fueron las muertes de seres indefensos.El dolor de las familias, de todas las familias queda ahí. El propio padre de Fernando Martí, Alejandro, lo expresó brutalmente “ese, me dicen, que no se va a ir nunca”, pero pareciera que la tolerancia social en México por niveles de impunidad cercanos al 100% llegó a su límite.La autoridad de cualquier nivel de Gobierno que no entienda la indignación acumulada lo hará a riesgo de su propia supervivencia.Es cierto que se necesita más y mejor investigación para abatir la impunidad, más y mejores jueces y custodios para impartir los castigos, pero también necesitamos una mejor sociedad, una sociedad menos permisiva con la corrupción y más dispuesta al sacrificio inicial, de cerrar la puerta a los delincuentes que son simplemente predadores, que se mueven del narco, al robo, al secuestro.Las autoridades tendrán que hacer lo suyo, pero los ciudadanos también. La familia Martí ha decidido quedarse en México y honrar a su hijo muerto fundando una organización ciudadana con su nombre. Loable decisión. La muerte de su hijo no habrá sido en vano si se convierte en el símbolo; en el hijo caído de todos, de cualquier mexicano que no quiera vivir entre la corrupción y la impunidad, esperemos que de esos haya más que de los infelices y cobardes capaces de asesinar a un muchacho de 14 años.
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Comentarios

  • ROSSANA:

    TE INVITO A VER EN MI BLOG UN ARTICULO QUE ESCRIBI... SE LLAMA SECUESTRO A LA VIDA. ME GUSTARIA QUE LO LEYERAS Y ME REGALARAS TU OPINION. HASTA LUEGO
  • Rossana:
    De acuerdo con tu comentario. Pero de aqui se me desprenden varios cuestionamientos:
    1. ¿Depende del sapo es la pedrada? hablo de la pedrada al gobierno, pues ha habido mucha más gente secuestrada que no es tan prominente como la familia Martí y sus casos se han quedado en el olvido... es cierto que este caso fue mucho más impactante por tratarse de un niño, pero también hay dolor en las otras familias de los secuestrados.
    2. ¿Mucho ruido y pocas nueces? La sociedad hemos llegado a la incredulidad ante la demagogia y el botín político en que se ha convertido este caso. Ojala que de verdad la tan cacaraqueada reunión de las altas esferas del gobierno tenga frutos palpables, pues esta bomba ya había explotado hace unos años...y después....se apagó!!!
    3. Por último....¿No se te hace extraño que no ha aparecido ante los reflectores de los medios la Sra. Isabel Miranda de Wallace? UNA HEROÍNA! pues ella y sin ayuda de las corruptas autoridades, descubrió con los secuestradores de su hijo, y tampoco ha pasado nada, y no se le dio la importancia que se le ha dado al caso Martí.... dónde está la Señora? por qué no la han buscado para que dé su opinión, o se ha unido al famoso grupo y fundación del Sr. Martí? a lo mejor no estoy enterada y sí lo haya hecho...pero no se sabe nada... no hay que olvidar que hace poco fue víctima de un atentado. Pienso mal, pero ¿y qué tal que esté hasta amenazada???? mi mente se fue lejos....
    Saludos.
    Rebeca Reyes.
    Celaya, Gto.
  • Cuando hay indignación como en este caso nos parece muy fácil tomar el toro por los cuernos y hablar de denunciar a los delincuentes aun cuando estos pertenescan a los cuerpos policiacos o sepamos que son narcotraficantes, sin embargo de eso se valen para intimidar a su alrrededor, de que la corrupción ha llegado a niveles tan superiores en la organizacion que amenazan con una facilidad, y no sólo ellos también sus familias pues se sienten dueños de un poder absoluto sobre la sociedad y hasta llegan a decir que las colonias son sus territorios y solo ellos pueden deidir que sucede ahí, todo esto lo saben nuestras autoridades y hacen oídos sordos, se les denuncia y como son compañeros pues no se les hace nada, hay que corresponder para cuando se les ofresca a los otros.
    que tristeza pensar en lo inútil de nuestras protestas, pero tambien se dice que el que persevera alcanza, y que la esperanza muere al último, y es preferible decir yo lo intenté con todo sin exito que quedarnos con los brazos cruzados y decir " si yo hubiera ", que verdad tan grande que el hubiera no existe lo hago o no lo hago, unamonos a nivel nacional para que nuestro gobierno vea nuestro cansancio a sus falsas promesas de que tendremos un mejor país

    nuestro cariño a todas las familias que han sido victimas de nuestros corruptos servidores públicos

    letty
  • Mientras nosotros seamos complices, con nuestra desiteres en los demas y desidia para exigir que los gobernantes cumplan con su trabajo, dejando siempre en manos de alguien mas la toma de desiciones, esperando que las cosas cambien gracias a nuestros rezos y no a nuestras acciones, no podemos esperar que la sociedad cambie, es a Dios rezando y con el mazo dando. Pero mientras no empecemos por exigirnos a nosotros mismos forzarnos al maximo como lo vamos hacer con la sociedad completa, empezemos con nosotros y nuestro entorno y asi poniendo ese grano de arena haremos una gran playa.
    No seamos corrumptos, respetemos el ambiente, a nuestros vecinos, a nuestra familia y empezemos por a nosotras mismas.
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