Al reconocerme en mi totalidad, estoy reconociendo mi potencialidad en armonía divina y perfecta.
¿En cuantas ocasiones hemos querido tener a nuestro lado a alguien para poder disfrutar, platicar, festejar, gozar, etc ó simplemente un hombro donde llorar ó apoyarnos y nos agobia ese instante?
Cuando aprendemos a amarnos, valorarnos, respetarnos y reconocernos, tendrémos la conciencia y capacidad de aceptar que la principal compañía que necesitamos, somos nosotros mismos y asi poder disfrutar de cada instante de la vida.
Si yo me reconozco, me amo, me acepto, me valoro y me respeto, seré afectivamente independiente y disfrutaré estar más con mi propio yo.
Comentarios