Había una vez una mujer virtuosa, alegre y hermosa que tenía temor de brillar y que las personas se dieran cuenta de ese resplandor. Le gustaba pasar inadvertida siempre pues pensaba que sería condenada si se atrevía a reconocer siquiera sus dones de "princesa mágica". Hasta que un día algo resonó en su alma y pensó que era tiempo de compartir su amor y esa misma luz interna que tanto la caracterizaba al re-nacer a este mundo. 
La aldea en donde ella vivía estaba atravesando por una tremenda sequía y ella sintió que debía colaborar en algo.
Su sorpresa fue enorme cuando al "abrir sus alas" cayó una pequeña gota tan cristalina y pura que al caer a sus pies comenzó a formar un pequeño riachuelo de donde todos los habitantes podían recolectar agua y abastecer de esta forma sus siembras y necesidades básicas.

Esta historia nos enseña lo bueno que es el que una persona conozca de sus cualidades y capacidades y sin temor se anime a compartirlas. El que te reconozcas como un ser auténtico y capaz no quiere decir que caerás forzosamente en la falsa vanidad y trampas del ego, simplemente estás reconociéndote como una persona valiosa y con mucho amor que compartir a los demás. Tu no sabes si alguien pudiera necesitar de tu luz y tu por miedo la estás guardando tan celosamente y tímidamente para ti. Animémonos a brillar con luz propia. Todos nacimos con diversos "dones divinos". Compartamoslos con respeto, humildad y cariño... Abrazos en este GRAN DÍA¡.9274931086?profile=original

 

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