Las mujeres de mi vida
Viví una infancia maravillosa, con padres trabajadores que buscaban el sustento de la familia; nunca estuvimos solos porque contábamos con la presencia invaluable de los abuelos, que han sido pilar determinante en nuestra vida. Soy la primogénita de cuatro hijos, el ruido en casa era algo cotidiano, las pláticas, música y el clásico noticiero en la radio eran parte del día a día. Recuerdo los juegos simples con los primos que nos hacían reír hasta que dolía el estómago, baños bajo la lluvia, con el peculiar aroma a tierra mojada, había unión y diversión sin preocupaciones.
Cierra tus ojos piensa en tu niñez y la importancia que tuvieron tus padres, pero en especial: tu madre. Yo te transporto a mi infancia, a mi vida. Hoy a mis 33 años, dejo mis palabras en libertad, para homenajear a todas las mujeres valientes por sus decisiones y perseverantes por sus acciones. Somos su creación, fruto de su vientre permitiendo nuestra existencia; ¡alto, hagamos una pausa¡, ¿Has escuchado hablar de algo más perfecto que dar vida? Durante esas tres décadas, he conocido mujeres admirables que le han dado un gran significado a mi vida; sin embargo, voy a escribir sobre las que me han marcado con su temple y amor.
Siempre tuve el gusto por la lectura, y pasión por la escritura; uno de aquellos días de cielo gris, sentada en el piso sobre una cobija vieja y una almohada que dejaba asomar el relleno; de lo más plácida, leía una frase que nunca pude borrar de mi memoria, la cual recitaba más o menos así: En una declaración que hizo el pensador Sócrates; cuando le preguntan maestro, ¿qué nos puede decir acerca de su obra? a lo cual contesta, “mi última obra es tan sencilla de leer y digerir que hasta una mujer puede comprenderla”.
Que enseñanza tan grande me dejó en ese momento, aprendí el no justificar ningún tipo de burla que implique sobajar a la mujer; de ahí continuar con el gran ejemplo de las que ya no están y que han luchado por obtener igualdad de condiciones, veamos uno de los ejemplos más claros lo encontramos en Hipatia1, primera mujer filósofa, profesora, matemática, astrónoma…cultivaba prácticamente todos los campos del saber; debido a su brillantez, grandes líderes la tomaron como referencia y consejera. Que tal con la muestra para Sócrates, ella consiguió su objetivo, belleza en el cuidado de su cuerpo, inteligencia y talento de esta gran mujer fueron legendarios, superando a su padre en todos los campos del saber, Hipatia se convirtió en una de las mejores científicas y filósofas de su época, erudita de un conocimiento basto y abrupta rebeldía...
Para muestra y con permiso de tan insensato pensador, les presento con esta tinta, a las personas que me formaron y los logros que he obtenido gracias a ellas; las mujeres de mi vida. Nunca olvidaré aquellos hermosos momentos cuando veía a diario a mi abuela haciendo oración en silencio, siempre en la primer banca del lado izquierdo en la parroquia del pueblo, de espaldas me dejaba ver su cabecita blanca, pura y brillosa como su alma, con su falda hasta el tobillo y zapatitos negros cómodos que aliviaban el dolor de sus pies cansados por sus más de ochenta años, me recibía con una sonrisa, un cálido abrazo y a la vez limpiaba el sudor de mi cara con sus manos, cual pañuelo de terciopelo. Hablábamos en secreto por respeto a los que ahí oraban, o me recargaba en su hombro con enorme regocijo transmitiéndome una paz inmensa. Vanidosa con sus cremas de la piel y olorosa siempre, se colocaba su bolsa negra bajo el brazo donde tenía en resguardo los libros de sus oraciones y a su santo repleto de agua bendita; la recuerdo siempre activa, caminando con rapidez, era fácil perderle el paso, se trasladaba con infinito amor y júbilo a trabajar en su lugar favorito: el templo. Ella fue una mamá soltera, que pese a las adversidades motivó al logro de sus sueños a sus hijos, entre ellos mi madre...CONTINUARÁ.
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