LOS PREOCUPONES

 

No lleves nunca a cuestas más de un tipo de problemas a la vez,

 hay quienes cargan con tres: todos los que tuvieron,

 todos los que ahora tienen y los que esperan tener.

 

Edward E. Hake.

 

 

 

 

 

Me gustaría empezar este interesante tema  un proverbio budista que me encantó:

 

 

“No puedes evitar que los pájaros vuelen en torno a tu cabeza, pero sí puedes impedir que hagan su nido en tus cabellos”

 

 

 

DE LOS PREOCUPONES Y LAS PREOCUPONAS CRÓNICAS...

 

 

¿Conoces a alguno o te identificas con este rol?

 

 

Quien  se preocupa por todo – es un atormentado crónico, que utiliza la imaginación y la visualización pero en su contra, de manera negativa.

 

 

El preocupón vive con ansiedad en un 90% de su tiempo, imaginándose problemas que en su mayoría, jamás llegan a convertirse en realidad.

 

 

Cualquiera que hiciera, en este instante un análisis de sus preocupaciones ansiosas, obtendría los siguientes resultados aproximados:

 

 

-          Un 40% se referiría a cosas que, con toda probabilidad no ocurrirán jamás.

 

-          Un 30% tendría que ver con asuntos del pasado, sobre los que NADA se puede hacer.

 

-          Un 10% aproximado se referiría a críticas de los demás, que en su mayoría no merecen atención.

 

-          Otro 10% tendría que ver con temas de salud, trabajo, etc.

 

-          Y sólo un 10% de nuestros problemas merecerían en realidad que nos ocupáramos (no preocuparnos) de ellos.

 

 

Según Bernabé Tuerno, autor del libro “A vivir se aprende”, la preocupación:

 

 

  • Es la más típica de las actitudes mentales que conducen a la infelicidad del hombre y está entre las primeras causas de tensión innecesaria.

 

  • Es el mayor de los trastornos psicosomáticos tienen su base en la preocupación.

 

  • Quien se habitúa a ella, se envenena poco a poco, hasta que su estado mental le  impide lograr un mínimo de paz interior.

 

  • La preocupación, causa un desgaste de energía tremendo, por eso el preocupado crónico, no sólo NO soluciona sus problemas, sino que se desgasta tanto que se incapacita a sí mismo para encontrar posibles soluciones y alternativas.

 

  • La preocupación aniquila, agota  cualquier manifestación de alegría y de felicidad. ¡incapacita para llevar a cabo una acción eficaz y reduce los niveles de expansión de la conciencia, robándose la paz interior.

 

 

Toda preocupación es una forma de miedo causada por temores creados, o infundados por la propia imaginación.

 

 

Aprendemos por imitación a preocuparnos por todo.

 

 

Hay quienes se preocupan por su excesiva preocupación o por su necesidad de hacerlo todo a la perfección.

 

 

Es inútil preocuparse – pero hay quienes piensan que quien no se preocupa, se vuelve irresponsable.

 

 

Yo considero que, para ser responsable y afrontar la realidad, necesitamos una actitud mental positiva, de seguridad, de confianza y de esperanza – libre de nerviosismo y tensión.

 

 

La preocupación es el ingrediente número 1 que nos impide ver la realidad tal y como es.

 

 

No confundamos – el NO preocuparse, con el “Me vale” el ser indiferente o cruzarse de brazos.

 

La ansiedad inútil, es como el freno de mano: cuanto mayor sea la paz interior y la ausencia de temor, mayor será la claridad mental, la lucidez y la concentración – ingredientes indispensables para aumentar las posibilidades de éxito, si surge cualquier contratiempo o problema.

 

 

Ocuparse, en vez de preocuparse aumenta la autoestima y la confianza en uno mismo.

 

 

¿QUÉ HACER FRENTE A UNA PREOCUPACIÓN PARALIZANTE?

 

Ver nuestro problema desde un plano más global, más panorámico y, después reducirlo a su tamaño real.

 

Recordar momentos espantosos y cómo los superamos.

 

Abrir nuestro corazón y confiarle a otras personas que merezcan nuestra confianza lo que nos pasa. Compartir un problema personal reduce la ansiedad e incrementa la calma y la seguridad en nosotros mismos. ¡Ojo a quién se lo cuentas!

 

Ocupar – nos con los 5 sentidos en algo necesario, constructivo y positivo, así apartamos la mente de nuestra preocupación.

 

Y, por último, aplicar la ley de la atracción, según la cual: “Todo atrae a su igual” “lo semejante atrae a lo semejante”. Si nos relacionamos con personas que se preocupan cor todo, aprenderemos por contagio a hacer lo mismo. Por el contrario, si nos relacionamos con personas positivas, aprenderemos de ellos a gozar más la vida.

 

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Comentarios

  • PARECE MENTIRA PERO ES VERDAD ES MEJOR OCUPARASE QUE PREOCUPARSE. GRACIAS

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