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En el marco de la Feria de la Lectura de Yucatán, celebrada hace unos días en Mérida, y a la que fui invitada pude acercarme a buenos libros tanto de los que se presentaron como aquellos que exhibieron  en número significativo por editoriales mexicanas.

Pero escojo hoy uno en especial que me pareció relevante: “El teatro de Alfonso Reyes. Presente y actualidad”, de una destacada mujer de nuestra cultura contemporánea, como lo es Marcela Del Río Reyes.

Aborda en sus páginas un cúmulo de las  grandes obras de teatro, de quien fuera justo su tío abuelo, que tanto admiramos y le lamamos el Regio Universal, o simplemente nuestro paisanos, aunque con un inmenso respeto y evocando a la vez la grandes de nuestra tierra natal, Monterrey.

Así también, la autora, nos devela que en sus textos Don Alfonso entrevera el drama con otros géneros, bien sea el ensayo, la historia o el relato, entre otros.

Toda una tesis que va aplicando Marcela en los  diferentes argumentos de la dramaturgia de Reyes, y que tanto nos enseña, descubre, deslumbra, y prueba contundentemente, como ocurre por ejemplo en Ifigenia Cruel, quizá la obra y puesta escénica más conocida,, donde asoman pasajes de su autobiografía en la tragedia griega, además de que él siempre sorprende e innova, al darle un final diferente al molde acostumbrado en las piezas teatrales de la antigüedad Así, la Ifigenia de Reyes, no concluye en la venganza como se inscribe originalmente, sino en el perdón, tal cual él evolucionó personal y ejemplarmente frente a la muerte de su padre, el General Bernardo Reyes, quien cae acribillado frente a Palacio Nacional en tiempos de la Revolución Mexicana.

Por cierto, en la presentación del libro, la propia escritora y dramaturga Marcela del Río Reyes, nos confesó que El Canto de Holiput le parecía la mejor de todas, e  impecable abundó con argumentos que si bien nos convencieron, recordamos otra que es Landru (Aquel famoso asesino serial de mujeres), montada y actuada magistralmente, bajo la Dirección de Juan José Gurrola allá por los sesentas.

Un  encuentro, en el que participaron con la brillantez que los caracteriza  tanto Jorge Esma como Alejandro Ordorica  que independientemente de sus enfoques, desembocaron junto a todas y todos los presentes, que se trata de una investigación extraordinaria y un libro de elevado nivel por las tan valiosas aportaciones que representa.

Leerlo, es pues una recomendación para todos ustedes ya verán que si es posible aunar la amenidad con la profundidad.

¡Felicidades Marcela¡.