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Superhéroes

Psicóloga educativa, Rosa María Chico Del Olmo

     Un tema que a todos incumbe es la violencia que se ve en los niños y su manera de actuar dentro de un grupo social, sea familiar, social o educativo. Es de suma importancia observar su comportamiento durante nuestra jornada de trabajo, ya que existe gran preocupación por la incidencia de la violencia entre ellos.

     Se sabe que el ser humano, en cierto parámetro, presenta comportamientos de agresión. Los expertos lo atribuyen al rasgo instintivo de competencia, de buscar su territorio o por el simple deseo de sentirse superior y poderoso ante los demás y lo manifiesta mediante sus juegos. Si lo observamos de esta manera sería, hasta cierto parámetro, normal. Las personas adultas esperan ver que este tipo de comportamiento desaparezca o se supere al crecer, lo cierto es que hay que tomar muy en serio el comportamiento violento de un niño, independientemente de la edad que tenga, no debemos minimizar el problema diciendo que “está pasando por una fase”.

     La violencia en niños puede incluir una amplia gama de comportamientos: arrebatos de ira, agresiones físicas, peleas, amenazas o intentos de herir a otros, pensamientos homicidas, uso de armas de fuego, crueldad con los animales, encender fuegos, destrucción intencional de la propiedad, vandalismo, etc.

     Lo que correspondería hacer dentro del ambiente escolar, una vez que se tiene  identificada la presencia de un niño que ya no sólo juega sino que ahora agrede e incómoda su entorno, es  identificar los factores que aumentan el comportamiento violento.

Factores comunes del ambiente escolar

• Comportamiento agresivo o violencia previa (haber visto agresión en casa).
• Ser víctima de un abuso físico y/o sexual.
• Factores genéticos (hereditarios de la familia).
• Exposición a la violencia en los medios de comunicación.
• Uso de drogas y/o alcohol.
• Presencia de armas de fuego en casa.
• Combinación de factores de estrés socioeconómicos (carencia de medios). .
• Separación matrimonial, divorcio, padre/madre soltero, desempleo, falta de apoyo por parte de la familia...
• Daño cerebral debido a heridas en la cabeza (cuidado con las caídas).

     Conociendo las posibles causas que provocan el comportamiento violento de los alumnos podremos tomar conciencia y buscar estrategias para minimizar o impedir estas conductas.

    Diversas investigaciones demuestran que la mayor parte del comportamiento violento se puede reducir o impedir si se eliminan los factores de riesgo mencionados. Lo más importante es minimizar la exposición del niño a la violencia en el hogar, la comunidad y los medios de comunicación, puesto que dentro de ellos podemos observar infinidad de eventos que sugieren una dinámica de vida agresiva, con la consigna de que se buscará la paz y el poder (típico en los programas de televisión o en las películas de superhéroes con los que hoy en día los niños fantasean y desean imitar). Recordemos que una conducta siempre es aprendida por imitación.

     Los superhéroes consiguen mantener irónicamente la paz luchando y destruyendo su entorno, luego entonces, si observamos los juegos de los alumnos nos percatamos que no están generando violencia entre sí, están imitando a estos superhéroes o buscan llegar a un nivel de superioridad destruyendo al amigo. Es evidente que la violencia genera violencia.  

     Lo importante aquí, no es impedir el juego a los pequeños, valdría la pena buscar prevenir el comportamiento violento utilizando diferentes estrategias, por supuesto la principal es la supervisión. Dentro de la escuela se sugiere llevar a cabo de forma activa el programa de valores con la consigna semanal, buscando la sensibilización de los pequeños frente a los estímulos que se les presentan.

     Un ejercicio fácil y reflexivo es hablar de sus manos y de las grandes cosas que pueden crear, que noten la diferencia entre un golpe y la sensación de agrado de una simple caricia; generen dentro del un ambiente agradable y tranquilo que les permita hablar con ellos. No lo olvides, estos pequeños están en proceso de formación y en muchas ocasiones la escuela es el lugar donde pasan la mayor parte del tiempo, si los mantenernos activos creando cosas se les ofrecerán más alternativas de comportamiento que la de luchar por conseguir un sueño, así les hacemos la cordial invitación de generar niños productivos y amorosos.