¿ERES CREATIVA?

En algún proceso de capacitación que dirigí, solicité a los participantes que hicieran esculturas con su cuerpo y uno de ellos me comentó: “es que yo no soy creativo”. Eso fue un buen pretexto para hablar sobre la creatividad.

La gente suele poner etiquetas a quienes le rodean, seguros de que uno es el inteligente, otro el guapo, otro el simpático y otro más el creativo; pero la visión que tenemos de los demás y de nosotros mismos, no debe ser reduccionista. Somos más que las etiquetas que otras personas nos ponen, incluso, que las que nosotros mismos nos colocamos; tenemos todo un almacén lleno de posibilidades, algunas ya identificadas como habilidades, pero otras, como aptitudes en espera de ser desarrolladas.

En el ámbito publicitario existe un área creativa que da forma a todos los mensajes que nos llegan por diversos medios y algunas personas creen que quienes desempeñan ese trabajo tienen más aptitudes artísticas (además, por supuesto, de vestir de manera exótica y mostrar mínima pulcritud en su persona); pero nada más lejos de la realidad. La creatividad está en lo que pensamos, en lo que dibujamos, en lo que escribimos y en las soluciones que damos a los problemas cotidianos.

Hay múltiples ejercicios para trabajar con el pensamiento divergente y dejar de pensar que dos más dos son siempre cuatro. El hemisferio cerebral derecho es el que se encarga de esta tarea: imaginar para crear.

Lo que no es capaz de tomar forma en tu mente, jamás estará en tu realidad. Todo parte de una idea. Los grandes empresarios fueron creativos en su época de emprendedores y lo siguen siendo para mantener a su negocio en el más alto nivel, porque siempre hay algo que se puede hacer mejor y diferente.

Cuando se trata de mentir, algunos individuos se llevan el Oscar, ¿por qué, entonces, no emplear esa misma imaginación en procesos productivos? Utilizar la creatividad sólo para salir del atolladero, equivale a renunciar al gran potencial que tienes para descubrir posibilidades; sean éstas para la creación de un negocio, para ayudar al prójimo, para generar nuevas formas de convivencia con quienes amas, para autorrealizarte, en fin, para que tu vida esté nutriéndose siempre de cosas nuevas.

Te invito a realizar algunos de los siguientes ejercicios, para desarrollar tu pensamiento lateral:

  1. Resuelve acertijos.
  2. Piensa en, por lo menos, diez usos que podrías darle a un mismo objeto.
  3. A partir de las primeras cinco palabras que vengan a tu mente, escribe un cuento.
  4. Observa una fotografía de cualquier desconocido e inventa su historia.
  5. Piensa en finales diferentes para las películas que más te han gustado.
  6. Fabrica objetos útiles con material desechable.

Encárgale a tu mente recordar tus sueños y, en cuanto despiertes, escríbelos en un cuaderno. Te darás cuenta de la enorme capacidad creativa que tu mente tiene, pero que, tal vez, nos has traído al nivel consciente.

¡Pruébalo!

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