El mítico yogui Paramahansa Yogananda decía a sus alumnos:
“No desperdiciaré mi tiempo conversando acerca de las faltas de los demás.
Si me siento inclinado a disfrutar criticando a otros,
divulgaré primeramente, en alta voz, mis propias faltas.
No criticaré a persona alguna a menos que ella me lo pida,
y aún en ese caso, lo haré con el único deseo de ayudar.”
Este es un principio muy valioso para nuestra higiene mental, ya que aquello que damos a los demás vuelve inmediatamente a nosotros. Si transmitimos negatividad, nos embrutecemos. Si transmitimos amor, nos amamos a la vez que mostramos ese mismo sentimiento por lo demás.
Al elegir nuestras palabras, nuestros mensajes, no solo influimos en la realidad de los demás, también creamos nuestra propia realidad. ¿En cuál quieres vivir?
¡Tienes que ser miembro de Retos Femeninos para agregar comentarios!
Comentarios