CIDH juzga a México por abuso a indígena

Thelma Gómez Durán El Universal Jueves 15 de abril de 2010 La Corte Interamericana de Derechos Humanos realizará hoy una audiencia donde tratará el caso de Inés Fernández Ortega, indígena guerrerense que fue violada por militares Sus labios están secos. Lleva los pies descalzos. Su cabello, negro y largo, está a medio trenzar. Mira a los ojos sólo por un segundo y, de inmediato, baja la mirada. No deja de acariciar las puntas de su cabello, mientras habla. Su voz, por momentos, suena bajito. Hay que aguzar el oído para escucharle, aunque eso de poco sirve, porque Inés Fernández Ortega es indígena y no habla español. Su historia la cuenta en su lengua materna, el Me’phaa. Su amiga Obtilia traduce: “Decidí denunciar porque yo escuchaba que a otras mujeres les habían hecho lo mismo, pero ellas no denunciaban... El gobierno dice que no es cierto, pero yo sé que sí me pasó, que los guachos me dañaron, me violaron”. El 22 de marzo de 2002, Inés Fernández se convirtió en protagonista de una historia que ya llegó hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Se tata de la primera vez que este organismo internacional abre un juicio contra el gobierno mexicano por utilizar la agresión sexual como mecanismo de tortura en contra de una mujer indígena. Este jueves 15 de abril, en el Palacio de Justicia de Lima, Perú, la Corte realizará una audiencia donde tratará la historia de Inés. Su caso es el primero en llegar a esta instancia, pero no es el único en donde miembros del Ejército mexicano son acusados de ejercer la agresión sexual contra una mujer indígena. Los días 27 y 28 de mayo, en Costa Rica, se realizará la audiencia en donde la Corte analizará la denuncia de Valentina Rosendo Cantú. El 16 de febrero de 2002 fue violada por soldados. “Mamá no salgas, enciérrate” Inés Fernández vive en Barranca Tecuani, municipio de Ayutla. Tiene 33 años y cinco hijos. Su delgado cuerpo no parece el de una mujer que espera a su sexto hijo. Ella dice que tiene cinco meses de embarazo, pero el ultrasonido muestra que podría tener ocho meses. Por lo avanzado de su embarazo, Inés no pudo viajar a Lima, Perú, para declarar en la audiencia. Su testimonio se presentará en video. Cuando vivió la agresión sexual, Inés sólo tenía cuatro hijos. Ellos la acompañaban cuando llegaron los soldados preguntando por Fortunato, su esposo. También preguntaron de dónde había sacado la carne que estaba en el patio secándose. Ella no contestó. Su hija mayor, que ahora tiene 17 años, tomó a sus hermanos y salió corriendo cuando miró como un soldado empujó a su madre y la tumbó en el suelo. “Cada vez que (mis hijos) oyen la voz de los guachos o la gente dice que ya están en otra comunidad, los niños dicen: ‘mamá no salgas, enciérrate’. Ya no se van al monte a buscar fruta. Antes era diferente. Mis hijos tienen mucho miedo de encontrarse con los guachos”. Cuando los soldados se fueron, el patio lucía vacío, ya no estaban los trozos de carne que había puesto a secar. Fortunato, el esposo de Inés, fue el primero en ir con las autoridades. “Los guachos se robaron mi vaca”, denunció. Ni una palabra de la violación. Inés fue la que se atrevió a hablar. Alejandra González Marín, psicóloga del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, comenzó a tratar a Inés en 2006. “La encontré aterrada. No salía de su casa, ni siquiera al solar. Tenía dolores de cabeza, falta de sueño y un sentimiento de persecución”. Inés cuenta que antes de que los guachos llegaran a su casa “tenía todo, era feliz con mis hijos... nunca hacía falta maíz, porque yo salía a ayudar a mi esposo al campo”. Con su voz de susurro, Inés repite varias veces una frase: “Que se haga justicia”. No quiere una justicia sólo para ella. “Si los detienen, de mi mente no van a poder sacar todo lo que me destruyeron... Pero hay más mujeres que sufrieron eso. Y ellas también piensan como yo, que si salen al monte, las pueden volver a agarrar. Hay varias mujeres que me han comentado que no quieren que vuelva a pasar eso”. De líder a víctima Antes de la agresión sexual, Inés era reconocida en su comunidad como una líder. Era de las pocas mujeres dispuestas a exigir servicios médicos, caminos, proyectos productivos. Junto con otras indígenas participaba en la entonces llamada Organización Indígena del Pueblo Mixteco y Tlapaneco. “Cuando se fundó la organización, los guachos comenzaron a subir a las comunidades seguido. Yo era la que organizaba a las mujeres, por eso creo que fueron sobre mí, porque querían callarme. Pero no me voy a quedar callada”. El abogado Mario Patrón Sánchez, del Monitor Civil de la Policía y Cuerpos de Seguridad en La Montaña y asesor jurídico en los casos de Inés y Valentina, explica por qué la denuncia se interpuso por agresión sexual, practicada como un mecanismo de tortura: “A Inés se le cuestionó sobre dónde estaba su esposo y de dónde habían agarrado la carne que tenían en casa, como si se tratara de una investigación criminal. Ante la ausencia de esa información, procedió la agresión sexual”. Agrega que las historias de Inés y Valentina no son las únicas documentadas en Guerrero. Amnistía Internacional tiene información de cuatro casos más de indígenas violadas por soldados. Sin embargo, las mujeres y sus familias no emprendieron acciones legales. Destaca que los casos de Inés y Valentina, y otros en donde el Ejército mexicano ha violado derechos humanos en Guerrero, muestran que la entidad aún vive las consecuencias de la Guerra Sucia de los 70: “Toda acción organizativa, en términos rurales y comunitarios, es vista como una acción de insurgencia”. “Para qué denuncias...” Inés apenas y se mueve de la silla. El calor sofocante de estas tierras la tiene sin cuidado. Sólo se mueve cuando habla, de nuevo, de la justicia: “Sé que el gobierno está enojado conmigo porque denuncié. Pero si a una familia de ellos le hubiera pasado algo igual, así como a mí, ellos luego, luego los iban a detener. Como soy de una comunidad, no hay justicia. Por eso mi denuncia está fuera del país, para que me ayuden”. A partir de su denuncia, Inés, su familia y miembros de las organizaciones civiles que la acompañan en su defensa han recibido amenazas de muerte. Una de ellas se concretó el 10 de febrero de 2008, cuando apareció muerto Lorenzo Fernández, hermano de Inés. Estas amenazas propiciaron que en marzo y abril de 2009, la Corte ordenara al Estado mexicano otorgar medidas provisionales para garantizar la seguridad de 107 personas, entre miembros de los organismos, testigos y familiares. Sin embargo, asegura Patrón Sánchez, esas medidas “no se han cumplido totalmente”. Por ello, “el caso de Inés Fernández podría generar un precedente porque la Corte Interamericana tiene posibilidades de obligar al Estado mexicano a establecer un mecanismo de cumplimiento de sus resoluciones”. La voz de Inés deja de ser un susurro. Se escucha un poco más fuerte y sus palabras salen rápido: “En la Corte espero que haya una respuesta para mí. Que detengan a esas personas, que los guachos ya no vuelvan a subir a la comunidad, porque si vuelven yo no estaría feliz”.
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Comentarios

  • Me ha llenado de indignación este caso, me da vergüenza la Calidad Humana y de Valores que tienen los que "nos deberían proteger y defender", ¿en qué país vivimos? me uno al coraje y valentía de Inés, se deberá lograr dar un paso en contra de esos trogloditas!
  • Es indignante ver la impunidad y la corrupción que existe en nuestro país, indignante es ver que existan este tipo de enfermos, que se aprovechen de la situación para violentar y sobajar a un ser humano con tanta valentía, decisión e inteligencia como lo es una mujer, y en este caso una mujer que a pesar de todos los pesares tiene la visión de una vida más digna para ella y su gente, Inés de todo corazón deseo que tu caso se resuelva a tu favor y que siente un precedente importante para todas las mujeres no solo de tu comunidad, sino de el país y del mundo entero.
    Te envio un abrazo y agradezco tu coraje.
  • Mi corazón se va a Inés y a tantas mujeres inocentes que su único crimen ha sido exigir sus derechos. Estos hombres sabrán lo que es la justicia universal, si no es ahora que los castiguen, el castigo les vendrá de la forma más inesperada, que muchas veces es a través de sus propios hijos o nietos.

    La energía no se va, se transforma. Y esa energía maldita con la que cargan las personas que creen tener el poder para abusar de otros, pronto se lo heredan a su familia, que paran siendo también gente inocente, que no tiene la culpa de tener padres así, inhumanos. Pero así es..........la energía que mandas al mundo, se transforma y se te regresa.

    Mando muchos rezos de paz y armonía para todas las mujeres del mundo que sufren de esta y cualquier injusticia humana. LO SIENTO INES, por lo que viviste. PERDONA, a un mundo tan ciego e inmaduro. GRACIAS, por ser una mujer luchona, y valiente. TE AMO, por representar la lucha diaria de los derechos a las mujeres.
  • Este es un tema lamentable que padecemos en nuestro país y que se dá con mucha frecuencia, aqui en veracruz hubo un caso muy zonado pero que como siempre el gobierno no hizo absolutamente nada, al contrario desaparecieron misteriosamente los analisis e historial clínico de una índigena anciana muerta por un abuso sexual presuntamente cometido por efectivos del Ejército Mexicano. (La indígena identificada con las iniciales EAR, de 73 años).

    saludos.
  • Lo leo y me pongo a temblar, da miedo la impunidad, la barbarie, pero aun es mas dificil porque esta valiente mujer ha vivido un infierno y sin embargo sigue adelante para buscar justicia, la justicia minima a la que tiene derecho....en este pais ser indigena, y mujer pareciera una desventaja frente al aparato institucional, ojala la sigan apoyando y difundiendo cosas asi, porque luego los medios nos inundan de futbol, novelas degradantes, programas de concurso vulgares, pero noticias asi van de relleno, que bueno que aqui lo saquen a la luz, gracias Sylvia.
  • hola buenas noches .esta bien que que empecemos a alzar la vos aqui en mi estado eso es pan de todos los dias violan y matan . a qui nunca sucede nada an terminado con familias enteras pero como es gente pobre nadie se atreve hacer nada quiciera saber si las victimas fueran ricos o influyentes entonces todos los medios estarian duro y dura hasta encontrar a los responsables o fabricar responsables pero por algo se empieza espero sea favorable la respuesta para que ines y su familia recuperen la tranquilidad y no les salga peor . saludos y un super abrazo
  • "...preguntaron de dónde había sacado la carne que estaba en el patio secándose. Ella no contestó." Ei idiota que trato de hablar con ella, debia de saber que la mujer indigena solo habla con un hombre mestizo por cuestiones comerciales.
    Me indigna darme cuenta del profundo desconocimiento que existe acerca de las etnias en nuestro país.
  • MIS RESPETOS PARA INES!!!! MIS RESPETOS Y ME INCLINO DELANTE DE ELLA POR EL VALOR QUE TIENE!!!

    Sabes Sylvia, mi padre es natural de un lugar muy cercano al que mencionas, efectivamente, el 90% de los habitantes de esa zona son indigenas. Por usos y costumbres, una mujer que pierde su virginidad es repudiada por su familia y por la comunidad en general, y se le aisla de la "gente decente". Esta circunstancia hace que muchos de los delitos del orden sexual queden impunes, pues las agredidas temen incluso, poder llegar a ser apedreadas o muertas a machetazos por haber llevado la "deshonra a sus casas".

    Aqui en parte, el cambio de actitud de quedarse callada, se debe al trabajo de lideresa de Inés, anterior a los hechos. Ella esta sentando un precedente para todas aquellas victimas de esos cerdos.

    De verdad que me da pesar que una institución que debe ser respetable y respetada, sirva de parapeto a gente cuyas intenciones no son el servicio y la rectitud. Conozco a varios militares, y la gran mayoria son gente bien.

    Gracias y esperamos que nos sigas informando de este caso.

    AK
  • El estado de Derecho y la imparticiòn de justicia en México y en muchos países de América Latina están muy bien perfilados de facto en el papel impreso y en las aulas de los estudiantes de derecho. Sin embago en los hechos carecen de efectividad.
    Está visto que muchos delitos se quedan en estado impune y eso da alas a pseudo hombres, sabandijas sin escrúpulos a cometer toda clase de trasgresiones a la integridad de una mujer sin preocuparse de las consecuencias de un acto tan vil y tan cobarde.
    Pensarán que con unos pesos se perdonan toda clase de fechorías, si hasta en la misma iglesia se exhibe la inpunidad con visos de supuesto arrepentimiento y se creen que solo con pedir perdòn baste, que no suceda igual en el ejército.
    Es una lástima, pues el ejercito mexicano gozaba de las garantias que da el prestigio.
    Excelente publicaciòn a modo de denuncia, es hora de que nadie guarde silencio ante tanta cobardía.
    Mis respetos Silvia.
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