EL PAPEL DE LA MUJER EN ESTOS COMPLICADOS DIAS

Martha ChapaEs costumbre en los seres humanos reflexivos —luchen denodadamente por pertenecer a ese género— hacer un balance de los acontecimientos importantes del año cuando éste llega a su fin. En ocasiones este ejercicio se convierte en examen de conciencia y se hace una suerte de promesa para no repetir errores, utilizando la experiencia adquirida; también se establecen propósitos firmes y se comparte con los lectores la incógnita de cómo nos ira. Por razones lógicas, de cualquier consideración retrospectiva sobre 2008, me resulta indispensable hacer una reflexión profunda acerca del papel que jugáremos las mujeres en el esta difícil época.Las estructuras, sociales, religiosas, jurídicas, políticas, y económicas que ha conocido la humanidad en los últimos siglos, las cuales persisten en la sociedad de nuestro tiempo, han sido de una forma o de otra opresoras de la mujer e instigadoras de una desigualdad que, por más que lo neguemos reiteradamente, existe en la conciencia colectiva de una organización social basada en el machismo, en la dominación sexual del hombre en detrimento de la mujer.No obstante lo anterior, debemos reconocer que al menos existe una preocupación que se traduce en declaraciones internacionales, en adecuaciones legislativas que cada día abren, a la mujer, mayores espacios de participación en todos los órdenes. En este sentido, se organizan debates, espacios a la reflexión, conferencias sobre este tema, aparecen libros y revistas, lo cual constituye un esfuerzo de carácter mundial; en ello han participado mujeres de todo el orbe Desde 1985, cuando se celebró en Nairobi la tercera conferencia sobre la mujer, han ocurrido diversos acontecimientos internacionales que han transformado las condiciones del desarrollo de las mujeres. Estas nuevas circunstancias permitieron que haga algún tiempo en Pekín, se abordaran temas y conclusiones más progresistas y avanzadas en beneficio del desarrollo femenino.Pese a los avances innegables los derechos que todavía se niegan sistemáticamente al género femenino. Debo recordar todo lo que hemos padecido las mujeres mexicanas y las latinoamericanas; asimismo en gran número de países asiáticos se obliga a las mujeres a ocultar su rostro y que en ciertas regiones de China, se aplican dolorosos tormentos a las mujeres para fomentar una supuesta feminidad, amén ahí mismo, en una sólo comarca asesinan de las maneras más crueles a 800,000 de niñas al nacer; merecen tal castigo, solo por haber cometido el pecado de llegar a este cruel mundo como niñas. También es aterrador que hoy día se siguen practicando en África, la extirpación del clítoris a muchas mujeres.Igualmente es importante destacar la valiente denuncia que hizo la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú hace algún tiempo, quien considera que se ha ignorado el tema de las minorías indígenas, víctimas de innumerables atropellos que la opinión pública no ha registrado o desconoce. Hechos de denuncia y que una relación al caso concreto de México, donde persiste en forma reiterada una actitud machista y discriminatoria, es necesaria plantear las cuestiones de grandes dimensiones: la explotación brutal que sufren miles de trabajadoras en toda la República. Recordamos que el terremoto de 1985 exhibió las descarnadas y crueles condiciones de trabajo esclavo en que vivían las costureras de las calles de San Antonio Abad. Ahora, en esos mismos lugares, subsiste otra clase de explotación brutal, que prolifera en toda la ciudad: la dramática prostitución infantil, así como la de hombres y mujeres, con sus secuelas de alcoholismo y drogadicción; tras de ellos el fantasma siempre presente de la ignorancia, la inseguridad, la insalubridad y la miseria. No menos cruenta es la suerte de las mujeres del campo, que padecen niveles de vida verdaderamente inconcebibles, como es el caso de las zonas áridas del norte del país o el de las etnias olvidadas del sureste mexicano. Otro tema que resulta en verdad alarmante es que muchas mujeres que padecen la terrible pandemia del SIDA, son contagiadas por sus maridos que juegan un doble papel sexual y estos pobres seres mueren de la manera más despiadada.De nada sirven las declaraciones que se hacen desde el oropel, el boato y la trivialidad de posiciones administrativas o políticas. Poco se quiere saber de las terribles realidades que afrontan millones de mujeres en nuestras latitudes, así como en todo el llamado tercer mundo. Sin perder la conciencia de nuestra participación en la sociedad, como madres de familia y como amas de casa, las mujeres en este nuevo milenio que nos aguarda a la vuelta de la equina, requerimos una acción más amplia, que nos permita desplegar todas las habilidades, productividad, conocimiento de que somos capaces. Por ello, debemos tener cada día mayores oportunidades en la administración pública, en la política, en la cultura, en el periodismo, en el desarrollo tecnológico y en la investigación científica. Así la mujer aportará su pleno esfuerzo al desarrollo nacional, que tanto requerimos. Hasta en el campo religioso donde, la mujer sufre una humillante discriminación al no permitírsele acceder al sacerdocio ni a puestos directivos, deben modificarse los tabúes. El siglo XX1 necesita cambios estructurales que también deben afectar a las diferentes religiones que dejan a la mujer como simple creyente y la excluyen de las jerarquías eclesiásticas, la primera parte de una revolución espiritual es que frente a Dios seamos iguales.Por lo tanto, no basta que unas cuantas afortunadas por su trabajo, por sus conocimientos se consideren como la regla de la realidad sino sólo una muestra selectiva. Ya no queremos ser las excepciones sino la regla.Es importante recordar que en la política cada día el voto femenino es más influyente la prueba la tenemos en la reciente elección Norteamérica La conclusión es que, las mujeres norteamericana son más progresistas; en México la mujer juega un papel fundamental y quizá es la que defiende con mayor inteligencia e interés los grandes conceptos paradigmáticos del pueblo de México, es decir los derechos de las mayorías a vivir mejor y las reformas jurídicas que tiendan a una más justa repartición de la riqueza.Las mujeres estamos cansadas de ser consideradas en ocasiones ángeles y en otras demonios, queremos ser consideradas como simples seres humanos que tenemos el derecho inalienable de afrontar un destino mejor, más equitativo, más abierto , menos simplista que la veneración a la madrecita santa y abnegada, pero más profundo como pareja y como arquitecta de una vida digna, igualitaria; como constructora, junto con el hombre, de una nueva sociedad en la cual sueña desde tiempos inmemoriales y en cuya edificación trabaja incansablemente.Este artículo, como todo mi trabajo, se empeña en servir a este propóstio común: vaya pues mi reconocimiento sin distinciones a todas las mujeres de México para quienes deseo un destino más generoso en su vida en el próximo milenio. una vez que la mujer que recibe los derechos que le corresponden dejan de serlo
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Comentarios

  • me gusto mucho tu comentario, ya que ha muchas mujeres les pueden servir, entre ellas estoy yo, que ahora despues de ocho años de ser ama de casa y dedicarle las 24 horas al dia tanto a la casa como a mis hijas una de 7 y la otra de 6 años he desidido trabajar y estudiar a la vez para ser mejor mujer y conocer mas de la vida que cada dia es muy diferente, y en este momento tengo un gran reto que es el estudio y el trabajo y elser madre y esposa a la vez, tu crees que si una mujer trabaja el dia completo descuide a sus hijos aunque el esposo, o cualquier miembro de la familia o alguna guarderia, o esten un rato con el papa y elotro rato con la abuela se descuide un poco a los hijos, que opinas tu, me gustaria que me dejaras tu comentario.
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