NOS SENTIMOS SOLOS

La vida nos va poniendo momentos en que realmente nos sentimos muy solas, especialmente cuando se sufre duelos por la muerte de un ser querido, cuando se han roto los vínculos de comunicación con un ser muy amado, o cuando se terminó una relación que creíamos sería para siempre, y ya no queremos hablar de ese asunto, ni de ningún otro, con las personas que nos rodean. Especialmente cuando la separación es muy reciente, y en ese estado tan lamentable, muy cómodamente la mujer opta por aislarse y llorar su pena, sintiéndose la más miserable del mundo, con la autoestima hasta el suelo y sin ganas de ya más nada. Es normal sentirse así, cuando como mujer sabes que pusiste todo para que tu relación amorosa funcionara y no fue suficiente, se burlaron, te engañaron, te humillaron y encima te hicieron sentir culpable de algo que tú sabes en el fondo de tu corazón que no lo eres. Te sientes lastimada y es normal que no quieras habla con nadie, tienes derecho a estar sola por un tiempo para acomodar tus ideas y reconstruirte internamente, pero no puedes darte el lujo de quedarte así, o de permanecer así muy prolongadamente. La soledad cuenta como tal, sólo cuando no se está interrelacionando con nadie, cuando los intereses del corazón, se han quedado eclipsados por ese gran dolor de una pérdida, una desilusión o una frustración. El mal de nuestro mundo ¡Es la Soledad! Se sienten tristes miles de mujeres porque les fue mal en el pasado, pero el pasado ya no está, ya se fue, ya no tiene regreso posible y es hora de darnos cuenta que enfrentar la realidad es lo mejor que podemos hacer en el presente que es todo lo que tenemos aquí y ahora. Y a nuestra amiga “La soledad” sólo se le puede clasificar de dos maneras sencillas: La soledad interna, y la soledad externa (aún estando acompañadas). Hay personas que llegan a sentir una soledad tan grande y fuerte que les oprime el alma, sienten tantas nostalgias persistentes, añoranzas tremendas que les comprime el corazón llenando el aparato respiratorio de suspiros profundos y una melancolía tan grande que les abraza toda la existencia en un sólo suspiro. Es muy común hoy en día, ver cuántos miles de mujeres se sienten con un vacío existencial tremendo, una sensación enorme de profunda soledad y que nadie las entiende ni las comprende, como si la misma vida hubiera perdido sentido para ellas, ya no hay nada que les entusiasme, nada que les llame la atención, ni nada que las motive o las llene. Renuncian a la esperanza convencidas de que todo terminó para ellas y dejan entrar a su inseparable compañera “la tristeza” a casa, y de allí, hay un paso pequeñito para adquirir problemas serios de depresión y por lo tanto, también de otros trastornos emocionales difíciles de erradicar. La soledad radica por lo tanto en un alto índice de: Carencia de afectos, falta de comunicación, desamparo emocional, timidez, baja autoestima, inseguridad, miedos al qué dirán, qué pensarán, o qué pasará, traumas, fobias, angustias emocionales, pérdida de interés en socializar, temor a no ser aceptados, delirios de persecución, de manipulación, de que quieren hacerte daño o burlarse de ti o incluso delirios de que sólo buscan utilizarte, maltratarte,etc. No es fácil detectar a tiempo este tipo de problemas, a menos que se estén viviendo en pellejo propio. Es muy conocido cuando alguien se siente solo, lo primero que hace es aislarse más, y pensar miles de cosas, nada positivas por cierto: “No sé porqué me tiene que pasar esto a mí”, “Yo soy una buena persona, no merezco esto”, “Entre más doy, más me exigen”, “Se fue y me abandonó porque ya no le soy útil”, “Soy una tonta sentimental, por eso me pasa lo que me pasa”, “Creer en él fue mi más grande error”, “Ya no quiero nada con nadie”, etc., ¿Pero por qué tienen que pagar todos, por lo que una sola persona hizo? y lo que es peor, estas mujeres terminan por juzgar y condenar al pobre amor que no tiene la culpa del mal uso que los seres humanos hacen de él. ¡El amor reacciona con amor porque Es Amor!… y él no quiere saber nada de la soledad, por eso son incompatibles casi siempre. Pero hay otro tipo de soledad que es la más preocupante y delicada; esa se le conoce cuando nos sentimos solas aún estando con los nuestros o en cualquier otra compañía. Estamos allí, pero no estamos, nos hablan y nosotras allá viajando por las nubes, nos vuelven a hablar y aterrizamos de un solo golpe: ¿Qué? ¿Me hablabas? Es como vivir dentro de tu propio globo que aquí y ahora vamos a reventar o tronar entre todas ¿os parece chicas? Coméntanos por favor tu experiencia al respecto. ¿Te sientes sola? ¿Cuáles crees tú que sean los motivos para que la soledad te esté abrazando en estos momentos? ¿Qué piensas o desearías hacer para salir de tu soledad?

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