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Un tema que no se difunde con regularidad pero que representa un problema en potencia,  es  la  Salud Mental de las mujeres. 
Para abordarlo correctamente es necesario entender que su problemática es el producto de diferentes factores que se entretejen: condiciones socio–económicas, producción histórica de la masculinidad y de la feminidad; pero sobre todo, el sistema de valores y creencias en relación a los ejes salud-enfermedad mental, y sus modelos científicos de interpretación en las prácticas regulares.
Recientemente leí la nota publicada por CIMAC-NOTICIAS y que me causó un gran desconsuelo, ya que se reporta que las mujeres representan más de la mitad de las personas atendidas por trastornos mentales y neurológicos, que a su vez representan casi la cuarta parte del total de enfermedades en América Latina y el Caribe, y que  a pesar de los altos índices de personas con estos padecimientos los servicios de salud mental continúan siendo deficientes.
A nivel latinoamericano, del total de pacientes que acuden a consulta o a evaluación el 51 por ciento son mujeres, aunque cabe mencionar que la cifra aumenta a 53 por ciento cuando se trata de países de América del Sur.
La Salud mental de las mujeres en nuestra cultura ha estado ligada a la expectativa de producción social de las mujeres, es decir, su identidad de género. 
Se debe incluir las voces de sus protagonistas, sus maneras de dar sentido, de significar y comprender el sufrimiento y el bienestar, sus saberes, sus capacidades para identificar necesidades, y sus posibilidades de enunciar caminos, y generar acciones tendientes a su  desarrollo y  realización personal. 
Tradicionalmente la Salud Mental de las mujeres estaba asociada a los avatares de sus funciones reproductivas (embarazo, parto, puerperio, crisis ante la menopausia, etc). Esta concepción en materia de Salud mental «denunciaba» una manera de concebir a la mujer en general, centrada en sus funciones reproductivas.
Esta es, y continúa siendo una concepción reduccionista  en tanto que se reduce a la mujer a su aparato reproductivo. Ideas que han entorpecido la realización plena de millones de mujeres en la historia humana.
La incorporación reciente de  los aportes de los Estudios de Género, es sin ninguna duda, lo que ha permitido reflexionar desde un lugar alternativo, que nos  acerca de las condicionantes históricas, sociales, culturales y políticas que inciden en  la vida de las mujeres.
Algunos elementos específicos de las mujeres que habitualmente son generadores de malestar y sufrimiento que las inicia en una enfermedad mental:
  • El rol maternal como único y legitimo de lo "Femenino", que aún aparece como el núcleo existencial de las mujeres. 
  • La maternalización de todos los roles. Como señaláramos: las mujeres hemos sido educadas al servicio de los demás.
  • Los efectos de la doble jornada de trabajo. Esto se refiere al desarrollo de roles domésticos y extradomésticos, con la sobrecarga que ello implica. 
  • Las prácticas sexuales diferentes y cargadas de prejuicios. El control social sobre el placer sexual y sus prácticas, no ha tenido el mismo contenido para mujeres y varones, lo que ha permitido una doble moral en cuanto a la actividad sexual.  Este punto es sumamente relevante por el estigma que existe en cuanto a la búsqueda de placer sexual en las mujeres, ya que es considerado una transgresión al modelo, en parte por el desconocimiento del propio cuerpo, de sus derechos sexuales; lo que continúan formando parte de las enseñanzas de niñas y adolescentes hasta el día de hoy.  
  • El último factor se refiere al empoderamiento el cual se entiende pues como el continuo fortalecimiento de las mujeres tendiente a obtener sus derechos, incluyendo el poder de decisión sobre los recursos materiales y el ejercicio de su participación social y política, sin  exclusiones referidas a su ser mujer.
La MUJER vive una realidad que no corresponde a su verdadera naturaleza y que la lleva por el oscuro callejón de la ansiedad, el descontento y la infelicidad.
Lograr que las mujeres se conozcan, se reconozcan a sí mismas y sus necesidades, para  considerase capaz de ser activas respecto de ello; conlleva un cambio, no sólo de las mujeres sino también de los/ las profesionales y técnicos/as que se ocupan de la salud mental. 
Lo que es  más urgente aún es que este reconocimiento se refleje en la agenda política, en los servicios y los presupuestos gubernamentales, quienes son los responsables administrativos de este problema femenino que aún no cuenta con los apoyos legales ni sociales para comenzar a ser resuelto
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Comentarios

  • Me parecio interesante  y si es verdad los doctores te tratan si estas  embarazada porque estas embarazada , si no porque no estas embarazada y  si no porque estas en la pre, o menopausia  todo se centra  en eso, que triste es que la sociedad a veces sólo nos vea como un ciclo reproductivo y no se de el valor a los trastornos neurológicos o psicológicos de las mujeres

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