Uno de los vínculos más intensos que tenemos en nuestra vida es la relación de pareja. Se trata de un vínculo especial y complejo, ya que implica que compartes muchos aspectos de tu vida, gustos, actividades, intereses, tiempo y por ende, también se presta para discusiones y pleitos. 

 

Lo primero que hay que decir, es que las discusiones entre los miembros de una pareja, demuestran que hay una relación emocional. Suelen ser normales porque hasta cierto punto cuando te sientes en confianza dejas que afloren algunos aspectos de tu personalidad que con personas que no conoces no permites que  salgan a flote.

 

Lo que hay que tener presente en una relación es que cuando en una pareja hay insultos, amenazas, gritos, golpes o en su caso violencia verbal, ironía, burla, o cualquier actitud que pueda lastimar a alguna de las dos partes es indispensable hacer una alto, una pausa,  para evaluar que tan profundos son los daños. Estos son focos rojos que te pueden dar la pauta de que tipo de relación estas llevando con la otra persona, y si estás dispuesto a permitirlo o no.

 

Entre la enorme gama de  motivos por los que las parejas suelen pelear, o discutir podemos encontrar, falta de comunicación, incompatibilidad en gustos, en placeres, en metas. Discrepancia en cuestiones familiares, desaveniencias en los temas económicos, exceso de trabajo, celos, ira; tantas cosas.

 

Las discusiones forman parte de la vida de cualquier pareja, lo importante es aprender a darles un cauce, y un sentido positivo que fortalezca la relación.

 

Cuando inicies una discusión de pareja, lo primero que hay que tener en mente es dejar las cosas del pasado en el pasado. Es común en un pleito sacar los temas de hace mil años a relucir. Esto no sirve de mucho, al contrario, en lugar de ayudar a aclarar el tema que esta sobre la mesa, esto hace que la comunicación se rompa con más facilidad.

 

Cuidar las palabras. Cuando una de las partes esta enojada, celosa o con sentimientos de ira, es posible decir cosas que pueden ser irreparables. Evítalas. No lastimes a alguien a profundidad porque quizás después no encuentres la manera de reparar el daño.

 

Escucha los argumentos del otro. Reconoce cuando te equivocas. Nadie en esta vida es perfecto. Hazte cargo de tu responsabilidad dentro del pleito. Propón soluciones si es que las hay. Pon limites.

 

En una relación sana, cada uno de los miembros de la pareja tiene derecho a expresarse libremente y exponer sus ideas, y sus sentimientos.

 

Nadie puede lastimarte sin tu consentimiento.

 

Deja que las cosas se acomoden en su lugar. Y sea cual sea el desenlace de la situación no te permitas sentir rencor.

 

 

Por Erika Araujo

Cineasta y filósofa.

 

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Comentarios

  • hola buena tarde, muchas gracias x  el tema de echo me esta sirviendo mucho ya que estoy pasando una situacion dificil con mi pareja, todo llega en el momento adecuado muchas gracias.

  • GRacias.. te agradezco el refuerzo....
  • Un texto equilibrado y cierto. Cuando algo en la pareja no va lo bien que se espera, siempre es de DOS. Para bailar un tango se necesitan dos. También se requiere de buscar el tiempo y el lugar adecuado cuando se decide entablar una conversación para resolver el conflicto. Yo tengo 25 años de casada y de verdad puedo decir... felizmente casada, con discusiones sí, con situaciones difíciles, sí, pero siempre felizmente resueltas. Gracias por los consejos, en verdad .... buenos consejors. Saludos.
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