LOS PROBLEMAS DE LA MUJER MODERNA

Muchas mujeres consideran que la vida es una cadena de problemas y dificultades. Pensar así es pensar negativamente. Todas tenemos nuestra propia porción de dificultades y muchas, muchas mujeres ven en ellas un desafío estimulante. Es decir, ven los problemas como una oportunidad. La oportunidad de encontrar una solución original y eficaz, una forma de dejar su huella. La naturaleza nos dotó con una capacidad de reflexión inmensa, y debemos aplicarla al análisis de las dificultades, no para lamentarnos de ellas, sino para encontrar las soluciones. Si vemos la vida de esta manera, estaremos dando el primer paso que se convertirá en el camino que transforma todo tipo de situaciones complejas. No te quejes, actúa y ocúpate en lugar de preocuparte.

Estudia el mapa

Un problema es como un mapa: mientras más lo estudias, más caminos encuentras. Eludir los problemas, no pensar en ellos, no hace que se esfumen. Pero analizarlos te ayuda a tener opciones. Al reflexionar sobre una dificultad concreta, lo primero que debes hacer es no agobiarte, sino pensar que tiene más de una manera de resolverla. En otras palabras, debes enfrentar los problemas y encontrar más de una posibilidad de solucionarlo. Luego, cuando ya lo hayas hecho, elige la opción que sea más adecuada al momento, a tu circunstancia o a tus posibilidades. Recuerda no bloquearte piensa, piensa y piensa, siempre hay una solución. Se vale pedir ayuda.

A veces los problemas son demasiado para una sola persona, mientras que, entre dos, pueden solucionarse con mucha facilidad. A veces, incluso compartir el problema, comentarlo con otra persona, te ayudará a ver cosas que por ti misma no podrías ver de manera tan evidente. Una vez más: no te agobies. Piensa y pide ayuda.

El valor de la experiencia

Vivir sirve de mucho. Entre otras cosas, nos sirve para superar los obstáculos que se nos presentan. Por eso, te sugiero que ante cualquier dificultad, no te concentres únicamente en ella o resultarás absorbida. Enfocarte en un problema, verlo de lejos te ayuda a echar mano de tu experiencia, de las cosas que has aprendido previamente. Observa el problema desde el ángulo de las experiencias que te ha dado la vida, y seguramente encontrarás ideas muy valiosas y positivas para salir del atolladero. Procura no acercarte a personas negativas y fatalistas, en lugar de ayudarte te perjudicarán. Los nervios no ayudan solo te bloquean.

Una de las cosas que las mujeres tenemos que aprender de los hombres, es su capacidad para permanecer emocionalmente estables ante la necesidad de tomar decisiones difíciles. Somos mujeres y a veces nos gana la sensibilidad, decidimos con el corazón antes que con el cerebro. Pero estamos equipadas para hacer un buen trabajo si equilibramos la emoción con el intelecto. No dejes que te ganen los nervios. Si tienes que tomar una decisión importante, relájate, respira hondo, medita y luego, da el paso: toma la decisión más adecuada con la tranquilidad de que hiciste lo mejor que podías.

¿Cuál es el problema?

Por último, lo más importante. A veces estamos metidas hasta el cuello en una situación tan difícil que, paradójicamente, nos olvidamos de encontrar el problema que causó todo originalmente. Haz frente a las circunstancias por las que estás pasando, pero no olvides nunca que encontrar el problema es la mitad de la solución. No pierdas de vista el problema.

 

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