¿A QUE TE SABE LA NAVIDAD ESTE AÑO?

No tienes que contestar con frases armadas como: A esperanza o a familia o a paz en el mundo, contesta sinceramente: A ganas de vomitar, a falsedad, a violencia, a arrumacos, a galletas de jengibre, a apretujones, a compras, a pobreza, a cursilería.

Las fechas de Navidad encierran muchas emociones, algunas más positivas que otras. Es increíble como puede significar cosas tan diferentes para cada persona. Por un lado son  fechas en donde recordamos a seres queridos, convivimos con seres no tan queridos, vemos otro año pasar en donde las promesas siguen sin ser cumplidas, la nostalgia por tiempos felices recobra vida y de pronto queremos  traer la felicidad a nuestras bocas a través de la comida, o por el contrario, dulcificar las amarguras y los recuerdos también a través de la comida.

Es casi obligado atracarnos y subir de peso para en Enero iniciar la batalla contra la báscula; batalla que se convertirá en guerra durante todo el año como ha venido transcurriendo en tu vida por mucho más tiempo del que querrías. ¿Vale la pena iniciar este año con las mismas obsesiones y maltratos? ¿Quieres que sea un año de promesas no cumplidas o de realidades?

¿QUE NOS COMEMOS EN NAVIDAD?

  • Nos atiborramos de expectativas igual que nos atiborramos de comida y bebida.

  • Es casi imposible no ser contagiados, por no decir afectados, por las imágenes que nos muestran, en donde toda la familia sonríe, los abrazos acolchonados se dan por doquier, la mesa perfectamente puesta, la cena humeante y  todo son sonrisas….  Y cuantas veces en  la realidad  que nosotros estamos de pésimo humor porque corrimos todo el día, la comida no quedó tan buena y además odiamos a nuestro sobrino.

  • Nos sobrepasa cumplir con lo que se espera de nosotros: Si somos padres, debemos darles la mejor navidad a nuestros hijos, mantenerles la ilusión, comprarles muchos regalos, decorar la casa perfecta, recibir y atender a las visitas, disfrutar el viaje familiar…

  • Deseamos ese sabor de paz que circula en el ambiente: Sin embargo nosotros no nos sentimos tan en paz en medio de tantas deudas, encima no tenemos pareja, los hijos se quejan porque no quieren cenar con la nueva pareja de su Papá y en casa de nuestros padres, somos las únicas que ayudamos. Y ver afuera tanta Paz artificial nos confronta mucho más con lo que estamos sintiendo y que es muy alejado de eso que nos venden.

  • Queremos llenarnos de todo lo que no nos permitimos o no nos dimos el tiempo de  tener durante el año, que incluye desde los romeritos y el ponche, hasta las reuniones con amigos que queremos acabarnos en  dos semanas.

  • Nos comemos todas las emociones y la comida como si no hubiera mañana

  • Nos decepciona que la reunión familiar que planee perfecta resulte en peleas, diferencias y es que estos encuentros pueden hacer que viejas heridas se abran otra vez

  • Tenemos puestas muchas ilusiones en estos días, como si la navidad nos trajera esa esperanza que tanto hemos estado buscando, ese cobijo, esa felicidad, ese abrazo. Y muchas de estas expectativas se las transferimos a la comida, tratamos de llenarnos de ese sabor de hogar, de ese recuerdo, esa compañía.

  • Las fiestas decembrinas culturalmente hablando, más allá del sentido religioso y/o espiritual, llevan implícito el concepto de reunión y de familia. Para quienes están solos, o han perdido gente cercana, provoca choques emocionales muy fuertes.

  • Nos tragamos las creencias de que en Navidad debemos engordar y que ya en Enero todo volverá a la normalidad, cosa que la experiencia nos ha mostrado una y otra vez que no ocurre porque llega junio y seguimos peleándonos con los kilos de más.

  • Es también en diciembre donde se “tiene” que hacer un “corte de caja” de cómo hemos actuado, qué hemos logrado, etc. Para muchos despierta mucha decepción darse cuenta que no lograron lo que esperaban.

  • Al igual que cualquier ser vivo que habite el planeta, nosotros somos afectados por los ciclos y justo en Diciembre, la energía es baja porque requiere que estemos mucho más hacia adentro, es una época reflexiva y contrario a esto, la hemos convertido en época de estar afuera, en fiestas, reuniones, ruido y no es de extrañarse que busquemos compensar la falta de energía con comida y bebida.

 

¿Y SI ESTE AÑO LO HACEMOS DIFERENTE?

  • Hazte consciente de que por más pavo y bacalao que comas hoy, no va mantener la navidad dentro de ti, pero si podría llenarte de kilos.

  • Escribe qué representa la Navidad para ti y con honestidad vívela como tu necesites vivirla.

  • Asume que es muy probable que no se cumplan tus expectativas (igual que cada año) y que aún así puedes disfrutarla.

  • Permítete esta vez decir que no a una invitación que no te lata o a la que no tengas ganas de asistir.

  • Se un observador de ti y de las dinámicas de tu  en estas fiestas  y date cuenta si eliges seguir repitiéndolas.

  • Disfruta lo que elijas comer en todo sentido.

 

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Comentarios

  • Adriana: Gracias por el artículo. Pero comer sin culpas también nos ayuda a ser emocionalmente más sanos. Bendiciones de luz y lo mejor para las fiestas navideñas y el Año Nuevo 2016, que en seguida llega. Abrazos de corazón a corazón.

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