El jefe de Gobierno de la Ciudad de México nos presentó ya su tercer informe de trabajo en el que se resaltan los avances conseguidos pero también se reconoce lo que falta por hacer.
Desde su toma de posesión, en diciembre de 2012, Miguel Ángel Mancera se presentó como un hombre sin filias partidistas –fue postulado por una coalición de izquierda como candidato ciudadano–, lo cual quizá le atrajo simpatías ante el descrédito de los partidos políticos existentes. Lo cierto es que ya venía precedido por una imagen positiva como servidor público gracias a sus logros al frente de la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal durante el sexenio anterior.
Un aspecto destacado de su gestión como jefe de Gobierno es que ha sabido reaccionar ante situaciones que exigían respuestas inmediatas; por ejemplo, frente al desgaste del equipo de trabajo que conformó en los primeros años y que ya había tenido altibajos en diferentes ángulos, como la Secretaría General de Gobierno o la de Seguridad Pública. Ambas áreas ya fueron reforzadas en la reestructuración que realizó Miguel Ángel Mancera a su gabinete hace algunas semanas. Una buena cantidad de capitalinos vio con buenos ojos esos ajustes y confía en que hayan sido para beneficio de nuestra gran ciudad.
Ni duda cabe de que deben multiplicarse las acciones en materia de seguridad pública, como lo exige la ciudadanía. Pero también hay que atender el transporte público y la vialidad. Y muchos otros servicios, como las acciones para enfrentar emergencias en época de lluvias, siguen constituyendo un reto. El desafío es enorme; sin embargo, por fortuna, el jefe de Gobierno tiene todavía la mitad de su gestión por delante y, con ella, la gran oportunidad de corregir y reencauzar el rumbo en los aspectos donde sea necesario, para así avanzar más.
Destaca su decisión de que los ciudadanos opinemos y decidamos en verdad sobre el desarrollo urbano y que contemos con más parques y áreas verdes. Es el caso del predio La Mexicana, en Santa Fe, que ya no será una enorme unidad habitacional sino, en su gran mayoría (por lo menos el 70%, dijo el funcionario) un parque urbano. Asimismo, la recuperación de la calzada Ignacio Zaragoza a partir de propuestas de los ciudadanos. Ambos proyectos se aprecian ambiciosos y benéficos, como, al parecer, el audaz Corredor Cultural en avenida Chapultepec.
Los programas vinculados al orden social y educativo no sólo se mantienen sino que se amplían. Destaca en este rubro el exitoso programa Médico en Tu Casa, que, a decir del jefe de Gobierno, está siendo estudiado para llevar su modelo al resto del país y ha recibido el reconocimiento de varias naciones, como Estados Unidos y Cuba. Por eso, el doctor Mancera envió a la Asamblea Legislativa una iniciativa de ley para que El Médico en Tu Casa se convierta en ley.
Otra acción significativa y plausible es otorgar vivienda a damnificados de los sismos de 1985. Porque, aunque parezca imposible, 30 años después de los sismos aún existen campamentos de damnificados, donde viven 622 personas, a las cuales el jefe de Gobierno les ofrecerá vivienda digna.
Además, nos congratula que su mensaje central conlleve apertura, respeto, transparencia y tolerancia, valores que, de cumplirse plenamente –como esperamos y deseamos para bien de la población de la capital del país–, lo situarán cada vez más como un fuerte aspirante en el 2018, una vez que partidos y ciudadanos empiecen a mirar hacia el relevo en la Presidencia de la República.
Facebook: Martha Chapa Benavides
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